Capítulo 40: Carreras (1/2)

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-          ¿De qué estás hablando?

Estrelló su brazo izquierdo sobre su boca con violencia y su cuerpo siguió temblándole.

-          Estoy irremediablemente enamorado de otra persona y la amo con todas mis fuerzas, con todas mis ganas, con toda mi mente, con cada uno de mis pensamientos, con toda mi alma. No puedes hacerte la idea de cuánto la amo y lo difícil que fue darme cuenta.

Su madre se pasó la mano por los ojos y la voz volvió a vibrarle.

-          Debiste habérselo dicho a tu padre, él lo hubiese entendido, cariño.

-          Por supuesto que se lo dije, se lo rogué, ¿y quieres saber qué fue lo que respondió cuando le dije eso? Que iba a encargarse de saber quién era y lo iba a eliminar como si fuera un estorbo a sus asquerosos planes.

-          Claro que no hablaba en serio... - una lágrima se escapó por su mejilla y rodó hasta el extremo de su barbilla – Si tú amas a otra persona, entiendo que debe dolerte mucho tener que separarte de ella...

Jungkook soltó una carcajada ahogada, apisonando los dientes en un intento por no temblar más, mientras sus ojos seguían aniquilándola, mirándola con todo el torbellino de sentimientos que lo amenazaban y sacudían de pies a cabeza.

-          Tú no entiendes nada. Tú eres igual de hipócrita que él, igual de falsa y ambiciosa. Solo te interesa el billete y todo el provecho que puedes sacar conmigo. Créeme que también me asqueas, pero más asco me doy yo mismo por haberlos seguido.

-          No digas eso... Si no me he acercado tanto a ti y crees que he sido dura contigo es porque siempre que lo quería hacer, tú me alejabas... y te comportabas de una forma en la que no me dejabas otra opción.

-          ¿Que no lo diga? ¿Te duele tanto escucharlo ahora? ¿Después de que tantas veces que necesité tu ayuda y me ignoraste, quieres que no diga lo que pienso?

Golpeó su pie sobre una botella, haciéndola rodar hasta que esta se precipitó contra la despedazada pantalla de su celular junto a la puerta.

-          Tú no entiendes nada de esto, no sabes qué es amar, no sabes qué es hacer trizas a quien te enseñó a amar, no sabes qué es tener que romperle el corazón a la única persona en este mundo que te extendió la mano cuando estabas perdido y estuvo dispuesta a amarte con toda tu mierda – susurró con la voz bruscamente débil. — La única.

Observó cómo su celular se tambaleó una vez más y volvió a caer sobre el suelo.

-          Está bien, está bien, Jungkook – La voz de su madre rompió el silencio, sonando quebrada y desesperada, casi convertida en un susurro de súplica - Hablaré con tu padre y no continuaremos con esto más. No habrá más esto y será como tú quieras.

Su madre se dejó caer a su lado con las piernas temblándole y la voz apenas manteniéndose viva en su garganta. Su mano le tocó el hombro y pareció aferrarse a él para encontrar fuerzas.

-          Y si él no está de acuerdo, no me importará. No quiero verte así más. Eres mi hijo y me duele verte de esta manera, porque solo quiero que seas feliz. No habrá más boda y tienes todo mi apoyo en lo que signifique tu felicidad.

Jungkook sintió que el corazón se presionaba contra su pecho y se volvió a verla incrédulamente, encontrándose con un rayo de decisión en su mirada. Su cuerpo se desmoronaba en temblores bruscos y su sangre corría por sus venas a diez mil kilómetros por segundo.

-          ¿Eso va en serio? – su cuerpo se sacudió con la desesperación del momento y apenas logró formular la pregunta.

La vio asentir un par de veces y luego sintió sus brazos alrededor de su tenso cuerpo y su rostro hundiéndose en su hombro. Sus sollozos empezaron unos cuantos segundos después.

-          Perdóname, perdóname por no haber estado cuando más lo necesitabas, perdóname por no haberte entendido, perdóname por no haberte dicho cuánto te amo, perdóname por no haber pensado en ti y haber sido tan egoísta, Jungkook, hijo, perdóname.

Perdonar.

Contuvo la respiración, mientras sus pensamientos se disparaban a todas las direcciones posibles y su cuerpo empezaba a ser inyectado por una nueva corriente de energía e inquietud.

-          Cuando tú amas a alguien, lo perdonas todo, ¿verdad?

-          Claro... lo perdonas todo, porque amas a esa persona y no te importará nada de lo que haya hecho antes. Al final, todos cometemos errores, por algo somos seres humanos; lo importante es aprender a aceptarlos y solucionarlos – sus brazos siguieron prendidos de su cuerpo y sus débiles ojos lo miraron con una sonrisa que empezaba a nacer en sus labios - ¿Vienes conmigo a casa?

A casa.

Taehyung.

La última lágrima cayó y su mano se encargó de desaparecerla de inmediato, mientras la respiración empezaba a fluir de nuevo y su corazón se liberaba de la jaula espinada que lo mantenía cautivo.  Lo vería, lo vería. La expresión de su rostro se iluminó y la sangre irrigó su cerebro, refrescándolo del todo y haciéndole asimilar todo lo que había oído.

-          Claro que iré, contigo o sin ti – la voz se le atoró en el pecho y se levantó de golpe, atrayéndola consigo, incapaz de darse tiempo para terminar de asimilarlo todo – Y mientras más antes sea, mejor.

Inocencia Pasional. «KookV»Where stories live. Discover now