You know what they do to guys like us.

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Desde ese día, su vida se habia basado en la venganza, todo lo que hacia era para estar un paso más cerca de ese objetivo, al principio totalmente lejano.
Sin embargo, la dificultad nunca logró detener, nada podía reemplazar a la venganza como relleno de ese hueco que quedó en él al ver a todo su clan asesinado, sin ojos, y todo por culpa de unas insignificantes personas; el gen'ei ryodan, mejor conocidos como la tropa fantasma, o la araña.

Ese día juró acabar con todas las patas de la araña, para poder llegar a la cabeza, y que no pudiera contraatacar o escapar.

Su plan parecía excelente a sus ojos, difícil, pero no imposible. Eso lo llevó a convertirse en cazador, conocer a gente que llenaría apenas un poco de su vacío, y, finalmente, conocer a esa persona.

Aquel fue un día tormentoso en York New, tanto hablando de clima como emocionalmente, se sentía en el ambiente, la gente estaba asustada por un gran robo reciente, que acabó con más de una vida, pero a Kurapika eso no le afectaba, aunque la lluvia si.

Encontró refugio en una antigua biblioteca, donde su única compañía eran los libros, la bibliotecaria, y un chico de cabello negro que se encontraba unas mesas más lejos que él. Ese era el ambiente perfecto para que el rubio pudiera leer tranquilamente.

Enarcó la ceja al leer el final del libro entre sus manos. El protagonista moría, y nada más pasaba, odiaba esos finales, al contrario de la opinión popular, los encontraba para nada realistas. Después de una muerte de alguien tan importante no puede solo terminar, hay un montón de sufrimiento después de eso, uno que puede marcar el rumbo de toda tu vida, si la persona era lo bastante importante.

Resopló y fue a devolver el libro a su lugar, viendo de reojo al chico de cabello negro. Leía tranquilamente un libro, y parecía no percatarse de la presencia de Kurapika, hasta que este tomó un libro de los estantes junto a él.

—Ese es mi favorito. Es mucho mejor que el que acabas de terminar, por cierto. Odié su final —Dijo, sin despegar su vista del libro— Bueno, no sabes que tan malo es algo hasta que lo pruebas.

El Kuruta se volvió a ambos lados, buscando a alguien más, pero no habia nadie, era seguro que se estaba dirigiendo a él. Al principio pensó en ignorarlo, pero algo lo impulsó a no hacerlo.

—Si...opino lo mismo. Aunque, los personajes eran humanos, pensaban racionalmente, y otros por instinto, al igual que nosotros. Te hacían extrañar su humanidad cuando la perdian —Respondió tras un rato.

—Me gusta como piensas —El extraño se acomodó en el asiento, y estiró su mano—, en especial porque es parecido a como lo hago yo —Dirigió su mano estirada hacia él, para que la estrechara. No lo hizo—. Soy Chrollo.

—...

—Oh, vamos, ¿No me dirás tu nombre? —Preguntó, sonriendo. El rubio suspiró resignado, y estrechó su mano—.

—...Kurapika.

—Bien, Kurapika. Siéntate.

Así lo hizo, y fue la mejor y a la vez la peor opción que pudo tomar. Hablaron horas, sobre literatura, y todo lo que encontraban que tenian en común, que resultó ser bastante.

Durante esa semana llovió continuamente, y cada vez, sin faltar, y sin acordarlo, ambos asistían a la biblioteca para continuar la conversación.
Kurapika, por primera vez, empezaba a sentir que alguien lo entendía, aunque fuera solo en pequeñeces.

Ni siquiera se dio cuenta cuando ya estaban acordando juntarse en distintos lugares. Al principio, Kurapika se negaba a todas las invitaciones del otro, estaba en esa ciudad solo por el gen'ei ryodan, y debía concentrarse.
Pero , en algún momento, terminó cediendo.

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⏰ Last updated: Apr 05, 2017 ⏰

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Un sabor peculiar [ChrolloPika/KuroPika]Where stories live. Discover now