You Found Me (Larry Stylinson)

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Louis se miró una vez más en el espejo de su cuarto preguntándose si lo que estaba haciendo era realmente lo correcto. Hacía meses que se sentía de la misma manera extraña alrededor de Harry; sus manos temblaban, sus piernas flaqueaban y su corazón saltaba. Louis sabía que querer como él quería a su compañero de bando no estaba bien y menos si era él quien lo sentía. Pero había llegado a un punto que él no podía controlar nada. No podía respirar bien cuando estaba cerca de él, comenzaba a tartamudear cada vez que hablaba con él y por más que quisiera dejar de mirarlo no podía evitar hacerlo. Lo peor de todo es que los otros chicos comenzaban a darse cuenta. A veces le lanzaban miradas de advertencia, otras sólo sonrisas lastimeras y por último habían optado por ignorarlo; como todas las cosas que sucedían en esa banda. Todos, incluyéndolo, preferían ignorar las cosas cuando no estaban yendo bien. Preferían evitar temas para no incomodar a los demás. Sin embargo, Louis estaba cansado, en especial de ser ignorado.

Louis no podía ignorar la estampida de rinocerontes en su estómago cada vez que Harry le tocaba, tampoco podía ignorar el calor en sus mejillas y, sobre todas las cosas, no podía ignorar a Harry.

Por esta misma razón, él había rechazado la oferta de ir a comer con los chicos porque si hubiera ido, si hubiera prestado más atención a los brillantes ojos verdes de Harry, Louis posiblemente no podría coger sus maletas e irse como lo había planeado. No obstante, pudo hacerlo. Pudo ignorar a Harry y concentrarse en las maletas que tenía que coger y en las cosas que le faltaban por guardar.

Louis supo que no era del todo correcto dejar las cosas como lo estaba haciendo, sin dejar una mísera carta con una explicación. Sabía que huir de lo que pronto lo alcanzaría no era lo más sano. Pero ya estaba allí preparado para hacer lo que tuviese que hacer. Él quería acabar con aquella tristeza constante en su rostro.

Así que cuando estaba cerrando la puerta de su piso con la maleta en la mano y los boletos, la idea de no hacerlo pasó por un segundo en su mente; tal vez no era una idea tan buena como había pensado al principio sin embargo era lo mejor de todo lo que se le había ocurrido.

Harry golpeó la puerta de piso de Louis con fuerza. Sus ojos nadaban en preocupación y poco a poco esa preocupación se transformaba en lágrimas.

Louis no había aparecido por ningún sitio en dos días. Tampoco contestaba sus llamadas, ni mensajes ni siquiera actualizó nada durante esos días en twitter. Harry ya sabía que algo no iba bien con su amigo pero no le tomó tanta importancia como otras veces. Louis solía tener sus momentos, cada cierto tiempo y siempre los solucionaban juntos pero esta vez no creyó que lo necesitase. Sí, se fijó en las sonrisas vacías que el daba a las seguidoras o que la constante alegría que él irradiaba ya no estaba. Las sonrisas so llegaban a sus ojos y poco a poco se iba alejando del grupo. Pero Harry no le vio la importancia.

Aun así, por muy triste que Louis estuviera, había llegado lejos.

Podía entender que no quisiera compartir con los chicos y con él, podía entender que no quisiera hablar sobre las cosas cuando le molestaban, Harry podía entender que no le hablase a nadie pero lo que no soportar era que no diera señales de vida por dos días. Louis era importante para ellos ¿por qué ni siquiera fue capaz de contestar un mensaje?

Harry cerró sus ojos, tocando con más fuerza la puerta. Él no tiraría la puerta, él no hacia esas cosas pero... entonces recordó la llave de repuesto. Sonrió pensando que fue una gran idea convencer a Louis de poner una llave extra por si las perdía o cualquier tipo de accidente que tuviera el chico. EL era un desastre en todas esas cosas.

Se levantó sobre las Oops! de sus pies pasando las manos sobre el marco de la puerta esperando que allí estuvieran. Cuando sus manos tocaron la llave, él sonrió con más ganas. Tal vez invadiría la privacidad de su amigo, lo cual es incorrecto para alguien como Harry pero la preocupación que le invadía opacaba todas aquellas cosas que él no haría si estuviera en sus cabales.

