Caperucita, nunca fue la victima

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La niña se quedo a dormir, con su abuela, después de una tarde llena de galletas, la pequeña quedo   cansada a mas no poder, ella se quedo en el cuarto que tenía en casa de su abuelita, cabe destacar que estaba en mejores condiciones que la que tenía en su casa.

La niña se quedo a dormir, con su abuela, después de una tarde llena de galletas, la pequeña quedo   cansada a mas no poder, ella se quedo en el cuarto que tenía en casa de su abuelita, cabe destacar que estaba en mejores condiciones que la que te...

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Era el cuarto perfecto, para una niña de su edad.

-duerme bien, pequeña- se despidió la abuela una vez dejo a la pequeña en la cama, la anciana, se fue a ver su novela favorita, no se la perdería por nada, pero había algo que no la dejaba tranquila- a de ser mi imaginación,, tantos años encima, me están pasando factura- se trato de convencer la mujer.

pero en el cuarto de la niña era otra historia, a pesar de estar cansada no se había quedado del todo dormida ella esperaba a su "amigo", ese que siempre que se quedaba con su abuela, la iba a ver todas las noches, para hablar con ella y desearle las buenas noches.

-Amirah, despierta, vamos amirah- dijo una voz, aterciopelada, y suave, casi como si de u hermoso canto se tratara, esa voz pertenecía a el amigo de la pequeña.

-llegaste, pensé que no llegarías- dijo con un puchero la niña.

-sabes, que nunca te fallaría dulzura-le respondió con amor esa voz, el era la segunda "persona" que le mostraba amor, aparte de su abuela, ella no era tonta sabía que sus papas no la querían, lo que no sabía era el ¿por que?, pero ella no le daba muchas vueltas a eso, con tener a su abuela, y a su "amigo", le basta y sobra, todas las noches esa voz, la visitaba en casa de su abuela, no le gustaba ir a la casa de sus padres , decía que eran muy molestos, ellos y sus hermanos, no le agradaban a el, tampoco a ella, el era su mejor amigo, ni su propia abuela conocía a su amigo, y no es por falta de confianza, no, era por que sabía que su abuela no le creería a menos de verlo, pero ni siquiera a ella le había mostrado su aspecto, era prácticamente imposible que le creyera. 

Saga apulc: La maldición. (libro 1)Where stories live. Discover now