Me separo y con mi puño cerrado le doy un golpecito en el hombro.
— Eres un loco, cuando estás conmigo ni se te para, recuerda que cuando lo intentamos dijiste que gracias a eso sabias que eras definitivamente gay—le hago recordar—. Aún no sé si debo sentirme halagada u ofendida por eso.
Suelta una carcajada seca y me lleva hacia su carro. Abre la puerta y yo subo a los pocos segundos él lo hace también.
— Creo que ofendida—vuelve a reír. Lo ahorco con la mirada y añade—. Pero el lado bueno de esto es que podemos enrollarnos, seguir siendo mejores amigos y no nos enamoraremos, no terminaremos nuestra amistad jamás. No caeremos en el cliché.
— Buen punto, haz que se te pare y hablamos—le dije divertida—. Por cierto, ¿Cómo sabes que paso algo ayer?
Heissen se tensa y saca un cigarrillo de la guantera, ladea y sin decirme le enciendo el cigarrillo con un encendedor que estaba donde mismo. Expulsa el aire y después de unos segundos contesta
— Nathan me llamó ayer, diciéndome algo pero no mucho, solo que tú debes pensar que es un idiota y el solo hizo algo que se mal interpreto—explica—. Y también dijo que estaba preocupado porque no le contestabas...y
Le digo con la mirada que siga y lo hace, pero desearía que no lo hubiera hecho.
— Que eres una buena amiga y que no te quiere perder.
Amiga.
Me trago lo que en verdad quiero decir mientras me encojo de hombros restándole importancia y miro por la ventana.
— ¿Sabes? Sabía que estarías bien... por eso no vine corriendo ayer por la noche, siempre has sido una chica muy fuerte y valiente, una decepción como esa no es nada para ti. Creo solamente que te pego en el ego.
— ¿En el ego?— le pregunto un tanto desconcertada, prestándole mi absoluta atención.
— Es algo complejo, después te explico, hemos llegado—dice, saliendo del coche y yo haciendo lo mismo, entrando a su edificio.
— ¿Qué hacemos aquí?—le pregunto pero no responde, solo nos adentramos al elevador y el aprieta el número de su cuarto.
Llegamos y nos adentramos, tiro mi bolso al sofá y me voy directo a la habitación de Heissen, entro y me recuesto en su cama seguido Heiss hace lo mismo.
— Tenía que ir a buscar trabajo, estoy despedida—le informo—. Por culpa de Nathan...
Se recuesta boca abajo, apoyando su cabeza de lado debajo de una almohada para verme mejor.
— También me contó eso... me conto muchas cosas, bueno mas bien le exigí que me fuera sincero.
Rodeo mis ojos y le regaño—. ¿Ahora es mas tu amigo que yo tu amiga? Traicionero.
Toma mi mano y besa mis nudillos.
— No tonta, pero la explicación que me dio... deberías escucharlo—dice con cautela, rápidamente me pongo de pie y le pego con la almohada, a lo que corrige—. O mandarlo a la mierda, bueno Deblyn como dices tú.
Prendo la televisión y pongo un documental sobre perritos, bueno no fue elegido, es lo único que hubo en la televisión.
— Sam me invitó a una fiesta esta noche misma donde Bambi también está invitada y me pregunta ¿si quieres..?
— Si estará Nathan no quiero ir.
Se sienta en la cama y con ganas de querer ahorcarme, señala.
YOU ARE READING
Medio kilómetro de distancia
Romance¿Qué pasa cuando un ángel pierde la memoria, se topa con un demonio y cae? ¿Quién cambia a quién? Una mentira. Una distorsión de todo. Una vida que se perdió. Un culpable. ¿Cómo puede el diablo empujarte a los brazos de alguien lo más parecido a un...
17. Círculo vicioso | Parte I
Start from the beginning