Capítulo 18: Asuntos inesperados

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Se metió tres trozos de manzana más a la boca y miró cómo su empleado empezaba a reír de nuevo, suspirando con una especie de alegría hasta que sus ojos se fijaron en la enorme herida que cortaba la palma de su mano y su semblante cambiaba al instante.

-       Santos cielos, Jungkook, ¿cómo te has hecho esto?

Taehyung atrapó su mano de inmediato y se le quedó mirando con el rostro encogido con un sentimiento extraño. Jungkook solo elevó una ceja, sin prestarle el más mínimo interés.

-       Un vaso explotó en mi mano.

-       ¿Cómo?

El mayor lo soltó y empezó a caminar hacia uno de los estantes, rebuscando entre las cosas hasta sacar un frasco del alcohol y dos cosas más y dejarlas sobre la mesa. Luego, extendió su mano para buscar la suya con suavidad.

-       Oye, Taehyung, ya deja eso.

-       Solo será un minuto, sino se infectará.

Tomó su mano y sostuvo un poco de algodón con la otra, vertiendo alcohol sobre la superficie antes de echarle una mirada a la herida y tocarla levemente con el algodón. Si lo colocaba de un tirón, le dolería y no quería hacerle daño. Retuvo la respiración y sus ojos se volvieron hacia Jungkook, encontrándose con su media sonrisa.

-       Solo hazlo – soltó el mayor en respuesta, sin quitarle la mirada de encima - ¿Cómo has dormido?

El rostro de Taehyung se enrojeció y bajó la cabeza con la misma dulce sonrisa de siempre en los labios, intentando concentrar todos sus sentidos en la herida.

-       Muy bien – la sonrisa de sus labios se hizo más grande, al igual que su sonrojo - Gracias por quedarte hasta que duerma...

-       Te dormiste rápido, así que me quité enseguida.

Jungkook lo observó alejar el algodón y empezar a guardar el alcohol y las otras cosas en su sitio para después darle una última vista a su mano y sonreírle.

-       Espero que no quede cicatriz, aunque... igual, puedes cubrirla con maquillaje para que no se note...

-       ¿Maquillaje?- espetó con el rostro totalmente asqueado - ¿Estás loco? Tú eres el que necesita esas porquerías, sino solo mírate el chupetón que tienes en el cuello.

-       ¿Chupetón?

Taehyung frunció el ceño con confusión, dando algunos rápidos pasos hacia el espejo de uno de los reposteros para lograr observarse mejor. Su rostro palideció cuando el cristal reflejó una visible marca roja en la parte lateral de su cuello.

-       Cielos, ¿de dónde...?

-       ¿De dónde crees?

El menor elevó ambas cejas y lo vio removerse de un lado a otro, nervioso, antes de que abriese los labios y se detuviera en seco, girándose hacia él con el rostro enrojecido.

-       ¡Jungkook!

Se cubrió el rostro con ambas manos y Jungkook lo volvió a capturar de la cintura, sonriendo, mientras sus labios comenzaban a aproximarse a los suyos con lentitud. Sin embargo, la sonrisa de su rostro no tardó mucho en desaparecer como un rayo.

-       ¿Por qué tienes eso en el brazo?

Le separó el reloj de la muñeca con brusquedad y prendió sus dedos en el brazalete acuoso que quedaba detrás, señalándoselo. El mayor rio, mirándolo sin ninguna preocupación.

-       Es el brazalete que me regaló Woohyun cuando estábamos en el hotel, ¿recuerdas?

-       ¿Y por qué diablos estás usando eso?

Taehyung estuvo al borde de abrir los labios, pero el sonido del timbre resonó en toda la casa y Jungkook lo soltó, moviéndose hacia la puerta con arrebato. No se sorprendió mucho cuando encontró a Woohyun y a Yoongi mostrándole sus estúpidas sonrisas. Se hizo a un lado de mala manera y los vio entrar hacia la sala.

-       Mi hermana no está acá, así que puedes irte de una vez.

-       Lo sé, solo vengo a esperarla.

Woohyun exhaló con una confiada sonrisa y se metió hacia el comedor, mientras Jungkook lo seguía con la mirada, atento a cada uno de sus pasos. Sentía el impulso de agarrarlo del cuello y echarlo de la casa de una patada en el culo, pero tenía que tranquilizarse. Su mente pareció volver a la realidad cuando Yoongi se aclaró la garganta y le pasó la mano frente a todo su rostro.

-       Me encontré con él en la entrada y luego me enteré que era el novio de tu hermana – dijo, buscando algo en su bolsillo – Es un buen tipo, ¿por qué le traes bronca?

Jungkook le dio un largo vistazo al comedor, aunque no logró ver más que la mesa y unas cuantas sillas desperdigadas a su alrededor.

¿Dónde carajos se había metido?

-       ¿No quieres una cerveza, Min?

-       No, olvídalo, tengo un partido en cinco minutos, solo venía a darte las llaves de tu casillero. Como ahora estás responsable...

Continuó con la mirada clavada en el mismo lugar, sin prestar atención a lo que el otro decía ni a sus carcajadas. Cuando le lanzó el manojo de llaves, lo recibió sin entender y regresó a mirarlo, satisfecho al encontrarlo cerrando la puerta de la casa tras haber salido. Se mordió el labio inferior y caminó a rápidos pasos hacia el comedor, colándose por las escaleras hasta estar de nuevo en el marco la cocina. Sintió que algo más arriba del estómago se le revolvió al observar al estúpido de Woohyun colocando sus manos encima de su empleado, mirándolo de forma interesada y metiéndose a la boca los mismos trozos de manzana que él había estado comiendo hace solo un momento.

Tensó todos los músculos, observándolos fijamente.

-       ¿Estás seguro que no quieres que te ayude con eso? Al menos, déjame subir las cosas por ti, TaeTae, solo me tomará un minuto.

Taehyung soltó otra risa y negó con la cabeza, sosteniendo la escoba y una serie de instrumentos entre sus manos. Parecía al borde de tropezar con todo eso.

-       No te preocupes, puedo hacerlo solo, no me da mucho trabajo.

Empezó a caminar hacia la puerta y cuando sus ojos se encontraron, su rostro se iluminó y su sonrisa se hizo más grande, resaltando sus frescas mejillas ruborizadas y sus gruesos y suaves labios rosas.

-       Jungkook, iré a limpiar tu cuarto, no demoraré mucho.

Woohyun empezó a servirse un poco de ensalada y se llevó el tenedor a la boca, masticando con calma.

-       Tae, esto está muy bueno. Todo lo que tú haces es delicioso.

Taehyung sonrió y agradeció en un susurro, haciendo una reverencia antes de salir caminando por la puerta, en dirección hacia las escaleras.

Los ojos de Jungkook se hicieron un poco más grande y oscuros, mientras sus músculos se presionaban entre ellos y sus nervios salpicaban una y otra vez. Aunque a pesar de eso, su rostro lucía totalmente calmado.

-       Deberías probarlo, está demasiado bueno – lanzó el otro, elevando el tenedor entre sus manos - Creo que iré a esperar a tu hermana a la sala.

Jungkook siguió con la mirada los primeros cinco pasos que dio y sin controlarse ni un segundo más, se abalanzó contra la puerta de la cocina, cerrándola de un portazo y acorralándolo rápidamente.

-       ¿Eres gay o qué te sucede? Si quieres algo con mi sirviente, escúpelo de una vez y deja de hacerte el imbécil.

Inocencia Pasional. «KookV»Where stories live. Discover now