Ya se conoce la suerte del pequeño.

Un callado chico de ojos azules ingresó a la cocina, con el mismo fin que Harry pero sin la incomodidad de cruzárselo. A Louis hasta le divertía la actitud del menor ante él, su nerviosismo y su forma de evitarle la mirada. Por supuesto que trataría de aumentar eso.

— Harry. — Esa única palabra bastó para que el menor abriera grande los ojos y mordiera su labio inferior, erizándose como un felino debajo de su sweater del nerviosismo. — ¿Está todo bien? Siento que ayer te molestó lo que te dije, ¿así fue? — El rizado no podía verlo, pero sabía que ese infeliz estaba sonriendo.

Y así era, Louis mostraba una sonrisa de lado, orgulloso de sus efectos en el pequeño. Pero Styles era un jovencito testarudo, y orgulloso. No se dejaría vencer por su voz y acotaciones burlonas. Giró sobre si mismo para ver a Louis con la cabeza levemente ladeada, provocando la eliminación de la sonrisa del mayor, la cual se transportó a sus propios labios.

— Para nada, simplemente me sentí muy cansado ayer y no pude continuar acompañándote, espero eso no te haya molestado. — Le dedicó una sonrisa amable que confundió a Louis. ¿Qué demonios le sucedía a ese niño?¿Acaso también tenía problemas de personalidad?

Luego de la partida del niño, Louis no pudo evitar quedarse pensando en quién era y en cómo había llegado a vivir a su casa, a usurparla. Le molestaba el hecho de que su madre jamás hubiera consultado con él, mínimamente, por ser el mayor de sus hijos sobre traer a alguien nuevo a dormir en su casa por tanto tiempo.
Con el ceño fruncido continuó explorando su molestia, pero entremedio, aunque nunca pudiera admitirlo, sentía interés por ese escuincle de cabello rizado. Quería conocerlo, saber cómo era vivir con su problema. No podía negar que el niño era malditamente adorable y llamativo. Se negó pensar en eso más y continuó con tranquilidad su día de no hacer absolutamente nada.

🌵

Harry creía firmemente estar enamorado de Johannah. Su calidez le recordaba profundamente a su madre, y lo hacía sentir genuinamente cómodo en ese entorno desconocido. Casi todos en la familia mostraban una gran amabilidad hacia él, a excepción por supuesto del hermano mayor de los Tomlinson.

Louis aprovechaba cada pequeña oportunidad para lanzar algún comentario ácido a Harry, seguido de una sonrisa que al niño le molestaba tanto, ¿podía ser más irritante? Dos días y no lo había dejado tranquilo, haciéndolo sentir un intruso en su casa. El más pequeño sabía que podía ser complicado recibir a alguien en tu casa, pero no entendía su hostilidad cuando todo el resto de su familia era tan dulce y amable con él.

Sumado a los problemas con Louis, Harry se encontraba en un predicamento con sus horas de sueño. No podía dormir, pensaba en la escuela y en lo complicado que sería adaptarse a un entorno tan difícil para alguien como él. Se encontraba en la planta baja, lógicamente en pijama, viendo algún programa de televisión de medianoche. Su tranquilidad se vio interrumpida por una figura que ya le provocaba poner los ojos en blanco y bufar, cosa que hizo, y llamó la atención del ajeno.

— ¿Te parecen horas para estar viendo televisión? Me despertaste por lo alto que está el volumen. — Mentira, el cuarto de Louis se encontraba bastante alejado de la sala, más alejado incluso que el del rizado.

Louis se había levantado simplemente a buscar una taza de café, pues estaba planeando sus próximas estrategias para mejorar en su trabajo temporal, algo que su familia no podía conocer. Le había llamado la atención escuchar desde la cocina la televisión prendida, por lo que en el momento en que se dirigía a apagarla notó una cabeza de rulos color chocolate muy despeinados.

Por supuesto que no podía desaprovechar esa valiosa oportunidad.

— No todos tenemos la maravillosa cualidad de dormir como morsas sin que nuestro sueño sea interrumpido. — Harry le dedicó una sonrisa cínica, pero hermosa, la cual confundió por un segundo al ojiazul.

— El punto es que sí me despertaste, enano. — Gruñó Louis, dirigiéndose al televisor para bajar manualmente el volumen al mínimo, sabía que eso lo irritaría.

Styles nunca había sido alguien de la violencia, lo asustaba terriblemente, pero sus mejillas estaban rojísimas de la furia. No comprendía cómo alguien podía ser tan pesado y molesto solo porque sí, él no le había hecho nada. Se paró de un salto, posicionándose en frente de Louis con los ojos expulsando enojo concentrado.

— Eres descortés, molesto y malo conmigo sin razón. Déjame en paz. — Harry no era la mejor persona para tener discusiones, era muy sensible, aniñado y dulce como para insultar a alguien. Se sentía culpable por lanzar insultos hacia alguien, por lo que no lo hacía. En cada discusión, sin ser esta una excepción, sus ojos se tornaban vidriosos y tristes.

Louis lo miraba atontado. Se veía adorable, con los ojos llorosos y las mejillas rojas por el enojo. No había hecho mucho, solo bajar el volumen al aparato, pero sabía que ciertas personas con problemas neurológicos podían reaccionar de maneras poco típicas. Estaba a la vez satisfecho e insatisfecho con el efecto. Permanecía sin hablar, solo mirándolo fijamente.

No pasó mucho tiempo, el menor se volteó enojado y regresó a paso pesado a su habitación. Dejando a Louis aún estúpido por la belleza que cargaba en su momento de cólera.

memory loss. ||l.s||Место, где живут истории. Откройте их для себя