Capitulo 1

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Una familia judía sin dinero, lo único que tenían para comer era: pan, agua, leche i alguna que otra pieza de fruta… residían en una cabaña a las afueras de Tromso. La mujer a punto de parir a su primer hijo, al que le llamaría Floki, debido a un heroico vikingo.

Eran las dos de la madrugada cuando empezó a romper aguas, mientras tanto el marido le daba soporte y buscaba ayuda. Cuándo este encontró un vecino, con ganas de ayudar o al menos eso se le notaba en su carácter, fueron rápidamente a la cabaña. Ambos ayudaron a Gunhilda a que su hijo Floki saliera de una pieza y correctamente. Tras los llantos que se escuchaban a altas horas de la noche en una cabaña prácticamente deshabitada. Floki pudo salir correctamente sin ningún tipo de inconveniente, lo cual tanto a su madre como su padre y el vecino con ganas de ayudar, se alegraron de verlo y de que todo hubiese salido bien.

Sabiendo que en cuatro horas el sol aparecería por el horizonte dando a reconocer un nuevo día, se durmieron sin más. Un llanto de Floki levantó a Gunhilda y a Gudbrande, como el vecino ya se había ido a su hogar, tuvieron la extravagante idea de llevarle algún objeto de valor del cual apreciaran mucho o con un simple grácias, porque no tenían mucha cosa, que digamos.         

Dos horas más tarde, después de haber alimentado a Floki y decidir que le dirían o regalarían al vecino, lo pensaron y fueron en busca de su casa. Nada más salir, encontraron un perro menudo, ladrador, de pelo obscuro, con alguna tonalidad blanca y sin correa ni nada que identificara, de quien era el perro; eso quería decir que lo habían abandonado. Gudbrande tras mirar que estaba en buen estado y parecía que no tenía pulgas tuvo la grandiosa idea de quedárselo, por un simple motivo:       Él tuvo uno parecido cuando era pequeño, su mujer no le rechistó, todo lo contrario, le dijo que lo podrían tener, y siguieron el camino con el perro detrás, parecía que habían hecho buenas migas.

Después de haber recorrido durante tres cuartos de hora, encontraron el hogar del vecino que les ayudó. Picaron a la puerta, de la que casi se desmoronaba. Un señor con buenas pintas, les abrió la puerta y les invitó a pasar dentro; Gunhilda que sostenía a su hijo sobre sus brazos, reconoció que ese joven que le abrió fue quien le apoyó junto a su marido la noche anterior. Sin ninguna más precipitación estos le dieron las grácias sublimemente, junto a eso les pidieron, que si necesitaba alguna ayuda o alguna cosa, ellos estarían ahí y que podrían confiar.

Fretk tras haber escuchado esas palabras, se encogió pero a la vez les sonrió con todos sus ánimos y es que una noticia muy importante había rulado de manera bestial por la radio.

¿Que os ha parecido? ¿Sigo?

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⏰ Last updated: Jan 23, 2015 ⏰

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La segunda guerra mundialWhere stories live. Discover now