CASSANDRA

14 2 0
                                    


Según el internet, la avaricia es uno de los 7 pecados capitales y es el deseo o afán de poseer riquezas con la intención de obtenerlas para uno mismo.

Es un pecado muy común. Hay quienes mueren por conseguir algo de riqueza. La avaricia es condenada y despreciada, por la sociedad. Pero al mismo tiempo todos en su interior tienen un alma avara.

Mi nombre es Adara y mi rizado y chocolatoso cabello no me permite ver lo que escribo. Pero ya que estamos entrando un poco más en confianza les contaré un poco sobre mí desastrosa vida y como todo lo que tengo es esta libreta un poco rota y una pluma mordida.

Tengo 17 años, y soy una persona bastante común, alguien a quien puedes perder entre la gente. Mis ojos son grandes, de un color que aún no logro descifrar por que se encuentran en constante movimiento, podría definirlos color vitral (¿tiene eso sentido?).

Mi madre, Cassandra, una hermosa rubia a quien definitivamente sería la primera a la que verías entre una muchedumbre, la descripción perfecta de una princesa de Disney, con su cabello largo y los caireles dorados adornando su rostro, sus ojos tan azules como el mar de...alguna playa hermosa, tendría con cual compararla si alguna vez hubiera estado en el mar. Su vida era perfecta, mis abuelos, estuvieron con ella en todo momento, la consentían y le daban todo lo que alguien pudiera desear (yo en este momento solo deseo un plato de comida decente), era esa típica princesa de clase acomodada, contaba con visitas al salón de belleza, los más modernos lujos, viajes de vacaciones a donde se le antojara, y si la riqueza no fuera suficiente su belleza era capaz de mantenerla como el foco de atención de cualquier ser viviente con ojos. Llevaba la vida soñada de prácticamente cualquier mujer. Hasta que conoció a mi padre.

Se conocieron durante las vacaciones, mi padre trabajaba en la casa de verano de la familia de mi madre, una casa grande, con paredes color fresa, un pequeño kiosco para descansar al centro de la casa, con jardines llenos de flores que rociaban un hermoso olor durante toda su estancia y las caballerizas; el lugar favorito de mi madre, en donde pasaba la mayor parte de su tiempo cuando no le permitían montar.

El nombre de mi padre es (o era) Seth Sanna. La verdad no entiendo de donde vienen estos nombre tan antiguos pero al parecer era tradición del pueblo poner un significado en cada nombre. El de mi padre no era realmente agradable; Seth "Señor del mal y las tinieblas, dios de la sequía y del desierto en la mitología egipcia" un nombre bastante deprimente y su apellido Sanna por vendedor de heno.

Mi abuelo lo encontró en un mercado cuando tenía solo10 años, era huérfano y estaba sucio y con hambre. Mi abuelo era un hombre inteligente. Al ver al pobre niño, le ofreció un lugar en donde dormir y un algo de comida para saciar el hambre, mientras que el ayudaría a mi abuelo a alimentar los animales. Mi madre, al encontrar alguien más con quien divertirse durante las vacaciones, forjo una gran amistad. Lo se, hasta ahora parece todo bien, una historia de amor que toda niña puede vivir, pero espera el desenlace.

Se veían cada verano. Al principio era una simple amistad pero mientras más crecía mi madre, empezó a caer por sus encantos, según las fotografías que tenía mi madre, él era un hombre alto, con cabello castaño y ojos color tierra, sus facciones masculinas eran notables, además de su oscura barba. Era guapo, pero nadie es perfecto, mi madre decía que tenía un gran defecto, la avaricia. Mi madre siendo siempre una mujer de abolengo, ciertas cosas no la sorprendían. Ella tenía mundo y el resto del año que no veía a Seth iba de una ciudad a otra, comiendo cosas diferentes todos los días.

El día del cumpleaños 18 de mi madre, mi abuelo decidió hacer una gran fiesta. Quería presentar a su hija a la sociedad, así que invito a tanta gente como le fue posible, ofreció una gran cena y contrato a los mejores músicos del pueblo, y decidió que sería una gran oportunidad para presentarle a mi madre a quien sería su futuro esposo, un hombre mayor que ella, con dinero, tierras, y un negocio que ayudaría a incrementar la fortuna familiar. Mi madre, como toda mujer "libre" e "independiente", decidió rechazarlo. Mi abuelo decidió dejarle claro que si no se casaba, no tendría ningún derecho de vivir de ellos (¿qué maldita época es esa?, ¡¿la inquisición?!).

Salió del salón con prisa, las lágrimas entorpecían sus pasos, era oscuro y las raíces de los arboles topaban en sus pies. Mientras corría sintió perder el control de sus pasos, cayó frente a las caballerizas, sintió el lodo en sus manos y el ardor quemando sus rodillas. Sintió una mano tomando su antebrazo, levanto la mirada para ver a su amigo Seth, observándola con detenimiento y curiosidad. Pasaron horas hablando esa noche, le conto lo que mi abuelo quería hacer y lo injusto que era para ella. Al parecer tenían cerca de 2 veranos viéndose como un poco más que solo amigos. Seth, como única opción, se le ocurrió la BRILLANTE idea de fugarse. Mi madre, como adolescente enamorada, decidió que era lo mejor para ambos, y huyo con él. No la culpo, no fue una decisión inteligente, pero estaba enamorada de un hombre creado en sus sueños, porque la verdad es que el hombre con el que se fugó era solo una ilusión.

Y aquí es cuando todo se va al carajo, supongo que mi madre siendo joven pensaba que todo estaría bien, que estarían los dos juntos por siempre, con montones y montones de...pobreza. Todo esto fue la descripción de mi madre, llenaba de detalles sus historias, me hacía pensar que estaba cerca de donde había crecido. Ella no volvió a ver a sus padres después de esa noche.

  

ADARA Y EL HADAWhere stories live. Discover now