Capítulo 49: Últimos arreglos

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Observó que Taehyung se levantaba de la cama y empezaba a reír, mirándolo con afecto.

-          Son más de las once, pero estabas tan dormido que no quise despertarte y tu hermana se ofreció a acompañarme.

Se levantó de un salto y se movió ágilmente hasta la mesa de noche, todavía adecuándose a los rayos del sol, que ingresaban por la ventana sin ningún cuidado.

-          ¿Y si cree que no he querido ir por ella?

-          No pensará eso, se lo he explicado – él moduló entre risas – Ella ahora está descansando porque el viaje le agotó y seguramente despertará para el almuerzo. Pero tu madre y tu hermana están aquí.

Revolvió toda su ropa en el estante y alcanzó a capturar unos jeans y una camiseta negra, caminando descalzo y semi desnudo hasta la puerta del baño, echándose un vistazo a su reloj.

-          Todavía me queda tiempo para ducharme – abrió la puerta y lo tomó del brazo, guiñándole un ojo antes de rodearlo en un abrazo – Ven, Taehyungie, dúchate conmigo.

-          Jungkook, yo ya estoy duchado desde las seis de la mañana.

-          No importa, dúchate otra vez, ¿sí? – cuestionó, intentando dilatar sus pupilas en una graciosa mirada de cachorro, mientras el otro se reía entre sus brazos -  ¿Sí?

Quiso agregar algo más, pero la puerta se abrió de un solo empujón y su hermana ingresó corriendo a escena, sin tan siquiera tocar antes.

-          ¡Taehyung, acá estás! – gritó apurada, atrayendo al aludido del brazo y empujando a Jungkook contra la puerta del baño - Ven rápido que la diseñadora ha llegado y tenemos que tomarte las medidas, ¡quedarás brillante!

Jungkook soltó una carcajada al ver cómo Taehyung era prácticamente arrollado por los brazos de su hermana. Definitivamente, no tendría privacidad cuando ella estaba dando vueltas a su alrededor.  Se metió bajo la ducha en pocos segundos y se dejó relajar por la helada corriente de agua, que sacudió cada uno de sus cálidos músculos, aflojándolos.  Apenas se vistió, ingresó a la pequeña cocina, esbozando una sonrisa divertida al ver al enorme gato, que estaba dándole pacientes lamidas a su recipiente de agua en una esquina. Se acercó a pasos lentos y cuando este se percató de su presencia, intentó rugir, pero él tiró velozmente de su cola y lo acorraló con sus manos en el rincón más cercano, acercando su rostro peligrosamente.

-          Papá, soy papá – murmuró con cuidado y el animal soltó un maullido huraño y se dio media vuelta, intentando huir de su agarre – Papá, papá, papá.

-          Vamos, madura de una maldita vez, Jugkook, ya estás bien grandecito – su hermana ingresó y tomó algo de la nevera, riendo y negando con la cabeza al salir – Además, los perros nunca se llevan bien con los gatos. Él no te quiere, entiéndelo, lo asustas.

Jungkook se volvió para enviarle un intento de mirada destructora y el gato aprovechó para salir corriendo con su reluciente collar balanceándose alrededor de su felpudo cuello y refugiarse entre las piernas de Taehyung, echándose ahí para dedicarse a tomar una siesta.

-          Tiene que quedar perfecto, porque tú vas a ser el centro de atención. El del perro no importa, da igual cómo se vea. En cambio, el tuyo es lo más importante.

Abandonó la cocina y rió al ver a Taehyung siendo rodeado de diferentes cintas métricas por una mujer de mediana edad, que tomaba medidas con absoluta concentración de cada parte de su cuerpo. Se quedó mirándolo y sus ojos se tocaron enseguida, al igual que sus enamoradizas sonrisas. Simplemente, nunca podría dejar de mirarlo.

Inocencia Pasional. «KookV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora