Risa. || OS Larry Stylinson

Era sábado por la noche, las tres o cuatro de la madrugada, no sabía con exactitud. En un antro llamado Misery a las afueras y desoladas calles de Londres. Era un espacio ancho y largo, con escaleras que iban a cualquier lado. Tenía un aspecto enigmático y lúgubre, luces tenues y de pocos colores. Un humo suave se esparcía por todo el lugar, sobre las cabezas desconocidas que abarrotaban el antro.

 Adentro del sitio corrían de mano en mano desde alcohol a cualquier tipo de drogas, al ser un lugar alejado del centro de la ciudad no corrían riesgo de que los arrestasen o algo por el estilo. Se sentían completamente libres de hacer lo que les venga en gana.

 Era la quinta o cuarta vez que venían a Misery con Niall, no específicamente porque Misery sea un lugar agradable, si no porque había personas agradables.

 Una de ellas era el que estaba estampando a su rubio amigo contra la pared. No recordaba o no sabía bien su nombre… creo que era Zayn, da igual. Era moreno y más alto que Niall, tenía unos veintitantos según lo había visto, tenía el pelo color azabache y un jopo lo adornaba. El rubio venía en parte por él, no en parte no, entera y exclusivamente por él.

 Harry venía por el acompañante de éste. Hacía cinco noches de sábado que se veían, y era magnifico. No se acordaba muy bien cómo y en qué momento de la noche se vieron y explotó la química, pero lo agradecía.

 Se encontraban en un banco largo enfrentados y con sus piernas enredadas. Acariciaba las piernas de su acompañante perezosamente con una mano, mientras que en la otra sostenía el cuarto o quinto porro de la noche. La cabeza de su acompañante se ocultaba en su cuello mientras repartía besos húmedos en este. Arrastrando su pequeña nariz de a momentos. No entendía muy bien lo que pasaba, la mezcla de droga y alcohol no le hacía bien, pero era algo adictivo y divertido seguir consumiéndolo. Tarareaba cierta canción que estaba pasando en la pista de baila en el oído del castaño, deteniéndose en intervalos para darle otra pitada a la hierba.

- Dame eso… - susurró el de ojos azules, alejándose del cuello y arrebatándole el porro de la mano. – Eso va a dejar una gran marca en unas horas… - le regaló una sonrisa ladina e inhalo aquella sustancia.

- No importa… - arrastró las palabras – me gustan tus marcas.

 El castaño largo una risa estridente y floja. No era algo gracioso, pero debido a la marihuana y al alcohol, todo resultaba gracioso a estas instancias. A Harry no le importaba, le gustaba su risa y no podía quedar más embobado.

- ¿Por qué me ves así? – señaló sus ojos, y liberó otra risa ligera

- No lo sé, me gusta tu risa, tal vez

 Si no fuera por la gran confusión en su cabeza, gracias a las sustancias toxicas ingeridas, no lo hubiera dicho tan de fácilmente.

- No me coquetees más, Styles, ya me tenes a tus pies. – volvió a llevar el papel a sus labios.

 ¿Cómo era que sabía su apellido? ¿Se lo había dicho? ¿En qué momento? Pensar le hacía dar puntadas en la cabeza, pero no podía evitar cuestionarse.

- ¿Por qué sabes mi apellido? – preguntó mientras sacaba otro porro de su bolsillo y un encendedor.

- ¿Otra vez esta conversación? – Rodeó los ojos, dándole la última pitada al cigarro – Me lo dijiste hace como dos sábados atrás, creo.

- ¿Y cómo era tu nombre? – preguntó seductoramente, rozando sus labios contra un pómulo y vio como el mayor se mordía suavemente el labio inferior.

- Eso ya lo sabes… bebé – se dirigió nuevamente a su pálido cuello, repartiendo suaves besos.

- Pero me gusta como suena con tu voz, me gusta aprendérmelo de esa forma.