97.- DAMON

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Había pasado exactamente un mes desde el cumpleaños de Damon, recordar la mueca de sorpresa de Ederne me hizo sonreír, ella me había observado aturdida por un momento, sus mejillas se colorearon de rosa haciéndome saber que ella había entendido mi mensaje, después de salir de su aturdimiento me dedico una mirada con reproche antes de morder la manzana de mala gana.

Christian, Theo y los demás simplemente me habían dicho un "muy sutil Black", como sea yo no me preocupaba por ser o no "sutil".

Observé mi reloj antes de darme un vistazo, por tercera vez, en el espejo, quería verme bien para mi cita, había convencido a mis padres de cuidar de Edmon ahora que ellos habían arreglado todos los problemas que habían tenido encima.

Sin pensar más en si debía o no cambiarme de ropa, otra vez, tome mis llaves y salí de mi habitación para poder salir del apartamento, casi no había pasado tiempo aquí, los chicos habían conseguido sus propios departamentos por lo que mi hogar ahora parecía más un almacén que otra cosa, ni siquiera recordaba cuando había ido al supermercado por última vez.

Cuando llegue al estacionamiento sonrei al ver mi auto, había regresado a mi hermoso Mustang, ahora que estaba con Ederne de nuevo se sentía correcto sacar a mi bebé a pasear, eran apenas las 8 de la mañana pero tenía planes especiales para nosotros, cuando llegue a la casa estacione el auto, tome una respiración profunda, yo podía hacer esto, tu puedes hacer esto, eres un hombre adulto, intentaba darme ánimos, toque el timbre aún cuando ahora contaba con una copia de la llave, Ederne salió casi al instante, arqueó una ceja de forma interrogante pero yo solo me dediqué a sonreír.

-- Recuérdame porque debemos comenzar nuestra cita tan temprano?

-- valdrá la pena, lo prometo -- ella sonrió antes suspirar y asentir, me tome unos segundos para apreciarla completamente, uno pantalones negros, lo suficiente apretados para moldear su figura, abrazaban gentilmente sus piernas, se había puesto unos  zapatos.  sin tacón de color vino combinaban a la perfección con la blusa de manga larga y escote de corazón se llevaba puesta, su cuello estaba decorado con una sencilla gargantilla de oro blanco, su cabello caía en suaves hondas sobre sus hombros, el maquillaje era casi natural, un poco de brillo color cereza en los labios, una suave sombra cocoa, una ligera capa de rímel y una suerte línea de delineador enmarcaban su mirada, observé la chamarra negra que tenía en un brazo.

-- me dirás a donde iremos?

-- si te lo dijera, dejaría de ser sorpresa -- ella me observo un segundo antes de asentir, antes de que siguiera avanzando al auto la tome suavemente entre mis brazos, ella me observo con intensidad, liberando una de mis manos la coloque sobre su mejilla y me incliné suavemente para poder besarla, habíamos compartido besos después de nuestra plática sobre la cita 10, siempre eran besos ligeros, tiernos y casi castos, estábamos redescubriendonos nuevamente como pareja.

-- Hola -- susurré cuando nuestros labios se separaron

-- hola -- una pequeña sonrisa se implantó en nuestros labios, subimos al auto dedicándonos miradas cómplices cada pocos minutos, diablos, me sentía nuevamente como un adolescente, durante el camino hablamos de cosas triviales, siempre teníamos de que hablar, podían ser incluso incoherencias​ pero sabíamos que no seríamos juzgados por el otro, también podíamos compartir silencios acogedores.

Ederne se entrado cuando llegamos al angar, estacionamos frente al Jet del abuelo, había aceptado prestarmelo por hoy, le sonreí a mi compañante dejándole saber que no le diría a donde nos dirigíamos, la azafata nos sonrió con amabilidad cuando subimos.

-- es necesario el avión?

-- si -- fue lo único que contesté, ella suspiro asintiendo, el piloto tenía la instrucción de no decir a donde nos dirigíamos por el altavoz.

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