Capitulo 2

4 0 0
                                    


Era muy niña cuando perdí a mi madre, ya casi no recuerdo como solía ser pero recuerdo su voz suave, el dulce aroma a flores y la tranquilidad que siempre expedía.
Tuve que vivir con mi progenitor, Balthazar un hechicero manipulador de la magia negra, en una pequeña casa de piedra en medio del bosque, él no fue específicamente un 'modelo' de padre ejemplar. Básicamente tenía que arreglármelas sola todo el tiempo, al menos esto me volvió alguien independiente, una niña capaz de defenderse de los males del bosque.
Ayudaba a mi padre en sus 'experimentos' y/o hechizos pero desde que tuve edad suficiente para saber que lo que hacia mi padre no era exactamente correcto, me revelé en su contra y peleábamos TODO el tiempo, en un comienzo fue muy difícil pero pronto pude aprender tácticas de pelea, varios conjuros y sobre todo, a analizar al enemigo.
Perdí la vista en mi ojo izquierdo, cuando tenía 13 años en una pelea fuerte que ambos tuvimos, a cambio pude salvar a Slaven quién desde ese momento sería mi fiel dragón y mi única compañía por mucho tiempo, después de aquella pelea me adentre en lo que desconocía bosque, de todas maneras no tenía donde ir.

Desperté en una habitación, tarde un momento en acostumbrarme a la luz para descubrir que no era la mía, por ende trate de levantarme aunque la puntada que me dio en el costado no me permitió lograr mi cometido, en ese momento note que no podía ver nada con mi ojo izquierdo lo toque instintivamente, junto a mi había un chico con peculiares rasgos de vulpini quien tomándome por los hombros me recostó nuevamente
—Tranquila pequeña, si te levantas te puedes hacer daño, tenias una costilla rota pude curarla pero no pude salvar tu vista— dice con una voz apacible y una expresión serena mientras juntaba sus manos sobre mi costado destellando una luz verde sanó mis heridas, yo en silencio seguía con la mirada todos sus movimientos
—..y dime ¿como te llamas?— pregunta
—Melissa— mascullo con desconfianza
—Melissa..— repitió lentamente
—Lindo nombre, no debes temer no te haré daño— comenta, yo asentí levemente y volvió a hablar
—¿Que te ha pasado pequeña?— pregunta en esta ocasión
—Tuve una pelea..— en ese momento recordé el pequeño dragón que traía conmigo
—¡Slaven!— grite alterada tratando de levantarme pero nuevamente él me recuesta
—¿Hablas de este amiguito?— me pregunta tomando al dragón que descansada en su regazo con un dedo y enseñándomelo, suspiré
—Que alivio, salvar a este pequeño fue duro..— hable demás, aun desconfiaba del muchacho pero era difícil, ya que su semblante era demasiado pacífica
—Seguro lo fue— contesto con pesar pero volvió a sonreír
—Ya estas mejor— dijo y me reincorporé en la cama ya sin dolor
—Uh.. gracias— fue todo lo que dije sorprendida en ese instante con las mejillas levemente sonrojadas.

Melissa and The wolf Where stories live. Discover now