Un paso a la vez

89 14 1
                                    


Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.


"Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía."- Anatole France (1844-1924) Escritor francés.


La exposición es un éxito.

Las personas van de un lado al otro disfrutando del ambiente y los aperitivos que, prácticamente se han acabado. Los periodistas de vez en cuando se adueñan de una esquina o pasillo para entrevistar a los artistas. Algunos, tan poco acostumbrados a la atención que no saben cómo comportarse.

Y ahí, en medio de todo te encuentras tú. Entre la elegancia que siempre te ha caracterizado y el nerviosismo que te provoca este tipo de cosas. Tu sonrisa delata lo incomodo que te sientes con la atención pero sabes la importancia de este evento y haces tú mejor esfuerzo.

Si me lo preguntas, nunca espere que la compañía financiara esta exposición, tampoco que dentro de los artistas invitados estarías tú. Por primera vez me siento feliz de que la esposa del CEO tenga ideas de grandeza y crea que el dinero de la empresa es para sus caprichos de mecenas renacentista. También agradezco que el jefe haya decidido que entre mis funciones se encuentra asistir a los eventos de fin de semana como representante del área financiera.

Esta es la primera vez que nos encontramos desde que te mudaste.

Nunca te lo diré pero la primera noche que pase solo, no pude dormir. Acabe en el sofá viendo películas de acción, al final el sueño llego y mientras el Joker hacia estallar un hospital pude dormir un poco.

Hasta ese momento me di cuenta que había olvidado "vivir conmigo". Habíamos pasado tanto tiempo juntos que olvide a hacer planes para mí. No solo era hacer comida de más, era pensar por dos personas, saber que en cada salida y lugar estarías ahí. La sensación que dejaste de vacío, estaba en casi todos los aspectos de mi vida.

Alex ha ayudado un poco en la transición. Su chispa y vivacidad llenan de luz ese espacio tan gris que dejaste tras de ti. Poco a poco en estos 8 meses hemos aprendido a conocernos. Ella sabe que me cuesta levantarme y que olvido con facilidad desayunar. Yo he aprendido que le gusta armar rompecabezas y que incluso la más tonta película de terror puede hacerla chillar de angustia.

He ganado una amiga.

Pero el vacío continúa en mi corazón; y me ataca sin motivo ni razón cuando creo que puedo avanzar. Todo se vuelve complicado y dejar de hundirme en la melancolía se torna tan difícil.

¿Cómo lo has llevado tú?

A veces creo que puedo tomar el teléfono y marcarte. Hablar como en los viejos tiempos, ponernos al día y conversar como siempre lo hicimos. Otras tantas dejo que la autocompasión se apoderé de mis pensamientos y cualquier pequeña sombra se convierte en un mounstro indomable.

¿Siempre he sido tan patético?

Espero sinceramente que no.

Es irónico que incluso en este evento solo nos hayamos saludado al inicio. No ha dado tiempo para más. Mientras que tú compartes la fama con el resto de artistas, yo intercambio pláticas superfluas con inversionistas y gerentes de otras empresas. El trato con las personas nunca ha sido mi fuerte pero el trabajo y la vida me han dado lecciones suficientes para poder defenderme con un poco de maestría y confianza.

Las horas pasan y el evento casi llega a su final. No puedo evitar aflojar el nudo de mi corbata. Es en medio de esta acción que por fin nos encontramos.

- Un éxito ¿no? – preguntas con media sonrisa, agotado pero feliz.

- No lo sé. Debo revisar los números – una mueca de regaño se dibuja en tus facciones – Aunque no creo que eso deba preocuparte Mister popularidad.

- Basta – respondes abochornado y de alguna manera una carcajada limpia surge de lo más hondo de mi pecho.

Tus ojos no dejan de analizarme, la curiosidad se nota en tu expresión y estoy seguro que en mi rostro se refleja algo parecido.

- ¿Cómo has estado? – preguntas al fin. A pesar de he imaginado este momento, tu voz me congela e cobarde volteo hacia mis zapatos. Puedo darte mil respuestas pero al final la vida siempre es sencilla.

- Bien – sonrío con confianza y un poco de orgullo - ¿Y tú? – De alguna manera mi respuesta te hace feliz.

- Genial – exclamas con júbilo casi gorgojeando.

La conversación muere ahí pero el silencio es agradable, no hacen falta las palabras.

- Mateo – te llaman desde el fondo del salón. Es uno de los artistas que junto a ti mostro su trabajo. Ambos miramos al hombre que pese a sus 30 y tantos sigue vistiendo como un adolescente. Su cabello alborotado y los tenis de tela me recuerdan a los hijos adolescentes de mi hermana.

Pero incluso así tu rostro se ilumina.

Ah, entiendo.

No hace falta saber más. Tu expresión, tus bellos ojos ilusionados y esos movimientos nerviosos con tus manos me lo dicen todo.

Apenado y un poco sonrojado, volteas hacia mí.

- Tengo que irme – hablas un poco cohibido.

- Diviértete – contesto con serenidad. Me observas, tal vez no esperabas tal aprobación de mi parte pero un suspiro aliviado exhala de tus labios y con una sonrisa te despides.

- Gracias, nos vemos.

- Cuídate, luego platicamos.

Asientes feliz y trotas hacia el hombre que intrigado no ha dejado de mirarnos.

Nunca te lo diré pero ni siquiera yo esperaba reaccionar de esa manera. Porque he pasado estos meses creyendo en mil y un fantasma y ahora que te veo rehaciendo tu vida y con tanta esperanza, no puedo ser egoísta he impedírtelo.

Tienes un futuro por delante y has empezado a caminar. Es tiempo que haga lo mismo.

- Un paso a la vez, Alfonso. Un paso a la vez.

Mi repito como un hechizo, uno que estoy seguro repetiré por un tiempo.

MomentosHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin