El mundo apocalíptico sacó lo peor del ser humano. Los menos afortunados luchando para la entretención de los dueños. Matándose entre sí por un plato de comida, por respirar un día más, pero siempre hay alguien dispuesto a luchar por cambiar la real...
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6 meses después.
El sol empieza a caer y ya todos sabemos qué es lo que se viene. Cada dos días se repite el mismo ritual como si de eso dependiera la supervivencia de la especie humana - sin tener certeza si existirá algún humano que haya logrado sobrevivir fuera de estos muros - pero por lo menos de eso depende nuestras vidas. Poco a poco comenzamos a ponernos de pie hasta que nos encontramos de frente a la gran pared que nos separa de la otra realidad, de nuestra pasada y quizás un poco menos oscura realidad.
Una vez listos, procuro posicionarme junto a Rob, me siento un poco más protegida junto a él aunque sé perfectamente que ambos nos encontramos expuestos al mismo peligro. Es inevitable mirar alrededor. Todos son jóvenes, al parecer ninguno sobrepasa los 25 años y los más pequeños parecen ser dos hermanos gemelos de unos 10 años. Cada día los veo juntos, asustados - mas bien, aterrados - y no puedo entender como han podido exponer a dos niños a este bajo mundo. Cada vez que toca elegir a los siguientes, ellos lloran de desesperación al creer que pueden ser los siguientes y aunque durante la estadía me he vuelto dura, ellos logran derribar aquella gran muralla.
El sonido de los parlantes se oye a lo lejos y todos comenzamos a acelerar instintivamente sus respiraciones. Rob toma mi mano para asegurarse de que no me pierda en medio de la aplastante masa de personas que nos rodean mientras la adrenalina por que nuestros nombre salgan expuesto nos inunda. Empujo a Rob conmigo hasta llegar donde los gemelos, ambos nos miran al notar que me agacho a su lado e insto a Rob que tome de la mano a uno mientras yo sostengo al otro. No quiero que se sientan mas solos y yo se que no necesito decirles nada mas. El pequeño a mi lado aprieta mi mano como si su vida se fuera en eso. Pareciera ser aún menor de lo que realmente es, sus ojos brillan de temor y su labio inferior tiembla. Una vez más vuelvo a la altura de uno de los gemelos e intento hablarle suavemente
- ¿Cuál es tu nombre? - pregunto sin soltar el fuerte agarre que el pequeño mantiene
- Ja-Jackson - pronuncia en un hilo de voz - Él es Jordan
Apunta a su pequeño hermano junto a Rob. Asiento para enseguida regalarle una pequeña caricia en su revoltoso cabello ondulado y ponerme de pie para esperar lo inevitable.
Los elegidos nos rodean con sus armas para asegurarse que nadie vaya a impedir lo que va a suceder. El Imperator está presente y aunque siempre lo está al momento de las luchas y su presencia se sienta alrededor, ninguno de nosotros sabe quien es - sólo los elegidos y dueños -.
Sabemos sí que para poder ser uno de los elegidos, necesitamos ganar 10 batallas. A Rob tan sólo le falta una para ascender, pero yo siquiera llevo 6 y aunque las he ganado todas, he quedado muy mal herida como para volver a pelear en una oportunidad cercana.
Se escucha un brusco carraspeo del otro lado del alto parlante y luego esa ronca, enigmática y maldita voz.
- Robert y Charlie, alcírculo de hierro- El silencio inunda nuevamente mientras todos intentaban encontrar con la mirada a Rob y Charlie - las apuestas se abren.
