Parte 1

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Sofía era lo más parecido a un ángel, su carita inocente y su voz tan fina y dulce, llevarían a pensar a cualquier persona que ella seria incapaz de hacer algún daño o mal, pero dentro de la cabecita de Sofía se desarrollaban los más sangrientos y oscuros escenario, las voces que llenaban su cabeza de pensamientos hostiles, la hacían un arma letal, camuflada en la imagen de una adorable adolescente de 16 años.

Esa mañana en especial, se había despertado con la idea de lo hermoso que sería ver los dedos cortados de su hermanito de 8 meses, las voces de su cabeza solo la incitaban a ejecutar tal escenario, pero no podía hacerlo por el simple hecho de que sus padres no descuidaban ni un segundo al pequeño bebe, de lo contrario había puesto en marcha su plan.

Hoy no tenía clases, pero sus padres si debían ir al trabajo y eso solo significaba una cosa, la dejarían al cuidado de su horrible e insoportable niñera y era ridículo, ya tenía edad para cuidarse sola, en ocasiones anteriores se había imaginado clavándole miles de cuchillos a la chica que cuidaba de ella, pero se reprimió porque aun en medio de su locura había un lado racional que luchaba contra las voces de su cabeza.

Aunque la llenaba de gran satisfacción imaginar la sangre de los demás salir de sus cuerpos, ella quería ser como antes, pues solo había pasado un mes desde que todo comenzó dentro de su mente, sus padres no lo sabían, no debían saberlo, su amiga imaginaria le advirtió que si ellos se enteraban, la encerrarían en un lugar horrible.

—cariño pórtate bien, hoy llegaré temprano.-su madre es muy buena, pero su mente la asesinaba a cada segundo, Sofía no respondió, solo hizo un gesto, en cuanto a su padre, este le dió un beso en su frente, un mes​ atrás este acto no hubieran producido en ella ganas de asesinar a su progenitor.

Sofia, Sofi debes hacerlo.

Matalos, a todos.

Hazlo, hazlo, hazlo.

Cobarde, debes matarlos, son malos.

Otra vez esas voces llenaban su mente, increíblemente ya no la desesperaban como al principio, se acostumbró a escuchar cada palabra, ella no estaba loca, solo era diferente o eso quería creer.

sofi,vamos a jugar.

hola Lana, ¿a que jugaremos?

vamos a arrancarle las uñas a tu niñera.

Sofía ¿con quién hablas?

La horrible voz de su niñera hizo que su amiga Lana se fuera, eso la hizo sentir airada, salió del lugar sin contestar y se encerró en su habitación, por el día de hoy se dedicaría a mutilar a sus viejas muñecas.

Esquizofrenia(E.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora