– Buenas tardes – dijo el doctor Paul entrando a la habitación, claramente, con todos esos papeles que siempre lleva en las manos – Por favor, señor Anderson, acompáñeme unos minutos – pidió amablemente desapareciendo de nuevo. Me despedí de las chicas y comencé a seguirle antes de que se me escapara de la vista. Comenzamos a andar por los pasillos del inmenso hospital hasta llegar a la sala que ya se me estaba haciendo conocida – Tengo que hablar con usted – habló en cuanto son sentamos en los sillones – Verás, ya tengo los resultados de Skyler.

Al escuchar esas palabras me puse bastante nervioso. Empecé a juguetear con mi reloj, y a mover la pierna izquierda como si tuviera un maldito tic, cosa que siempre me pasa cuando estoy nervioso. Mi familia dice que esa manía la saque de mi padre, pero ahora no quiero pensar en ese imbécil.

– La verdad es que no han ido tan bien como esperábamos – soltó haciendo que perdiera toda la esperanza que tenía dentro – Las respuestas de su hermana cada vez son más negativas, llora por las noches, prácticamente ya no ríe, y eso sólo significa que la depresión se está apoderando cada vez más de ella – cerré los ojos pasándome las manos por la cabeza – Que sus padres no estén aquí para ella es algo muy grave, y eso que todavía no sabe que su padre les ha abandonado, imagínate cuando lo sepa...

Una vez más, mi padre es el culpable de esto. No de todo, pero sí de la mayoría. Lo peor que ha podido hacer es habernos dejado, abandonar a su familia... Aunque el no quisiera tener dos hijos a aquella edad, los tuvo, y fue su culpa. Se tendría que hacer cargo de nosotros para siempre, pero no lo ha hecho.

– Cuando se entere de ello, va a empeorar mucho más y quién sabe si volverá a cortarse... Otro tema que hay que tratar es el de la comida, y lo sabes perfectamente. No come, y tiene que hacerlo si quiere mejorar, y aún más sabiendo que su madre fue bulímica y anoréxica en el pasado... – hizo una pausa en la que se dedicó solamente a suspirar – Dallas, Skyler está empeorando. Su madre debería estar aquí para apoyarla, pero también se ha ido. Está más sola que nunca, y eso también le afecta muchísimo...

– Lo sé, pero mi hermana sabe perfectamente que siempre nos tendrá a Harper y a mí aquí, para lo que necesite. También tiene a sus primos y amigos en la ciudad, que aunque no estén aquí, la apoyan y la quieren, doctor Paul. Se siente sola, pero no lo está... – alargué sintiendo mis ojos arder, a causa del sueño y de la emoción, estaba realmente cansado – O tal vez si... – susurré – Pero vaya al grano, por favor y digame cuando podremos volver a casa.

– Señor Anderson, intentaba decirle con las palabras adecuadas que no van a poder volver a casa, van a permanecer más tiempo aquí – respondió, y antes de que pudiera reaccionar a sus palabras, uno de los teléfonos que llevaba el doctor comenzó a sonar, que rápidamente lo atendió – ¿Diga? – preguntó, y a medida que la conversación se alargaba, notaba como los ojos del doctor Paul se iban abriendo cada vez más – Voy corriendo – cortó la llamada – Dallas, Harper salió un momento de la habitación y tu hermana rápidamente se encerró en el baño, se está cortando, tenemos que ir para allá, ahora mismo.

Ambos nos levantamos del sillón y comenzamos a correr hasta la habitación de mi hermano. Cuando acorté las distancias pude ver cómo Harper se encontraba al lado de la puerta, llorando, y dijo –: Solo hablaba con mi madre y pasó esto...

Miré dentro de la habitación. Habían dos médicos tratando de abrir la puerta con unas llaves, pero no conseguían averiguar cuál era. Me canse de todo aquello, mi hermana podría estar matándose en ese mismo momento, así que grité que se apartaran y con toda la fuerza que pude poner en esos momentos, corrí y le di una patada a la puerta, que obviamente cayó al suelo levantando una pequeña nube de polvo. Los doctores me fulminaron con la mirada, pero luego se dejaron de tonterías y se metieron en el baño.

¿Podré con tanta sobreprotección?Where stories live. Discover now