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SORARU ; さらる

Qué curioso, nunca pensé que esto sucedería, no pensé que viviría, no pensé que llegaría a esta habitación, no pensé que qué este chico me hablaba

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Qué curioso, nunca pensé que esto sucedería, no pensé que viviría, no pensé que llegaría a esta habitación, no pensé que qué este chico me hablaba.

Me acerqué a este y con cuidado pase mis manos por las suyas y tome el avión de papel, alcé mi rostro para ver al albino, y pude notar sus mejillas enrojeciendose, sentí sus manos tiritando, estaban frías, se me había olvidado que todavía sostenía sus manos. Solté sus manos, pues el lugar ya se estaba volviendo incómodo.

Tenía la necesidad de ver en ese momento el avión de papel, pero ¿si le molestaba? Será mucho mejor si le pregunto.

— ¿Está bien si lo miro ahora? — Miré su rostro, el cuál estaba aún sonrojado; este asintió suavemente cabizbajo.

Con cuidado desarme el avión, pero sentí una mano, posarse en mi hombro, miré hacia mi lado, era la enfermera que me habían asignado.

— ¿Qué estás haciendo aquí? Deberías estar recostado. — Dijo mientras miraba directamete a mis ojos; su mirada, como era de esperarse, era fría, no podía notar lo que realmente estaba pensando, pero veía un toque de odio.

Me alejé un poco de ella, sacando su mano de mi hombro, pues me hacía sentir incómodo. En aquél momento, entró el otro enfermero, el chico rubio que había estado en esta misma habitación.

— Reol, se más amable. — Susurró para la chica. Luego volteó hacia mí y se acercó con una gran sonrisa en su rostro, estaba tan alegre que por lo menos a mí, me daba miedo. — Por favor, ¿puede volver a su cama? Porque si así es, no tardará mucho en estar de alta.

Sus palabras eran amables, el enfermero se acercó hacia la chica y le tomó la mano. — ¿Vamos? — Instantáneamente la chica asintió con dificultad, ¿estaba nerviosa? Pues en su mirada pude sentir un toque de sensibilidad, ya no era como yo. Después de aquello, ellos se retiraron.

Si el rubio decía la verdad, podían darme de alta luego, pues no me gusta estar en este lugar, quien sabe quién murió en mi cama.

— Entonces me voy retirando, fue un gusto.

No dijieron nada, como era de esperarse, ¿qué sucede con él? ¿será grave lo que tendrá? Dime lo que ocultas chico azul; ahora que lo recuerdo no sé su nombre, pues solo me refiero a él con aquel apodo que le he puesto.

Miré su rostro, era pálido, y las facciones de su cara eran finas, parecía el débil rostro de una señorita; sus finos y rosados labios, sus largas pestañas, esas grandes orbes rojas, si lo pienso bien, parece una mujer, pues su cuerpo era delgado, no pareciese que fuera un hombre. En el momento que volví a fijar mi mirada en su rostro, pude notar sus mejillas rojas, al parecer notó que le observava.

— Adiós. — Él sería de mi tipo, si fuera mujer.

Me retiré del cuarto y fui a mi habitación, solo me bastó con cruzar la puerta y mi curiosidad volvió, ahora sí revisaria el papel; veamos lo que tienes que decir, chico de tinta azul

Me retiré del cuarto y fui a mi habitación, solo me bastó con cruzar la puerta y mi curiosidad volvió, ahora sí revisaria el papel; veamos lo que tienes que decir, chico de tinta azul

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Blue; SoramafuKde žijí příběhy. Začni objevovat