Ni siquiera Niko, su padrastro, se levantaba tan pronto para ir al trabajo.
(...) se puso el delantal mientras iba de un lado a otro en la cocina.

―Mamá debe saber que tengo que ir al supermercado ―murmuró la chica al ver el refrigerador casi vacío. Y por supuesto no podía pedirle a Aimé que le hiciera el favor de ir ella porque quizás saldría tarde del colegio.

No, no era tan suicida como para pedirle eso así que la mejor opción era dejarle una nota pegada en la puerta del refrigerador.
Después de rebuscar por todos lados en la pequeña alacena encontró algunas cosas y con eso se arregló incluso para dejar el almuerzo listo.

Sólo esperaba que su madre no fuera tan perezosa como para no calentar la comida en el microondas. Cerca de las seis y media la chica estaba terminando de guardar y limpiar las cosas que había utilizado.

―(...), ¿qué haces a estás horas levantada?

La chica dio un respingo al escuchar aquella voz, no se dio cuenta en qué momento entró en la cocina.

―Ah, Nikolay, buenos días ―saludó (...) con media sonrisa―. No podía dormir así que...

El hombre se acercó a ella.

―Buenos días ―le revolvió un poco el pelo y después (...) le indicó que se sentara en la mesa donde esperaba el desayuno de Niko―. Vaya, esto se ve delicioso. Gracias.

Aquella pequeña palabra acompañada con una sonrisa le dio devolvió el ánimo a la chica, no estaba acostumbrada a que la trataran bien empezando el día pero por alguna razón el Karma decidió darle aquel momento.

Niko era un hombre muy amable, respetuoso con (...) y nunca la obligó a decirle padre o algo por el estilo. Ella no confiaba del todo en él y Niko la entendía ya que también pasó por una situación similar cuando era joven.

(...) era demasiado estoica con todo, incluso con situaciones que ni él mismo aguantaría. Ya había perdido la cuenta de las veces que había discutido con Aimé por tratar mal a su hija pero sabía que no era nadie para opinar. No era el padre de (...).

―¿Qué te pasó en la rodillas? ―preguntó Niko sin dejar de comer.

La chica se sorprendió de que se diera cuenta si ni siquiera la vio en la noche, (...) se acordaba de haberse ido directa a la cama tras terminar de limpiar.

―Bueno, ayer cuando salía del insti me caí de forma poco elegante.

―Y tu madre no te ha ayudado, ¿verdad?

(...) no respondió, estaba clara la respuesta. Ella observó a Niko con una mirada melancólica después de terminarse el café.

―Tendrá sus razones. ―(...) le dio la espalda mientras se ponía a lavar los cuchillos y platos restantes―. No pasa nada, enserio.

El hombre no dijo nada, recogió los platos de la mesa y los llevó al lavabo.

―Que tengas buen día ―le dio unos golpecitos en la cabeza y la chica no lo miró―, y curáte el corte antes de que se infecte.

Una vez tuvo la seguridad de que estaba sola se miró el dedo anular de la mano izquierda, la hilera de sangre se mezclaba con el agua y el ardor era molesto.

―A veces me pregunto, ¿cómo se entera de este tipo de cosas?

De nuevo estaba en aquel lugar, pisando tierra movediza la cual no sabía cuándo la iba a succionar. Lo peor de todo era que le tocó estar en la misma clase de aquel tipo.
Daiki Aomine, un perfecto imbécil.

Las primeras clases pasaron sin novedad y ya estaba en su hora de descanso, sentada sin compañía alguna debajo de un árbol. Sacó un libro de su mochila y leyó de forma tranquila mientras comía... o lo poco que duró su intimidad ya que fue rodeada por varios chicos, liderados por Daiki.

―Hola, gafitas ―murmuró Aomine con la clara intención de molestarla, pero para (...) aquello no era más que zumbido de mosquito.

―Vaya, te ignora por completo, Aomine.

El grupito comenzó a reírse del mencionado, él frunció el ceño y le arrebató el libro a la chica de manera brusca. No sólo le había quitado el libro, también le había tirado la comida.

(...) se levantó para seguir al chico intentando quitarle lo que le había arrebatado.

Los demás sólo miraban riendo mientras la «gafitas» seguía inútilmente al chico más rápido de todo el instituto. Pero ella no se rendía, estaba sólo a unos pasos de alcanzarlo y eso sorprendió no sólo a los presentes sino que también a Daiki.

No había conocido a una chica con tanta resistencia física y que por segundos casi le igualaba. Cuando (...) rozó la camiseta de Daiki sucedió, las heridas en sus rodillas la hicieron caer al suelo de forma estrepitosa llamando la atención de todos.

―Toma, quedátelo ―Aomine le tiró el libro que cayó en un charco, justo donde (...) había caído, ella seguía sin levantar la cabeza con las rodillas temblorosas y la respiración agitada.

Se había ensuciado por completo la falda de agua sucia y hojas caídas, las heridas en sus rodillas estaban abiertas de nuevo sin mencionar que su libro favorito estaba arruinado por completo.

El timbre sonó y los chicos se fueron dejando a (...) sola, o al menos eso pensaba ella cuando una mano apareció frente a ella.

―¿Estás bien? ―preguntó un chico acercándose a ella.

―Pensaba decir que si, pero eso obvio que no ―(...) se levantó con ayuda del rubio, era bastante alto y musculoso lo cual le decía a la chica que era deportista―. Gracias. Soy (...).

―Yo Wakamatsu. No deberías quedarte sola con ese tipo, es muy molesto.

Tras ayudarla a ponerse en pie y decir aquello (...) se quedó sola. ¿Qué más le daba si se perdía la mitad de las clases?
Con aquella idea en mente volvió al árbol para ir pos sus cosas pero no estaban donde las había dejado.

Tras buscar por casi todos lados las encontró en un cubo de la basura.

―No, no, no ―decía (...) al verlas, habían tirado todo y estaban cubiertas por restos de comida, olían fatal y sus libros estaban totalmente arruinados.

¿Se suponía que apenas empezaba el semestre y ya no tenía los libros en condiciones?

«No quiero esto de nuevo. No lo soportaré.»
Las lágrimas bajaron por sus mejillas sucias, la visión se le puso borrosa y se apoyó contra la pared hasta quedar sentada en el suelo abrazando sus rodillas contra el pecho. Dejó caer la cabeza y sus hombros se sacudieron.

«Eres una molestia, ¿por qué no te suicidas?», decía aquella voz en su cabeza.

(...) se quitó las gafas y se limpió las lágrimas con el dorso de la manga, varias estudiantes pasaron de largo sin preguntarle si estaban bien pero ella ya estaba acostumbrada.


N/a: ¿qué hará nuestra puntos para enfrentar ese miedo interior? :'v

BlueBerry (EDITANDO)Onde histórias criam vida. Descubra agora