01.- Declaración fortuita

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   Me dispongo para otro día soporífero en la escuela

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   Me dispongo para otro día soporífero en la escuela. Realmente no tengo deseos de ir, claro, dispongo mis razones; primero que todo, es viernes, el último día de la semana, donde uno supuestamente debería descansar, pero justo a mi clase le realizan las materias más sofocantes; segundo, el día está desagradable. Pero ahora no tengo opción. Estoy realizando el sagrado último año de escuela, aunque luego vendría la universidad, así que, no sé cuál es peor. Por ahora tengo que concentrarme, si es que quiero terminar la escuela en buenos términos.

   Me despido de la señora que me dio a luz, mi madre, quien seguramente duerme en su habitación, mientras que su hijo se levanta temprano. Le voceo un último adiós, espero que eso la despierte.

   Abro la puerta de mi casa, para comenzar a transitar hacia la escuela.

   Hoy, muchos catalogan a los jóvenes por su forma de ser en la escuela, incluso yo lo hago, pero seguramente es porque viene en mis genes, así que no me hago responsable. Una escuela no sería una escuela si por lo menos no hay un "sabe-lo-todo", el que saca buenas calificaciones, por el simple hecho de no realizar otra cosa que estudiar. También están los que se creen turcos, que se creen mejor por estar con muchas chicas a la vez. No hace falta hablar de las fáciles, porque por arte de magia aparecen cerca de ti cuando las invocas, ellas son las que toda la escuela sabe con cuantos chicos se han acostado y con quién piensa hacerlo. Los supuestos "reyes", los que se meten con las fáciles, los que se creen geniales porque se han acostado con muchas chicas, salen y organizan fiestas como si no hubiese un mañana. Los populares, esos que tú los ves desde lejos y ya todos conocen su historial completo, su nombre, tipo de sangre, número telefónico, edad, esos que imponen respeto sólo con su presencia. Los chicos malos, esos que se creen mucho sólo porque realizaron algo ilegal, porque se metieron en una pelea con otros y hacen todo lo contrario a lo que les dicen. Al final de todos están los normales, los casuales, los que siguen una vida normal, como una persona normal, es ahí donde estoy yo.

   A unos pocos metros se encuentra la escuela. Es un recinto bastante considerable. Tiene un total de cuatro plantas, cada una clasifica un ciclo, la primera es para la pre-básica, luego la básica, después la media y finalmente los que están en su último año, una planta solamente para cinco aulas diferente, eso también significa que tengo que ascender tres putas escaleras que parecen eternas.

   Mi escuela sí posee un uniforme, es una camisa de precioso color azul hielo, el cuello está adornado por una corbata roja veneciana, con el logo del recinto en el extremo inferior de ésta y unos pantalones negros para la parte baja, claro, esto para los chicos. Las chicas utilizan una blusa de la misma preciosa tonalidad, una corbata adornando sus cuellos, con el mismo sello en el extremo inferior, pero a diferencia de nosotros, ellas utilizan una falda que presenta un diseño a cuadrículas, la cual combina los tonos annatto y negro, las faldas tienen unos suspensores que conectan la parte del frente con la de detrás, estos tirantes llevan en la parte inferior dos botones de un color verde bosque. Pero a pesar de la existencia de un uniforme, vestirlo es opcional, excepto para ceremonias o celebraciones, ya que ahí es obligatorio.

Entre Tú & YoWhere stories live. Discover now