Lentamente entró al piso de Louis buscando frenéticamente algún signo que le diera alguna pista. Todo parecía estar como siempre: bolsas de comida chatarra encima de la mesa, hojas blancas por el suelo, sus zapatillas de andar por casa debajo de la mesa... todo parecía estar en orden a excepción del silencio.

-¿Lou? -llamó Harry confundido por el silencio.

Sintió su pulso acelerarse a medida que se acercaba al cuarto de Louis. El miedo fluyó a través de sus venas cuando imágenes de cualquier escenario posible pasaron por su mente. Lo vio estirado en su cama, envuelto entre las sabanas, inconsciente; en el suelo o en el baño...

Pero no había nada de eso. Sólo nada. Literalmente nada. Nada.

La habitación de Louis estaba casi vacía. Su cama esta revuelta y su Iphone y su portátil estaban sobre ella. El armario estaba casi vacío a excepción de un par de zapatillas y camisetas que los chicos y él habían ido dejando todas las veces que se iban a quedar allí. Sus juguetes, los regalos que guardaba, sus relojes... sus cosas habían desaparecido. Su pared llena de fotos desde que todo comenzó también, nada.

Entonces la realidad le golpeó tan fuerte que Harry quiso morir. Quería golpear, romper y gritar porque la realidad le dolía, porque no era así como todo tenía que ser. Su amigo, el chico divertido, el chico que todo el mundo quería no estaba. Les había abandonado, lo había abandonado.

Louis se había ido.

En algún momento mientras miraba todas las cosas tuvo que comenzar a llorar porque ahora Harry podía sentir las lágrimas caer y como su garganta se cerraba y como su corazón se encogía. Jamás en su vida, desde que estaba en la banda se le había pasado por la cabeza que alguno quisiera dejarla. Incluso Louis, que por muchas veces que dijera que la dejaría pensó que era cierto.

Su móvil empezó a sonar asustándolo. No sabía si contestar o no, es decir, Harry no quería decirle a nadie que Louis no estaba, Harry no quería hacerle daño a nadie. A pesar de que él estuviese ha roto.

-Si?

-Jay no sabe nada, Harry, no sabe dónde está su hijo. ¡Nadie sabe! -Era Zayn, totalmente destrozado. Harry pudo sentir la desesperación en su voz, el peso de la preocupación en cada una de sus palabras. Él no era quien para mentir, menos ahora.

-Lo siento tanto, Zayn, te juro que lo siento -empezó a decir a través de sollozos-. Louis... jo'der... s-se ha i-ido.

Los dos rompieron en llanto a penas las palabras tuvieron sentido. Decirlo en voz alta lo hizo más real, en lugar de un simple mal sueño.

-¿Qué?

-¡Mal'dita sea, Zayn! ¡Louis se ha ido y nos ha dejado! Jo'der, se ha ido y nos ha dejado sin importarle nada, ¡como si fuera tan simple dejar a tus amigos a quienes te quieren! -explotó harry lleno de ira. Estaba tan enfadado. Con todos. Con Zayn, Liam y Niall por no haberle avisado, con Louis por ser tan imbécil y hacer esto, y con el mismo por creer que no tenía ninguna maldita importancia.

¿Por qué? ¿Por qué Louis se había ido sin decir nada? ¿Qué le provoco irse? Las preguntas invadían la mente de Harry opacando la voz de Zayn en la otra línea.

-Harry -escuchó vagamente-. Niall va de camino, no...

Pero él había dejado de escuchar. Sus ojos estaban clavados a la única foto que quedaba en el cuarto de Louis. Las demás, las muchas otras que tenía habían desaparecido. Todas excepto esta. Era una foto reciente, de ellos dos en un sitio al alzar, en Londres como en cualquier otra parte del mundo. Harry reía de alguna cosa que tal vez Niall habría dicho mientras que Louis solo sonreía con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes iluminando la foto.

Harry se acercó y la despegó de la pared sin saber qué hacer con ella. Entonces la dio vuelva para encontrarse con la desordenada letra de su amigo. La foto tenía un encabezado en letras pequeñas, arriba de la foto.

"Estoy enamorado de ti".

Empezó a llorar con fuerza, su corazón encogido y el hielo en sus venas lo había congelado. Todo, a él y el momento. Allí se dio cuenta de lo que estaba pasando con Louis.

Y Harry también supo que pasaba. Él también lo sentía de la misma manera que Louis lo hacía.

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