Conocer a otra persona, para conocerse a sí mismo

Conocer a otra persona, para conocerse a si mismo

Todo empezó aquel momento en el que conocí aquella mujer, ya que en ese punto empecé a sentir de verdad. En ese mismo instante sentí que todo cambiaria, mi propio mundo se transformaría, ya no volvería a ver la realidad ni la vida de la misma forma que antes, desde el momento en que la vi, me di cuenta lo que pasaría, yo sabía en el fondo que iba a enamorarme, sabia que las cosas se iban a dar como yo quería, me di cuenta que esa mujer iba a ser mi primer y último amor. Si me preguntan por qué, que fue lo que me paso en ese momento, la verdad es que no lo sé, no se el motivo por el cual todo eso paso por mi cabeza, no tengo la más remota idea de por qué me asegure a mí mismo todas esas cosas, pero tan solo lo hice, sin razón alguna. Y estaba en lo correcto, así sucedió.

Viajes, sueños, recuerdos, sentimientos y tristezas, risas y llantos, la felicidad y la infelicidad, habitaron en mí desde aquel momento en que le compartí mi vida. Todo cambio, mis propias ideas sobre el mundo se transformaron, y de todo aprendí. Todo me lastimo, todo me hizo caer, pero a la larga, con ella siempre me supe levantar. La vida se trata de eso ¿verdad? Que mejor que aprender a vivir, cayéndose... Que mejor que aprender a conocer, siendo un ignorante... Que mejor que aprender de la vida, equivocándose... Que mejor que aprender a amar, siendo lastimado...

Mi nombre es Leandro Achenbach y tengo apenas 19 años, parecerá exagerado mi breve relato, tengo todavía mucho por delante y no estoy seguro de cómo será mi vida exactamente, pero de lo que si estoy seguro, es que la vida se vive mejor con una compañera al lado, y ella...es la mía.