Amor no correspondido

y e o r y e o s e o t

Sentía que todo se venia abajo, estaba enojado con Yoongi, porque me hizo creer que lo nuestro era para siempre, que me amaba... No pare de llorar, estaba muy afectado, no comía, no salia, sólo a las practicas. Y hoy era un día de practica, me desahogue bailando , los demás ya se habían retirado, sólo quedaba yo, estaba solo en el salón de ensayo, con la música a todo volumen, no paraba de bailar, me sentía un poco débil, pero eso no me detuvo. Hasta que creí que era suficiente volví al departamento. Todos estaban en la sala, viendo una serie. — Ve  Jimin, acompañanos. -dijo jin.

Yoongi solo se le quedaba viendo a su celular, y estaba sonriendo, de nuevo, como aquella vez.

– No, gracias. -respondí.

Me di una ducha y entre a mi habitación, lo único que pasaba por mi cabeza era que si a Yoongi le da tanto igual, tal vez nunca me amo como yo lo ame a él. Pensar eso dolía, pero tal vez era cierto.
Escuche un "Volveré tarde, iré al cine con Dae"

Eso hizo sentirme peor, ya no sabia que hacer, sólo me quedaba llorar, y pensar que nunca signifique mucho para Yoongi, debería despejar mi mente, pero no podía, se me hacia imposible, yo estaba seguro que Yoongi era para mi, y tenia que luchar por él. Esos pensamientos de luchar por él se fueron, cuando escuche a Yoongi decirle a Nam que ya andaba con Dae. Ahí va de nuevo, ese nudo en la garganta, ese dolor en el corazón. Odiaba esa sensación, ese mismo día me atreví a hablar con Yoongi, entre a su habitación.

– ¿Por qué te da tan igual? -le dije con la voz quebrada-
— Jimin..este, es justo que lo sepas, estoy saliendo con Dae.
– Me destrozaste y me mentiste. De verdad creí que lo que sentías hacia mi era verdadero, que duraría. Te odio, te tengo que olvidar, pero a la vez no puedo, porque tú eres mi todo, tú eres mío.
— Tus palabras me hacen sentir la peor persona del mundo, perdón.
– Un "perdón" no remediara mi corazón roto, y mucho menos las lágrimas que derrame gracias a ti.
— Odio verte así, pero, Dae es genial, y...me gusta.
– ¡Te odio!, ¡Te odio por hacer que me enamore de ti, por cada detalle tuyo que me encanta, te odio por no amarme!  -dije llorando-    
— Jimin, deberás, perdón.
– Basta, me estas destrozando poco a poco, adiós.