02 | un pie a la aventura

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Esa mañana cuando Jongdae fue a buscar sus cosas, con la idea de que no podía dejar que esa estatuilla de búho tan preciada se perdiera en la basura, no espero que lo recibieran de tal forma. La gente que solía mirarlo sonriente y le ofrecía un café sin pensarlo dos veces lo miraba esta vez con desdén, dudando entre hablar con él o hacer como si no existiera.

-pueden irse a la mierda- fue lo único que les dejo saber antes de perderse dentro de lo que era su antigua oficina, tomar sus cosas con dignidad e irse de ahí. Solo que no conto con algo. Jongdae había olvidado la llave en su casa y era obvio que sin ella no podía ni siquiera ocultar el rostro dentro de su saco.

Los demás parecían mirarlo como con gracia. (y claro quien no se burlaría luego de que lo maldijera de esa forma y con esos aires). No obstante, y muy a su pesar, eso no era la peor, sino que aun le faltaba el tener que buscar a su amado -odiado- ex jefe para pedirle la copia de la llave de su oficina y así poder entrar.

-iré a buscarlo por ti si quieres-

Y ahí estaba el único amigo que le quedaba en ese lugar. Y no era porque habia tenido alguna aventura con él, sino porque era el amigo gay del cual habia hablado antes. Con su pequeño rostro de bebe y sus labios finos. El habia sido su compañía emocional en esos últimos años de descubrirse a sí mismo y aunque fuera mas joven que él ese chico parecía ser más experto en todo sentido.

-Gracias- dijo antes de que el otro se fuera y volvieran al instante siguiente, pero esta vez en compañía, no sólo de la llave, sino que también traía consigo al tan aclamado jefe, que (no muy comúnmente) hacía propuestas de matrimonio en un cumpleaños ajenos, cargando un traje negro y una corbata a juego, que Jongdae podía comparar con lo sombrío de su aura, tan densa y oscura que le hacia olvidar que alguna vez lo vio brillar tanto.

-¿podemos hablar?

Un luz se prendió en el costado de su rostro cuando lo dijo, Jongdae no pudo descifrar si aquello había sido cosa de su cabeza, por lo que acababa de decir, o la luz fue real, aunque poca importancia le dio cuando Junmyeon abrió a puerta para él invitándolo  a pasar y cerrandola nuevamente una vez estuvieron dentro.

Terminaron uno en frente del otro, mirándolo sin tener nada real que decir. Jongdae se movió primero, decidido a tomar sus cosas del escritorio en frente suyo, pasando de largo del cuerpo menudo de su jefe.

-realmente no entendí que sucedió la noche anterior- hablo Junmyeon, volviendo hacia él al verlo ignorarlo de tal forma -yo se sobre ti, sobre tus gustos pero nunca- continuo, acercándose poco a poco a Jongdae, pero manteniendo una distinción prudente entre ambos.

-No malinterpretes las cosas -dijo en seco-  soy gay, me gustas pero eso no quiere decir nada mas- se volteo hallando a Junmyeon no muy lejos suyo.

-¡te desmayaste luego de la propuesta!-le recuerda sin cuidado acercándose cada vez más con una mueca que solo puede asegurar el no entender nada. Jongdae lo ve y siente su corazón dar un vuelco que lo obliga a alejarse, aun más cuando se siente acorralado entre el cuerpo de Junmyeon y el escritorio.

-No tenías derecho a hacer eso.

Le recriminó tratando se recuperar la postura. Aun sin saber porque reaccionaba de esa forma, si de todas formas el jamás habia pedido esa fiesta ni mucho menos habia tenido algún tipo de relación intima con Junmyeon. Aunque acreditaba toda esa emoción al hecho de que la idea de Junmyeon casándose de aquí a un tiempo estaba acabando con sus nervios y esperanzas.

-No lo sabia.

Oye muy despacio, como si su jefe sintiera culpa de alguna cosa. No lo mira a los ojos y tan solo baja la mirada. Las cosas pasan rápido luego de eso, Junmyeon esta más cerca y lo hace porque en realidad quiere decir algo más y sin embargo Jongdae no puede evitar que las cosas se desviaran de tal forma.

Una Aventura Gay S.A. || Chenmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora