Órdenes

3.9K 262 20
                                    

Hermione sintió como esa mirada que reconocía perfectamente se posaba encima de ella, analizándola despacio y detenidamente, con la mueca de asco que contenía casi siempre en ese perfecto rostro.

Había crecido, la guerra había hecho estragos en ambos enemigos, Draco estaba mas mayor y portaba su altanera sonrisa eterna en un rostro mucho mas sério y duro que antaño.

En Hermione seguía conservando su rostro dulce pero se podía ver el desoslayo de haber perdido todo cuanto quería, incluso su libertad.

Llamó de un grito a su madre para hacerle saber que la nueva criada estaba ya en la mansión.

Hermione se sobresaltó bastante al oír el grito de Draco, ya que ésta temblaba del miedo que tenía y aun no había pronunciado palabra desde la dolorosa despedida con sus padres.

Al cabo del momento una mujer rubia apareció de la nada y miró a la castaña con una sonrisa débil, aquella mujer no parecía mala persona, le hizo ademán de pasar y la castaña hizo caso.

Hermione notaba la mirada del mas pequeño de los Malfoy, ruborizada a más no poder fue adentrandose en la mansión mucho más tenebrosa que anteriormente, el silencio reinaba el lugar y una gran tensión aumentaba entre los dos jovenes que se conocían perfectamente.

-Querida, bienvenida a la mansión Malfoy, iré a avisar a mi marido de que estas aquí, él te dirá todo lo que tienes que hacer y dónde tienes tus pertenencias -decía la señora Malfoy tranquila.

Hermione no sabía que decir, la presencia del señor Malfoy le hacía temblar, su mujer en cambio parecía simpática si no fuese porque era un títere, en el fondo sabía que tenía buen corazón y que no le gustaba la idea que tenía su marido sobre el linaje de la sangre, pero tenía que hacer caso de todo, la fortuna le podía más, a fin de cuentas en esa familia nunca habían conocido la palabra amor.

Draco continuaba analizando a la castaña, como si no la conociese ya suficientemente, la miraba de arriba a abajo, pensando en lo mucho que había cambiado en ese tiempo que no la había visto.

Sabía que iba a disfrutar viéndola fregar el suelo, recoger sus cosas, hacer su cama...sin duda haría mas desastre para que ella no parase de trabajar, siempre la había odiado y el poder de tenerla ahora bajo sus órdenes le encendía los ojos, un brillo de maldad se posaba en ellos...grises y fríos como de costumbre.

-Querida, sígueme te llevaré hasta donde se encuentra el señor -finalizó Narcissa.

Hermione hizo caso y la siguió con la cabeza agachada sin pronunciar palabra.

La verdad es que todo hubiese sido mucho más fácil si no tuviese la mirada del heredero fija en ella, la hacía ver muy vulnerable y no quería que eso pasase.

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀❀ೋ

Una vez dentro de la gran sala donde ella suponía que comían, un señor rubio platino alto, sério, con una capa verde oliva que arrastraba por el fino suelo se acercó hacia ella peligrosamente, sus andares dejarían helado a cualquiera a su paso.

-Cissy, puedes retirarte gracias, yo me encargaré de ella..Draco, quedate aquí si quieres, el heredero tiene que saber como se les trata a la servidumbre-finalizó arrastrando las palabras Lucius Malfoy.

Draco por su parte estaba más fuerte, su ancha y musculosa espalda se hacía más notable, todos vestían elegantemente, o de negro, de verde esmeralda, o, verde botella, dándo así a entender su clara preferencia por Slytherin.

La castaña con terror en sus ojos se sentó donde el señor Malfoy le indicó y empezó a oír órdenes.

-Lo diré todo suficientemente claro para que no hayan dudas, aquí solamente serás una criada más, una simple esclava que hará todo lo que a mí y a mi hijo se nos antoje, bien sea limpiar la casa, como salir a hacer la compra etc..etc- una mirada de frialdad oscureció los ojos del señor Malfoy -ni se te ocurra desafiar mis órdenes o lo pasarás verdaderamente mal, tienes todas tus pertenencias en la habitación donde harás tu vida diariamente, tienes un baño propio en ella, así me aseguraré que no utilizaras ninguno de fuera, ya que a una simple criada no se le otorgará semejante divinidad, con éste dispositivo te serán enviadas las órdenes desde cualquier lugar donde estés puesto que la mansión es enorme y no siempre estarás visible como es obvio, solamente puedes enviar llamadas a dispositivos que están dentro de la casa, y por supuesto solamente tiene una red conectada, que es la nuestra- finalizó con maldad al ver que a Hermione se le iluminaba la cara al pensar que podría hacer llamadas -no podrás utilizar la magia en determinadas horas del día, ya que la tarea que te sea adjudicada debes hacerla sin magia, al estilo que mejor conoces...al muggle -al decir la última palabra una mueca de asco se posó en su rudo rostro.

