¡Vendida! 5: No Existe Un Final. (James Maslow & ____)

Cap.40 "AUTO"

-Jameees...-Decía con la voz entrecortada.

Entro y salió, logrando un gran orgasmo en mi, el continuo un poco más hasta que sentí que el también lo logró, me mira más tranquilo y sonríe, para después besarme.

-No sabes cuánto te amo-Dijo.

-Si lo sé.

El sale de mi, se recuesta y yo junto a él, acaricia mi brazo y yo su pecho, mientras miro de la oscuridad que entraba por la ventana, deposite un pequeño beso en su pecho y cierro mis ojos.

-_____-Escucho a lo lejos. Me acurruque más al cuerpo de James.-Vayamos a la cama.

-No.

-Dormirás más cómoda.

-No me quiero parar.

-¿Es una indirecta para que te lleve cargada?

-Tal vez-Sonreí sin abrir los ojos.

-Lo haré, pero por lo menos vístete.

-Hazlo tu. Tú me desvestiste.

James se sienta en el asiento y puedo ver de su gran espalda.

-Vamos-Dijo.

-¿Y si nos quedamos aquí? Les decimos que nos levantamos temprano a limpiar.

El sonríe.-Tu idea es muy buena, pero no quiero que duermas incomoda.

-No lo estoy.

-Vamos-Insiste.

Me siento junto a él, aún con sueño, tomé mi ropa interior y me la puse, James estaba a punto de tomar su camisa, pero yo fui más rápida.

-Eso es mío-Dijo con una sonrisa.

-¿Me la prestas?-Le pregunte moviendo mis pestañas exageradamente.

-Está bien.

Después de que tome mi ropa, salimos del auto, James comienza a caminar pero yo no lo hago, él al notarlo, se gira y me mira.

-¿Que sucede?

-Olvidas algo.

El piensa unos segundos.-Es cierto-Golpea su frente, se acerca a mi, yo extiendo mis brazos y el me ignora cerrando la puerta del auto.-Listo, vamos.

-Eso no era.

El ríe y me toma en sus brazos.

El abre la puerta y puedo observar como la lluvia había parado, aún estaba oscuro, siento una fría brisa en mi, haciendo que me ocultara en el cuello de James, quien también la noto, ya que su piel se erizo.

-Perdón por quitarte tu camisa-Le susurré.

-Estoy bien. La necesitas más tu.

Le bese la mejilla y me relaje en sus brazos.
Logramos entrar a casa, después de cerrar la puerta, él subía las escaleras, hasta llegar a nuestra habitación, y como si yo fuera un bebé me recuesta en la cama y me arropa.

-Descansa-Dijo besando mi frente.

-Te Amo.

-Yo también.

El se dirige al baño, yo mire el reloj 5:30 a.m, cerré mis ojos y con el aroma varonil de la camisa de James logre recuperar el sueño.

Despierto gracias al canto de James.
Abrí los ojos y el salía de bañarse.

-Has amanecido muy feliz-Le dije con una sonrisa.

-Tu eres el motivo de mi felicidad.

-¿Yo? ¿O lo que hicimos anoche?