Mi estimada Elizabeth.

Desde que tu familia marcho lejos de Sacris, la ciudad perdió un poco de su brillo, estos siete años han sido una completa agonía para mi sin tu buena compañía y es por esa razón que te escribo.

Pronto será mi aniversario de bodas y desde luego ofreceré un baile como todos los años, ambas sabemos que no hace falta que tu familia reciba una invitación, porque ustedes siempre serán bienvenidos en mi hogar ya que, sin tu intercesión, hoy en día yo no podría gozar de la felicidad de haber contraído matrimonio con mi amado Archer, a pesar de la aflicción que mi deseo te ocasiono, desde aquel entonces siempre me he sentido en deuda contigo y creo que, con la llegada de esta carta a tu poder, finalmente puedo retribuir tu apoyo.

El verdadero motivo por el que te dirijo estas líneas es para anunciarte cierto asunto de gran importancia no solo para mi familia, sino también para el reino entero. Como sabrás, mi hermano, el rey, es quien se ha hecho cargo desde que mi padre fue asesinado y yo abdique a mis derechos y responsabilidades como princesa del reino de Athos. Dadas las circunstancias que pesan sobre los hombros de mi hermano, mi progenitora, la reina madre, junto con la aprobación de la corte y la aceptación del parlamento han tomado la decisión de enlazar al rey con una noble dama del reino lo más pronto posible. Esta apresurada decisión se dio por causas políticas que pueden llegar a afectar a muchos y por supuesto por la avanzada edad de mi madre, la actual reina, quien se ve obligada a abandonar sus deberes reales para cuidar de su salud.

Mi anhelo es que tu hija mayor, Jane, sea la compañera de vida de mi querido hermano Fitzwilliam, espero sepas disculpar mi apresurada sugerencia, pero creo sin lugar a dudas que su belleza podrá cautivar los ojos del rey y claramente, esta unión podrá disipar todo prejuicio en contra de tu familia y como prueba de buena fe, me he tomado la molestia de hacerle la invitación personalmente a mi hermano, quien acepto gustoso de poder acompañarme en esta fecha tan especial para mí.

Me gustaría saber qué piensas al respecto y por supuesto también me gustaría conocer la opinión de tu hija.

En espera de tu respuesta, Katherine Schwarz

Un extraño silencio se creó en el pequeño saloncito, entre la perplejidad y la confusión. La idea me pareció una locura, pero al parecer todas teníamos una opinión diferente. Mi madre se levantó de su asiento con una sonrisa en sus labios mostrándose orgullosa, casi al punto de las lágrimas mientras que Jane intento sonreír, pero por algún motivo la felicidad que siempre acompañaba a mi hermana habia desaparecido en ese instante, la idea de portar la corona no pareció agradarle, pero tampoco lo rechazo, en vez de eso dejo que nuestra madre la abrazara y felicitara como si la posesión de la corona ya fuese un hecho.

El hermoso tono verde del vestido de mi madre resalto ante mis ojos, al igual que las perlas de su cuello y los pendientes que hacían juego, su cabello castaño estaba adornado y peinado con un elegante tocado plateado que le daban un aspecto armonioso.

— Jane, hija — balbuceo, las palabras no lograron salir de sus labios en seguida, hizo una pausa y sus ojos cristalinos la contemplaron como si fuese su más grande tesoro— ¿Qué piensas mi niña?

— Mama, yo no sé qué decir—respondió. Su hermoso rostro enrojeció enseguida, le daba cierta belleza, después de unos segundos logro mantener una ligera sonrisa y al igual que mi madre no encontró las palabras para expresar su sentir— no creo que sea prudente darnos esperanzas de esto, Madre.

—Pienso lo mismo, no hay garantía de que algo así pueda suceder, tan solo son los deseos de Lady Schwarz—proteste enseguida.

—¿Acaso no confías en la belleza de tu hermana, Helena?

Amor De CristalWhere stories live. Discover now