—Estoy seguro que se le pasará... —dijo el cielo Vongola, llevándose una mirada de reprobación de Mukuro—. ¿Y cómo habéis logrado que Miu-chan y Akemi-chan durmieran? A ver si funciona con Sora, porque ese niño tiene demasiada energía...
—Normal, es hijo tuyo y de la alondra, ¿qué querías? ¿Que fuera normal? —preguntó arqueando una ceja—. Agradece al menos que tenga tu aspecto, porque sino... mal futuro veía a ese niño.
—Por si lo olvidas, estás hablando de mi hijo también... —hizo una mueca molesta.
—Aún no comprendo qué ves en la alondra, pero para gustos los colores—rió al ver el sonrojo del castaño.
—Al menos él no come tantos malvaviscos—se defendió, cruzándose de brazos.
—¡Eh! ¡Es algo muy sano! —se quejó Byakuran al verse ofendido.
—Claro —rodó los ojos Mukuro—. Lo es para ti, no para una persona normal.
—Recuerda que la niña que tienes en brazos es hija tuya y de esta "persona no normal" —replicó el albino, sonrojando al de orbes heterocromáticos y provocando la risa del castaño.
—No tienes nada que reprochar, Mukuro —sonrió con victoria Tsuna.
—Callaos los dos —bufó—. Es evidente que mi yo del futuro se equivocó estrepitosamente.
—Me parece que el tú del presente también lo hará —rió el décimo cielo, molestando a su guardián.
—¿Te callas? —le fulminó con la mirada—. Tu alondra es un friki de las peleas, como le dice tu perrito, así que no te quejes.
—¡No me quejo! ¡No somos...! ¡Solo somos amigos!
—Curioso, no sabía que los amigos tenían hijos juntos... —sonrió burlón, molestando bastante al castaño.
—¡Tú tienes dos hijos, no eres quien para criticar! —se cruzó de brazos con un puchero.
—Oíd, esta niña está empezando a calentarse mucho... —irrumpió Byakuran bajando al suelo, y los dos se fijaron en la pequeña.
No tenía un buen aspecto, parecía que había perdido color. Tsuna le tocó la frente para comprobar su temperatura, dándose cuenta que sus cabellos y ropa estaban mojadas...
—Está ardiendo, ¿qué le habéis hecho a la pobre?
Mukuro y Byakuran se miraron entre sí, como debatiendo algo telepáticamente, y asintieron.
—Resulta que nos encontramos con Xanxus, y no era conveniente que la niña lo viera, así que nos escondimos —empezó el de cabello apiñado.
—Pero estas dos son muy revoltosas y pesadas, y como no queríamos hacer lo que querían, pues empezaron a atacarnos y una boca de incendio se llevó un golpe...
—Y como esta niña estaba más cerca, se llevó todo el chorro de agua y acabó empapada.
Tsuna suspiró. Esos niños...
—¿Y qué querían que hiciérais?
Mukuro se sonrojó y Byakuran miró a otro lado con cierto nerviosismo.
—Bueno, el asunto es que la niña está mal, ¿no? Será mejor que la llevemos a un lugar donde le dé menos el aire... —dijo Mukuro—. Además, Miu parece que también tiene un poco de fiebre. Está caliente.
—Podemos ir a mi casa, no debe estar lejos de aquí —propuso Byakuran—. Los chicos estarán encantados de conocer a estas dos señoritas, y Uni-chan no hará mucho problema cuando regrese de clases...
—De acuerdo —aceptó alegre Tsuna.
Sería una buena manera de distraerse para olvidarse un momento de cierto beso y cierto azabache.
—Tsk, qué más queda... —suspiró Mukuro, haciendo desaparecer su tridente y cargando a su pequeña mejor.
Empezaron a caminar, y el castaño sonrió al ver cierta preocupación de Mukuro por la temperatura de la pequeña albina, que se aferraba a sus ropas y hacía muecas en sus sueños con las mejillas algo sonrojadas por su fiebre.
¿Estaría teniendo un mal sueño...?
Seguramente, eso también sería preocupación para Mukuro, y Byakuran miraba cada cinco segundos a la pequeña.
Akemi también parecía mal, pero ella dormía pacíficamente pese a su elevada temperatura.
El castaño sonrió y se acercó a su guardián de la niebla, parando su paso y tocando la frente de la niña activó sus llamas de armonía, haciendo que la pequeña se relajara.
—Menos mal, ha funcionado —se alegró el castaño.
—Gracias —sonrió Mukuro, más aliviado al verla tranquila.
—Gracias, Tsunayoshi-kun... —suspiró aliviado Byakuran, acomodando mejor a la pequeña Akemi.
Entonces, al ver sus rostros llenos de alivio, comprendió que ya se habían encariñado con la albina, y seguramente también con Kei.
No los culpaba, su propio instinto hacía que quisiera a Sora como si fuera lo más preciado del mundo, y en realidad lo era...
Y entonces empezó a hacerse preguntas.
Se preguntó, mientras veía a las dos pequeñas alternativamente, cómo se sentirían cuando se fueran de su vida, cuando volvieran a su época...
Se preguntó si sus vidas seguirían siendo las mismas después de perder a esos niños hasta un futuro que era del todo incierto...»
Y seguía aún preguntándoselo, sin hallar respuesta alguna.
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Salut, lectores~.
¿Cómo vamos? Yo a examenes, como siempre... ¡Como siempre!
Bien, actualizando una de mil millones... ¡Ya mismo llegamos a los 1,5 k! ¡Que émotion! ¡Grache por vuestro apoyo, lectores!
Bien, ¿merezco comentario/voto? ¿Disparo? ¿Tartita?
¡Au revoir! Nos leeremos pronto~.
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Intertemporal
FanfictionCuando la Bazooka modificada por Giannini cae sobre Sora, un pequeño castaño de orbes azul grisáceo, es enviado al pasado repentinamente, sin saber cómo o cuándo podría volver. Claro que lo que tampoco sabía era que se encontraría con sus padres cu...
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