DOMINGO, DOS DE LA TARDE.

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Dos y media de un día 14 de mayo, jornada habitual de un domingo por la tarde. Es el típico día en que una persona con sus responsabilidades cotidianas ha de ordenarse y llevarlas a cabo. En este caso, no era fácil, pues sabía este chico lo difícil que era pulir sus ideas y ordenar su cabeza para antes de otro estresante lunes, donde seguramente le caerían las habituales riñas de su profesor, su padre, y puede que de alguno de sus ignorantes compañeros, dos cursos mayor que él, aunque esta última opción, por supuesto, con un buen bofetón.

Puede que a él lo único que le llegara a animar en esos pesados domingos fuera la música, los dibujos, las ganas de llegar a la adultez para llevar a cabo su sueño como artista, y lo más importante, esa chica que tiempo atrás le robó el corazón y parte de su personalidad. Su motivación por verse alguien importante y reconocido en el mundo era lo que aún le decía "No pares". Mas siempre había alguien ahí, que le quitaba su sueño e intención de crecer: su padre, alcohólico, llegaba a casa siempre a las ocho menos cuarto, dándole tiempo entonces de atender a su hijo como mejor sabía: manos arriba, cinturones, alguna alpargata volando... Sólo el pensar en su difunta madre y su melomanía hacían olvidar esas otras experiencias tan horribles a manos de su profesor, que lo ridiculizaba sin ningún tipo de escrúpulo delante de todo el alumnado; su progenitor y el dolor por los puñetazos recibidos en el estómago aún permanecían ahí, amenazantes.

A menudo, esta clase de problemas se tornan mayores. Durante los tres años siguientes tuvo que aguantar todas esas burlas y agresiones, y el hecho de haber sido rechazado por esa bella jovencita, que se marchó de la ciudad durante ese periodo de tiempo. El chico ya no sabía qué música escuchar, en quién pensar, por qué metas correr y luchar. Internet le aconsejaba lo mejor que podía, haciéndole saber los estados de otros jóvenes como él, que se convencían a sí mismos de que la paciencia y la esperanza serían sus aliadas en esos casos donde ya nada te motiva a vivir, pero él no aprendió nada de esa autoconvicción ajena, y cometió un error...



Hoy te he contado mi historia. No hagas que nadie cuente la tuya por ti.

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⏰ Last updated: Jun 10, 2017 ⏰

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