Capítulo 17. Sin palabras

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Me miré al espejo y un recuerdo se vino a mi cabeza.


"- Me veo horrible - me quejé mientras me miraba al espejo con un largo vestido amarillo y mi pelo corto agarrado en dos colitas. ¡Parecía de 5 años! Crucé mis brazos empacada. ¡Ya tenía diez años, se suponía que ya estaba grande para lucir de esta forma!

Quería llorar.

- Te ves preciosa, mi amor - murmuró mi padre mientras me sonreía orgulloso desde la puerta. Su traje blanco estaba decorado con detalles en amarillo, haciendo juego con mi vestido.

Se lo notaba feliz, y yo quería estar feliz por él. Traté de devolverle la sonrisa, pero era claro que no era tan sincera como la suya. Sé que habían pasado años desde la muerte de mamá, pero todavía sentía que era muy pronto para pasar de página. La extrañaba mucho y no entendía como todos ya parecían haberla superado.

- Pa, ¿me prometes que después de esta noche todo seguirá siendo como siempre? - pregunté bajando la cabeza. Temía perderlo a él también.

Él se quedó en silencio. Parecía estar teniendo una lucha dentro suyo. Por alguna razón, me ilusione con que se iba a dar cuenta del error que estaba cometiendo e iba a cancelar todo, pero eso no paso.

- De eso ni lo dudes, Aqua - susurró acercándose a abrazarme. Me apretó fuerte sobre su pecho y mis ganas de llorar aumentaron. Se suponía que yo ya había procesado todo esto de la boda, pero todavía me costaba caer en la realidad.

- Papá, Aqua ¿van a tardar mucho más? Ya llego el taxi - interrumpió Javier apareciendo frente nuestro. Mi hermano tenía cara de culo, notando terriblemente su mal humor. Su pelo rubio estaba revuelto como en una especie de rebelión contra la formalidad que exigía el evento. Su traje, también amarrillo, llamaba rotundamente la atención y podía notar como él también lo odiaba - A no ser que hayas cambiado de opinión y todo está mierda se cancele -.

Mi papá se separó de mi rompiendo su sonrisa. Se que le dolía profundamente la actitud del chico, pero no lo culpaba. Todo esto había sido un gran cambio para todos. Miré con desaprobación a mi hermano, lo único que estaba logrando era arruinarle el día a mi padre.

- ¡Por lo que más quieras Javier, madura! Entiendo que no apruebes la boda, pero trata por un segundo de no ser tan egoísta - habló firme, pero podía notar como se le quebrara la voz - Este es un día importante para mí -.

El chico de 16 años no contestó, pero no cambió la actitud. Se dió vuelta y bajo las escaleras enojado. Mi padre soltó un suspiró cansado. Lo imite. Iba a ser una larga noche."


Sacudí la cabeza tratándome de sacar esa imagen de mi mente. Con un ataque de frustración me desate las dos colitas que me había hecho, eran solo un recuerdo de esa noche a la que no quería volver. Como una señal del más allá, el sonido de unos golpes en la puerta me sacó de mis pensamientos. Camine sorprendida mientras me arreglaba el pijama. ¿Quién podía ser?

Tímidamente abrí la puerta para reconocer a un chico rubio que traía un ramo de flores entre manos. Sonreí atontada.

- Hola Aqua - saludo Tony mientras me dedicaba una sonrisa nerviosa.

El chico vestía una remera blanca lisa con unos jeans rajados y unas zapatillas tan blancas que parecían no haber sido usadas nunca. Su pelo rubio estaba prolijamente peinado y el olor a perfume te invadía las fosas nasales. Era algo intimidante lo bien que se veía, yo y mi vergonzante pijama queríamos cerrarle la puerta y salir corriendo.

- Tony, que sorpresa - murmuré sin dejar de analizarlo - ¿Quieres pasar? -.

Desee que diga que no. La habitación estaba hecha un asco y ya estaba pasando demasiada vergüenza con solo que me vea vestida tan desastrosamente.

Él miró hacia sus flores rojas nervioso. Yo no daba más de la ternura.

- No, gracias - siguió - Estaba buscando a Blue ¿está? -.

Blue y Tony en una cita, que envidia. Ojalá algún chico alguna vez me fuera a buscar con unas rosas y una gran sonrisa.

- Se está bañando, pasa - insistí. Tampoco podía dejarlo esperando en el pasillo.

Tony entro tímidamente y recorrió la habitación con la mirada. Automáticamente me quise disculpar por su desorden. La situación era un tanto incómoda, ninguno de los dos hablaba y estábamos quietos sin hacer nada.

- Blue no me dijo que saldrían - hable para romper el hielo.

Él esquivo mi mirada.

- Sí, bueno, em es, era una sorpresa - habló nervioso mientras sus mejillas se tornaban de un color rojizo.

Yo no dije nada, pero mi sonrisa era gigante. Me sentía una mamá orgullosa.

Para sumarle a la situación, Blue salió del baño usando nada más que una toalla. Aguante la risa al ver su cara de sorprendida al verlo y la cara de él de nervios e incomodidad al tenerla casi sin ropa frente a él.

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Volví de mi última clase del día, que fue nada más ni nada menos que canto, y tenía la mente literalmente en cualquier cosa. Estábamos estudiando los clásicos de Disney, los cuales se me hacían muy fáciles ya que eran canciones de mi infancia, y ahora no me podía sacar Bésala de La Sirenita de la cabeza.

"Shalalalalala no hay que temer pues no te va a comer, ahora bésala".

Es que, además, me acordaba de la escena de hoy a la mañana con Tony y Blue y más ganas me daban de cantarla.

"Shalalalalala sin dudar, ya no lo pienses más, pues vamos bésala."

Amaba como Disney tenía una canción para literalmente todo momento.

Mientras cantaba como loca sobre mi cama otro sonido empezó a sonar, el mismo que ayer. El celular de Blue. Me sorprendió escucharlo, pero después razone que tenía sentido que mi amiga no se haya llevado el celular a su cita. Mira si iba a estar discutiendo con su familia frente a Tony.

El tono de llamada cortó para volver a empezar. Gruñí frustrada, me cortaba la inspiración de mi concierto privado. Por un ataque de desesperación para que se calle, atendí rápidamente.

"Número desconocido" otra vez.

La misma voz de ayer insultando como ayer me aturdió el oído. Corté sin darle importancia. Algo toque y termine en el sector de llamadas del celular. Quedé muda al ver que todas, pero todas las llamadas eran de un mismo número. Ese número desconocido con la voz chillona que insultaba a Blue.

Me deje caer sobre la cama. Estaba sorprendida, confundida y decepcionada. Todo ese tiempo las millones de llamadas que recibía mi amiga (a las que ella decía que eran sus familiares) eran todas de la misma mujer.

Me quede seria. Blue me había estado mintiendo. Suspiré frustrada ¿por qué no decirme la verdad? No entendía. ¿No confiaba en mí?

La puerta se abrió dejando a mi compañera de habitación entrar.

- Ay, no sabes lo que fue mi salida con Tony - empezó a hablar con un tono soñador - ¿Aqua? ¿Qué paso? ¿Estás bien? -.

La mire en silencio.

- Me encanta el significado que tienes de mejor amiga - conteste cortante mientras salía de la habitación dejándola con las palabras en la boca.

No me gustaba la gente que me mentía. 

¡Muchísimas gracias por sus votos y comentarios!

Palabras: 1244

Editado por última vez: 14/10/19.

Multimedia: La canción Bésala de La Sirenita y la fotito de Tony.

:)


Una Historia de Sirenas (En Edición)Onde histórias criam vida. Descubra agora