La Obsesión del Príncipe

Capítulo 2

-Seguramente trataran de liarnos con alguna familia-la forma tan despreocupada en lo que decía me extrañaba bastante.

- ¿Por qué estás tan tranquilo? ¿Sí sabes que posiblemente van a poner unas cuantas fotos para que elijas?

-Claro que sí, es solo que yo lo sabía desde hacía bastante, era algo un poco obvio ¿No?

-Supongo que sí, pero no pienso dejar que resuelvan mi vida-dije con la mirada en alto y una nueva meta en mente.

- ¿Nos vamos? -dijo él ofreciéndome el brazo, el cual tome.

La mirada en su rostro lo decía todo, tampoco se daría por vencido sin dar pelea. El rostro de nuestros padres era épico, se podía notar a leguas que había algo raro, ambos sonreían demasiado y papá no dejo de halagarme en todo el camino, Zac solo reía y hacía bromas en voz baja sobre ello. Hasta que mamá se puso seria y nos pidió compostura, ya se había tardado bastante, el típico de: compórtense, sean amables, saluden a los invitados, no contesten con ironías, olvídense del sarcasmo y no estén tan juntos. Este último se debe a un hecho un tanto loco, de niños siempre estábamos juntos, y eso no cambio con el tiempo por lo que las personas que no conocían nuestra relación pensaban que éramos pareja; el rumor se extendió y es por ello que nos ha pedido mantenernos alejados en la velada. Claramente no vamos a hacerle caso, esa es nuestro principal método de defensa.

El lugar donde se realizaría la fiesta es el salón Palace, el más grande, bello, y costoso de toda la ciudad; cabe mencionar es esta es una ciudad principal por lo que es de lo mejor que hay. La entrada estaba alumbrada con farolas muy a la antigua, había muchas rosas blancas en pequeñas macetas entre medio de estas, a medida que nos acercábamos a la entrada la iluminación iba en aumento. La entrada del salón se encontraba completamente adornada, quizá hasta un poco exagerada, dentro abundaban las rosas blancas y conociendo a los anfitriones seguramente son las preferidas de los invitados de honor. Prácticamente toda la alta sociedad se encontraba entre estas cuatro paredes, muchos vestidos y joyas extravagantes, bellas claramente, jóvenes apuestos portando trajes a la medida que le dan la madurez de la que carecen, y por supuesto hombres de edad ansiosos de hablar de negocios ya sea para presumir o simplemente encontrar algún socio, como olvidar a las madres listas para sacar lo mejor de sus hijos. Este tipo de eventos solo tienen dos fines: matrimonios ventajosos y negocios.

Debido a mi personalidad no me llevo muy bien con la mayoría de los jóvenes invitados y Zac no se despega de mi lado tampoco, así que asumo que seremos solo los dos, a menos de que aparezca algún conocido suyo. Lo primero que hicimos fue alejarnos de nuestros padres, siempre nos obligan a saludar personas que no conocemos ni queremos conocer, tampoco estoy con ánimos de que mi madre se ponga a buscarme pretendiente de nuevo.

El lugar se encontraba prácticamente divido entre los adultos y los jóvenes, dejando a los primeros toda el ala norte donde la música era aún más suave y podían hablar con tranquilidad. Sin darme cuenta seguía aferrada al brazo de Zac, el cual solté inmediatamente para aceptar una copa. Hay más conocidos de los que estaba dispuesta a admitir, eh de mencionar que casi todos los presentes asistimos a la misma escuela secundaria por lo que no es de extrañar que nos conozcamos las caras, salvo por un algún que otro par que se actualmente se encuentran en el extranjero, pero volvieron solo por esta fiesta.

- ¿Debería ponerme en papel de hermano celoso? -dijo Zac de pronto, al ver que no entendía agrego- Hernán y sus amigos, prácticamente sacan fotografías mentales.

Efectivamente el ex capitán de fútbol había notado mi presencia, lamentablemente para él no me interesa en lo más mínimo. Tanto en el instituto como ahora prácticamente no se me acercaba ningún chico gracias a la influencia de mi hermano, no es su culpa fue mi padre quién desde pequeño le dio "el deber" de cuidarme.