—¡Adiós chicos! —se despidió Matt—. Chicas, ¡somos populares! —comenzó a saltar.

—No somos popu... —fue interrumpida por el casto beso que dejó Matt en sus labios. Fruncí el ceño y observé a Kendall paralizada.

—Es la emoción del momento y además el nuevo popular te acaba de besar. Siéntete afortunada, ¡nos vemos Au Au! —asentí y lo seguí con la mirada.

—Me gusta —escuché como susurraba. La agarré de la blusa de mientras que la arrastraba a nuestra siguiente clase. No me arriesgaría a llegar tarde a la clase de Artes.

—¿Te refieres a que te ha gustado el beso? Porque ha sido un beso de esos que te dan cuando tienes cinco años —sacudió su cabeza—. ¿Entoces te gusta? —asintió sonrojándose—, creo que debería de hacer una película sobre mi vida. Hace minutos te estabas quejando de él.

—Ni yo misma lo sé, puede que me atraiga. Yo que voy a saber, es un chico muy infantil. Déjame, estoy drogada —y en ese momento tenía ganas de estamparme la cabeza en la puerta.

Abrí la puerta para ambas, exactamente la puerta en la que quería estampar mi cabeza. Me senté en el taburete, lo más cerca posible de  Kendall. De mientras inspeccioné la clase, al parecer hoy tocaba dibujo. Ya que en cada mesa teníamos varias acualeras de muchos colores, la mayoría oscuros. Unos pínceles nuevos aún sin estrenar y en el centro lienzos para cada uno. Después de varios minutos la profesora Anahís llegó.

—Buenos días —dijimos todos al unísono.

—Buenos días muchachos —sonrió—. Hoy como podeis ver dibujaremos, creamos una obra de arte. En esta caja estarán habrán varios papeles con diferentes emociones o sentimientos. Creo que también os habeis dado cuenta que en algunas clases hemos estado hablando sobre este tema. Todos los profesores nos hemos puesto de acuerdo para hacer varios ejercicios que tengan algo que ver con los sentimientos. Dentro de poco os vais a graduar, y creo que estaría bien hablar de vosotros, de lo que estais sintiendo —después de su larga explicación todos nos levantamos haciendo cola para poder agarrar un papel. Cuando ya era mi turno, introduje la mano y saqué un papelito. Recé para que no fuera algo difícil de dibujar.

Cuando ya estuve sentada en el taburete me dispuse a abrir el pequeño papel. La palabra felicidad estaba escrita con una pero que muy mala ortografía.

—Como ya todos teneis un papel. ¡Ha crear una obra de arte! —aplaudió como hacía Matt al sentirse popular. Rodé los ojos.

Miré el pequeño cuadro que estaba en la mesa. Agarré el pincel y pensé en todos los colores que representaban la felicidad, aunque casi todos los colores que teníamos eran oscuros. ¿No podía hacer un arcoíris acompañado de una persona en forma de palillos?

Escogí primeo el color amarillo ya que era un color muy feliz, muy vivo. Sonreí emocionada al tener una gran idea en mente.

Cuando ya estaba acabando el dibujo, tomé un descansa y observé detenidamente el cuadro que había transformado hace minutos. Se podria apreciar el fondo amarillo junto con algunos dibujos que representaban lo que me causaba felicidad: unos libros, mis amigos, la música...

Pero ese momento de felicidad y orgullo al ver mi dibujo terminó cuando una voz chillona se acercó.

—Que bonito dibujo princesita —intenté ignorar a esa víbora, Lara Vinco.

—A saber si puedo decir lo mismo del tuyo —sonreí con burla, a lo que conseguí una mirada asesina de parte suya. Que lindo regalo.

—Eres una estúpida —gruñó sin saber más que decir.

—Dime estúpida por tener algo de dignidad y no abrirme tam fácil de piernas. Porque preciosa, prefiero ser una estúpida a que ser el tipo de animal que eres —indignada agarró el color rojo para tirarmelo encima. Pero una mano interrumpió la venganza que quería hacerme.

—Te atreves ha hacer eso y estás muerta —escuché como decía Kendall.

—Y llegó la otra tonta del barrio —murmuró Lara. Kendall la miró incrédula, al igual que ella había hecho, agarró la acualera negra y se lo hechó al brillante cabello de Lara.

—Te queda bien el color negro, es como tu alma —todos giraron al escuchar los chillidos de Vinco.

—¿Qué está pasando? —como siempre pasaba, los maestros llegando tarde en los momentos más importantes. Yo pensando que solo pasaban en las películas.

—Me acabo de tirar pintura negra, ¿¡esta ciega acaso!? —al parecer había alguien que si podía superar a Kendall y a Matt.

—Vinco, tranquílece. ¿Massas, Hood qué ha pasado? —nos preguntó con calma.

—Profesora Ban, ella iba ha hecharle pintura a Aurore y no iba a permitir eso —sonreí, era una afortunada.

—No pienso decirle esto al director. Pero no quiero que este acto se repita, las tres habeis hecho mal —asentimos—. Usted, váyase al baño a limpiarse.

—¿¡No le dirá nada al director!? —rugió antes de marcharse de la clase dando un portazo.

—Te quiero rubia teñida —la abracé agradeciéndole todo.

—Yo más —sin importar las miradas de nuestros otros compañeros, seguimos abrazandonos.

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⏰ Last updated: Aug 18, 2017 ⏰

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¿No eres gay, verdad?Where stories live. Discover now