14-. ¿Me ayudas?

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Resulta que Percy controla muy bien el agua en todas sus formas, yo puedo, pero no tanto como él. Más sutil podría decir, pero sí puedo controlar terremotos y tormentas. Poseidón se veía como un padre orgulloso la primera vez que intenté uno. Tal como Zeus me miró la primera vez que usé los dones que él me había regalado.

También conocí a Tyson, mi otro hermano. Hablamos mucho y definitivamente está de mi lado, aunque creo que lo hace para que yo no me enfade con él como con Percy y Poseidón, creo que le encuentra razón a Percy, pero mientras no lo diga todo está bien.

— ¿A dónde vas? — Poseidón se puso a mi lado. Rodé los ojos.

— ¿A dónde crees? — Me crucé de brazos —. Lejos de ti.

Poseidón cerró los ojos, exasperado. — Hallie, cielo, deja de escapar de todo. Quiero entablar una relación contigo, eres mi hija. Es lo único que quiero, de verdad.

— No lo parece y tampoco me importa lo que quieras o no. Ya te dije lo que pienso sobre nuestra relación.

Volví a guardar mis últimas prendas y lo escuché exhalar. Realmente no quería ser mala con él, porque él no era para nada como me lo describieron en el Olimpo. De hecho, me agradaba, pero no quería sentir que estaba traicionando de cierta manera a Zeus y todo lo que hizo por mí durante tanto tiempo. Y mientras más tiempo pasaba en su reino, peor era la sensación de traición.

— Probablemente no te importe, pero significas mucho para mí, hija — Susurró, detrás de mí —. Y sé qué crees que te abandoné, pero no es cierto. Siempre estuviste en mis pensamientos, en mis recuerdos. Siempre tengo presente el momento en que tu madre te entregó a mí y me acariciaste con tus manitos pequeñas y me brindaste tu primera sonrisa...

Comencé a sentir lágrimas acumularse en mis ojos, mientras cerraba mi bolso y le daba la espalda. No es justo que me hable así cuando intento odiarlo. La confusión que tenía en mi cabeza ya era suficientemente grande como para que él me diera otro remordimiento del que hacerme cargo. Yo no sabía su parte de la historia y tenía miedo de que al escucharlo, terminara por sentir rencor por las personas que me criaron.

— No sabes lo mucho que sufrí cuando creí que habías muerto, me odié a mí mismo y desee nunca haber conocido a Sally, me habría ahorrado todo ese sufrimiento, pero no podía retroceder — Susurró dolido —. Me quedaba Percy y él era un constante recuerdo de que te había perdido, me costó mucho separar las cosas.

— No hables, por favor, basta... — Supliqué con la voz entrecortada.

— Cuando supe que estabas viva... Hallie, intenté por todos los medios verte, conocerte, escucharte... Te quise todos los días, hija, incluso en esos días en los que ni tú me querías.

Dejé a las lágrimas salir y me di vuelta encontrándome con un preocupado Poseidón. Él no es malo, me recordaba mi subconsciente. Cerré los ojos y caminé hasta chocar con su pecho y rodearlo con mis brazos formando un abrazo, nuestro primer abrazo.

Poseidón me apretó en sus brazos y besó mi frente como lo hacía Percy y volví a sentirme pequeña e insignificante. Extrañaba a Percy y mucho. Sí, se había comportado como un imbécil, pero podíamos arreglarlo si habláramos las cosas.

— Él también te extraña, hija — Susurró en mi oído enternecido —. Ve por él, hablen... se necesitan.

— ¿Puedo volver cuando yo quiera? — Lo miré al separarme con mis ojos llorosos. Él sonrió.

— Puedes volver todas las veces que quieras, es tu hogar también — Acarició mi mejilla con cariño —. Ahora ve al campamento, habla con Percy y aléjate de los problemas.

My Olympian Downfall ➻❃Nico di Angelo.Where stories live. Discover now