En ese momento se preguntó qué estaría planeando su pequeño diablo, pero estaba demasiado ocupado con sus propios problemas.
Con sus guardianes ya era un hábito el intermediar, pero los dos pequeños no, y no sabía ni por dónde empezar. Y para variar, Kyoya estaba luchando contra un orgulloso Ame, quien le había retado a duelo.
No tardarían en aparecer Akemi y Miu, además de que Kei podría despertarse pronto... y sin contar que debía proteger a este último para que no se hiciera daño con los golpes de los dos peleadores.
—¿Qué querías, herbívoro? —una mano se posó sobre su hombro, y Tsuna giró para ver la mirada azul metálica de su guardián.
—¿Eh? ¿Yo...? —ladeó la cabeza, ¿le había llamado?
—Tu mascota me dijo que tenías que decirme algo —el castaño miró a Natsu, confuso.
—La verdad es que no, yo no...
—¡Dame-Tsuna, atrapa! —por detrás del azabache se encontraba su tutor, quien había lanzado una pelota, que en realidad era Leon, en su dirección.
Por reflejo, se echó hacia adelante, donde estaba su guardián, para tratar de tomarla, pero antes de tocarla, Leon se convirtió en líquido y cayó al suelo.
Sintió entonces un empujón en la parte baja de su espalda, y miró a Kyoya con sorpresa antes de que sus labios fueran unidos irremediablemente mientras el castaño caía encima del mayor al suelo.
Quiso alejarse y disculparse. Quiso correr y no mirar atrás. Quiso muchas cosas, pero todo aquello pasó a un segundo plano cuando sintió la profundización del contacto mientras sus cabellos castaños eran acariciados por el azabache.
No se resistió demasiado que digamos, pese a que se escudaba en la sorpresa e inercia del momento.
Correspondió el contacto con tal necesidad que él mismo se sorprendió de ello. Parecía que su cuerpo, su mente y su corazón habían anhelado ese acto por mucho más tiempo del que había sido consciente.
Para cuándo se separaron por la culpa de la falta de oxígeno, sintió sus mejillas arder como un incendio. El silencio gobernaba en ese momento, todas las disputas deteniéndose para ver a cielo y nube con sorpresa.
Quizá fue la vergüenza de quien sabe que ha hecho algo indebido, o tal vez la timidez que tan propia era de él, pero en cuanto respiró de nuevo con normalidad, se incorporó como un resorte y echó a correr sin mirar atrás.
Escuchó varios gritos llamándole, de diferentes maneras pero todas con un objetivo: detenerlo.
Sabía Dios cuánto había corrido, pero para cuando se quiso dar cuenta, estaba perdido en la ciudad y ya no escuchaba a ninguno de sus acompañantes.
—Perfecto... —murmuró, tocándose los labios para recordar el contacto de hace unos momentos.
Fue tan especial, tan delicado y dulce... no era como se lo había esperado, pero su primer beso había sido tal y como había soñado, con la persona que le gustaba, de la que estaba profunda y tontamente enamorado».
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Intertemporal
FanfictionCuando la Bazooka modificada por Giannini cae sobre Sora, un pequeño castaño de orbes azul grisáceo, es enviado al pasado repentinamente, sin saber cómo o cuándo podría volver. Claro que lo que tampoco sabía era que se encontraría con sus padres cu...
Preguntas
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