El horario cambiará por si solo -siguió explicando con mueca de autosuficiencia -estará colgado en tu habitación, como he dicho antes solamente podrás utilizar la magia a horas contadas, a fin de cuentas no se me olvida que eres una asquerosa bruja, y que por ello se te tiene que dar un márgen para hacer uso de tu mágia. Eso es todo, si tienes algúna duda, mi hijo Draco te las solucionará, ahora dirígete hacia tu habitación y cámbiate de ropa, los demás sirvientes te dirán que vestuario ponerte -acabó el señor Malfoy.

Una vez el discurso dado, Hermione seguía temblando.

En la casa ya no hacía frío, era más bien de puro terror. La forma en la que ese hombre arrastraba las palabras, las miradas de desprecio por parte de los dos varones le hacían estremecerse.

Solamente hacía horas que se había separado de su familia y ya los echaba de menos, siempre se lamentaba de como había cambiado su vida, con la muerte de Voldemort, otros se habían hecho más fuertes...inclusive la familia Malfoy.

Aún sin pronunciar palabra fue acompañada por Draco hacía su habitación, todo el trayecto fueron callados, sólamente unas malévolas sonrisas sobresalían de los labios del chico.

Una vez dentro de la habitación Hermione pudo contemplar una gran sala muy espaciosa, sus expectativas eran mucho mas bajas de lo que realmente iba a ser su estancia.

Esta era muy espaciosa, había una cama en el medio con doseles, un escritorio en la parte izquierda de la habitación junto a una gran ventana que daba al repelente bosque que había fuera, a la derecha se encontraba un gran armario de madera, y al fondo sobresalía una gran puerta donde la castaña supuso que se encontraba el baño.

Hermione se acercó a la cama y dejó el baúl a un lado, dispuesta a abrir la puerta para ver el baño, pero alguién la interrumpió.

-Increíble Granger, que bajo has caído ¿no? la alumna más brillante de Hogwarts sirviendo a una familia pura...aúnque no te culpo, servir a mi familia es todo un privilegio que no todos pueden permitirse -decía Draco mientras acorralaba a la castaña contra la pared, ésta se sobresaltó al tenerlo tan cerca.

-¿Un privilegio? -empezó a hablar la chica desde su estancia en la mansión -¿estás seguro de qué ésto es un privilegio? si por mi fuese preferiría servir a otra familia menos a la tuya-decía ella con desprecio.

-No me levantes la voz, que si te portas de forma poco adecuada ésta dejará de ser tu habitación y te irás a dormir a las mazmorras...tú decides..portarte bien y quedarte viviendo aquí..o portarte mal e irte a vivir al lugar mas mugriento de la casa- decía él con una sonrisa de maldad en su rostro.

Hermione se estremeció al escuchar que podría vivir en las mazmorras, era una idea que ni siquiera quería imaginarse, debía de ser horrible.

-Está bien -se rindió -¿qué es lo que tengo que hacer hoy?

-Hoy tendrás que hacer todo lo que me apetezca...-soltó una carcajada llena de sarcasmo que irritó y asustó a Hermione de sobremanera -satisfacerme de todas las formas que yo te pida sin negativas.

Al ver la cara de horror de su criada no pudo contener las risas.

-Vámos Granger es broma, pero no me digas que no es mala idea...tenerte a mi merced para todo lo que quiera, si en el fondo te gustaría, no lo niegues. -decía él divertido.

-Sería lo peor que me podría pasar en la vida -finalizó sincera sin alzar mucho el tono de voz.

-Cambiarás de opinión, a fin de cuentas pasaremos mucho tiempo juntos, mis padres tienen planeado irse de viaje unos días y te quedarás conmigo...-decía él orgulloso al ver la reacción de la castaña.

-¿Qué? ¿se van? -decía impresionada

Por una parte le venía de perlas perder de vista al señor Malfoy, pero por otra no quería quedarse a solas con el pequeño de la familia ya que hacía competencia con su padre al ver quien era mas despreciable de los dos, y sí...era difícil decidir cual lo era.

-Sí Granger sí...se van, se irán dentro de una semana..no te preocupes que cuando sepa más información serás la primera criada en enterarse -le guiñó un ojo y a Hermione le entró un escalofrío poco agradable.

Hermione no sabía si era mala o buena idea que se fuesen, sabía que Draco tendría ideas terroríficas incluso peor que las de su padre y no tendría a ningún supervisor para decirle nada...

Criada de un MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora