01.

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Si alguien le hubiera preguntado acerca de su infancia, probablemente él no sabría que responder.

Taehyung no recuerda haber tenido una buena infancia, y por desgracia, solo sostenía algunos recuerdos borrosos de cuando era pequeño.

Sin embargo, a pesar de conocer a muchas personas en su vida, el castaño jamás lograría olvidar a su mejor amigo, y mucho menos, al niño que había conocido en Busan durante la primaria. Aunque había pasado mucho tiempo, y Taehyung jamás supo lo que pasó con aquel niño de mirada radiante. Aquel niño el cual le había regalado las más lindas sonrisas...pero su memoria no conseguía recordarlo muy bien, ni siquiera recordaba su nombre.

Pero lo único que le hacía no olvidar su existencia era un dige...un pequeño dige de trébol que aquel niño le había regalado la última vez que lo vió. Realmente, odiaba tener tan mala memoria.

Cuando era más chico, a la edad de 15 años, solía tener pesadillas por la noches y a veces no lograba conciliar el sueño, pero gracias a Yoongi, el castaño pudo superar todo aquello con el paso del tiempo. Su mejor amigo nunca lo abandonó.

Aún así, Taehyung nunca volvió a ser el mismo, extrañamente había cambiado su forma de ser con todos, incluso llegaba a acostarse con sus compañeros y compañeras del instituto al que concurría, únicamente por placer y por olvidar los problemas que ocurrían con su familia.

Pero según el castaño, lo que él tenía como familia, no era una familia.

A los únicos que consideraba su familia era a su mejor amigo Yoongi, su tío Hoseok, que además de ser su padrino, siempre fué como un padre para él. Y por último, a su primo Namjoon, este siempre le visitaba a fin de mes.

Taehyung se encontraba en su último año de preparatoria, y la verdad le daba igual, ya que luego de terminar la preparatoria, trabajaría con su padre en la empresa que tenían, lo cual según él, sería cien veces peor.

No iría a la universidad, sino que solo se volvería un empresario como su padre, siendo heredero de una gran fortuna. Prácticamente, ya tenía su vida resuelta, pero no estaba seguro con respecto a su futuro, ni siquiera quería pensar en eso.

Si Taehyung no tomaba el puesto de su padre sería una deshonra hacia su propia familia, y la verdad le importaba muy poco, después de todo ser hijo de un empresario multimillonario ya era una carga, y lo que llegaban a decir las cámaras y los periódicos de él a veces era agotador.

Simplemente no toleraba que media ciudad de Seúl hablara acerca de su familia.

El castaño aparcó su motocicleta y al bajar logró divisar a su mejor amigo en la puerta de entrada, por lo que decidió acercarse a él.

-Creí que no vendrías. -musitó Yoongi dándole una calada a su cigarrillo mientras estrechaban sus manos como machos, el típico saludo.

-¿Acaso he sido puntual alguna vez? -rió el castaño alzando una ceja.

-Lo siento, había olvidado que tu apellido es Kim. -dijo Yoongi y el menor rió.- Entremos.

Entraron al aula y se sentaron al lado del otro en el fondo, como siempre. Esa costumbre no había cambiado desde que se conocían en la primaria.

El profesor entró a los pocos minutos y se posicionó frente a los alumnos para anunciar una noticia. Pidió la atención de los estudiantes presentes y todos lo miraron atentos.

-Alumnos, el día de hoy tendremos un alumno nuevo. Espero que lo traten con el respeto que se merece. -este se giró hacia la puerta.- Ya puedes entrar, muchacho.

trust issues © taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora