Lovers || Raura (PRIMERA y SEGUNDA TEMPORADA)

6. Partida

Los niños habían quedado fascinados con su padre. No dejaron de hablar de Ross por días, querían verlo nuevamente. Por supuesto que yo me vengo negando, no quería que sufrieran si los rechazaba. No quería nada de sufrimiento para ellos.

— ¿En qué piensas? — pregunta Ross en mi oído mientras me acaricia el cabello y yo me acerco más a él.

Estábamos en una habitación de hotel, los niños hoy tenían un cumpleaños así que tenía toda la tarde libre por lo que decidí escaparme con Ross por unas horas.

— En nada... ¿Qué hora es?

— Las seis de la tarde. ¿Por?

Mierda. Terminaba a las seis y media el cumpleaños. Me levanto en seguida de la cama y me visto rápidamente.

— Debo irme, tengo que retirar a los chicos en media hora. — digo mientras arreglo como puedo mi cabello. — ¿Nos vemos mañana?

— Te acompaño, no tienes auto ya que hemos venido con el mio. Te llevo y te dejo en tu casa con los niños, no es seguro un taxi para una hermosa mujer con dos gemelos de dos años. Hablando sobre eso... ¿Cómo haces para diferenciarlos?

Sonrío divertida. — Son mellizos, no gemelos. Se los puede diferenciar fácilmente. Además, Noah tiene un lunar en el cuello y Nick no, así que simplemente miraba sus cuellos al principio, luego de un tiempo increiblemente supe identificarlos.

¿Dos años? Esto fue obra de Rocky. Tenían tres años, casi cuatro, y Rocky lo sabía. Lo hizo para que no sospechara... Joder Rocky era el mejor.

— Lunar en el cuello. Entendido. ¿Aceptas o no?

— De acuerdo... Elliot se va en tres días por un mes.

— Eso, cariño, es la mejor noticia que me has dado.

Ruedo los ojos riendo. — Lévantate de una vez, se me hará tarde.

Ross obedece y en cinco minutos ya estamos en su auto. Era raro... Ross pasando tiempo con sus hijos sin siquiera saber que son nuestros hijos. Me sentía un poco culpable por haberselos ocultado tanto tiempo, perdió un tiempo maravilloso con ellos. Aunque seguramente me habría dejado de todas formas, con 17 años no estaba listo para abandonar todo y ser padre.

— ¡Ross! — gritan Noah y Nick felices al verlo cuando entran al auto.

Ross se da la vuelta y les sonríe mientras que yo les abrocho el cinturón. — Hola, campeones. ¿Cómo la han pasado?

Sonrío y me subo al auto mientras que los chicos le cuentan todo sobre la fiesta de Emily emocionados.

— ¡Y había un... ¿cómo se llama, mamá?

Río levemente. — ¿Inflable?

— ¡Si! Un... infalabale.

Ross suelta una carcajada mientras niega con la cabeza. — Inflable, Nick.

¡Lo reconoció! Elliot estuvo un mes confundiéndose.

— No me sale... — dice Nick haciendo puchero.

— Ya te saldrá, descuida. Hasta los siete años no supe pronunciar la R y decía recontrol remoto o amarron...

Nick y Noah se ríen al igual que yo. — Bueno... Yo no sabía decir helicoptero ni cafetera.

Ross me sonríe mientras me guiña el ojo. Conocía esa mirada, estaba satisfecho por lo que hizo. Le alegraba hacer reir a nuestros hijos. Creo que acabo de enamorarme nuevamente de este hombre.

Mi celular suena interrumpiendo mis pensamientos y atiendo la llamada.

— Hola, cariño. — dice Elliot y yo sonrío fingidamente.