UN NIÑO CON EL PIAJAMA DE RAYAS

Parte 1 Sin Título

Bruno es el hijo de un oficial nazi, que vive en Berlín junto a su familia. Estos, se ven obligados a mudarse por el ascenso de su padre a otro lugar. En la nueva casa, Bruno ve una especie de 'granja' donde hay muchas personas. Un día, él se acerca a aquel lugar para ver lo que hay, y allí se encuentra un recinto con una enorme verja. En ese cercado vió a Shmuel, un niño de su edad que tenía un pijama de rayas un poco sucio. Bruno feliz de haber encontrado a un niño con el que jugar entabló amistad con él. Shmuel era un buen niño, o por lo menos eso parecía, nadie sabía lo que podría esconder esa inocente cara.

Bruno iba todos los días a verlo hasta que una vez Shmuel le comentó que tenía que ayudarlo a salir de allí, ya que no era feliz. Al día siguiente Bruno trajo herramientas de su casa para hacer un agujero en la verja, y así se hizo. Shmuel salió y corrieron felices por el bosque ya que por fin era libre, pero no sabía donde quedarse. Bruno arriesgó y dijo que podría esconderse en el sótano de su casa, ya que allí nadie bajaba nunca.

Entraron a escondidas en casa de Bruno y metió a Shmuel en el sótano. Todos los días le llevaba comida y agua y hablaba y jugaba con él. Shmuel se encontraba muy bien allí, pero, lo que nadie sabía era que él odiaba a los nazis, y no había mejor momento que ese para matar a una familía nazi, lo cual uno de ellos era un importante oficial, el padre de Bruno. Shmuel era un niño malvado, rencoroso y vengativo. Quería vengar la muerte de su padre, así que, todos los días que estuvo allí, ideó planes e investigó la casa por las noches para crear el plan perfecto.

Un día, Gretel bajó al sótano, ya que estaba buscando telas para hacerle vestidos a sus muñecas y se encontró a Shmuel. Ella se asustó y grito, Shmuel la cogió, le tapo la boca y le clavó un cuchillo en el estómago. Esto hizo que Gretel muriera . Shmuel envolvió su cuerpo en una grande lona y la llevó sigilosamente a la parte trasera de la casa, luego volvió al sótano y limpió la sangre del suelo. Mas tarde Bruno y sus padres vieron el cuerpo fallecido de Gretel allí. Pensaron que serían revolucionarios judíos los que asesinaron a sangre fría a Gretel. Enterraron el cuerpo de Gretel entre sollozos, estuvieron de luto una semana.

Shmuel no sentía una pizca de resentimiento, gente como ellos habían matado a su padre en peores condiciones. Esos día Bruno estaba triste por el fallecimiento de su hermana Gretel, a pesar de eso siguió viendo a Shmuel todos los días para ver como se encontraba. Shmuel consolaba al pobre Bruno que aun estaba de luto.

Al cabo de unas semanas todos estaban más tranquilos y el ambiente en la casa volvió a la normalidad. Un día, la madre de Bruno le dijo que pronto se irían, ya que no podían permanecer mucho más tiempo en aquel lugar que solo le traía malos recuerdos, y a parte de eso, descubrió por fin de donde salía un olor nauseabundo que lo notaban desde hace algunos días. Ese asqueroso olor llegaba del cercado de donde procedía Shmuel.

Bruno le comunicó a Shmuel que pronto se mudarían y que no sabía que podía hacer con él. Shmuel eso le causó un cambió en sus malvados planes. Bruno pensó que podría hacer con Shmuel ya que se iban cambiar de casa. Decidió meterlo en una caja grande el día de la mudanza. A Shmuel le pareció una buena idea. Se mudarían la semana que viene, ya estaban empezando a guardar sus objetos personales en cajas. El día antes de la mudanza iban a hacer una cena con los amigos oficiales de su padre.

El plan de Shmel era el siguiente:

Llevaba unos días preparando unos explosivos para matar a todos los habitantes de la casa, pero al enterarse de esa cena le causó una gran alegría. Escondería un par de explosivos por toda la casa para asegurarse de la muerte de todos, y si era necesario también moriría él, solo para vengar a su padre.

Los explosivos los fabricó el mismo ya que trabajaba con su padre en una tienda de armas, hasta que los arrestaron y los llevaron al campo de concentración.

Por fin llegó el gran día de la cena, Shmuel ya había escondido todos los explosivos por la casa, en concreto en el salón principal, donde estarían todos los oficiales. Bruno ya estaba vestido para ala ocasión, pensó que a Gretel le había gustado estar allí, ya que le encantaba conocer a gente nueva. Bruno bajó junto a su madre al salón principal donde ya estaban todos preparados para la velada. Cuando se sentaron todos en la mesa lo último que vio Bruno fue una brillante y ardiente luz. Todos murieron, como se esperaba Shmuel. Finalmente nadie supo lo que pasó con Shmuel, el extraño niño judío.