Capítulo 22

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Suspiré, el momento había llegado, escuché voces en la sala, la novia de Sébastien había llegado y por lo que escuchaba no venía sola.

Vi a Sébastien apretar los labios, en el fondo me alegra que a él no le agradara tener a Natalie en su casa, me sentía menos insegura.

Tocaron la puerta y me acomodé el cabello que llevaba suelto cuando Sébastien dio el permiso para que pudieran entrar, don Víctor entró sonriente con dos mujeres, las vi y noté la sorpresa en sus rostros.

- Lena, te presentó a Natalie Córdoba - me levanté y extendí mi mano, ella no dejo de recorrerme con la mirada y no pasó por alto mi embarazo.

Estrechó mi mano con una sonrisa, mordí mi labio, Natalie se veía que era muy amigable.

- Lena, es un placer conocerte - soltó mi mano y me dio un beso en la mejilla.

- Ella es Laura, mi prima, estará unos días con nosotros en la casa - su prima me sonrió pero la sonrisa no llegó hasta sus ojos.

- Laura Córdoba ¿y tu apellido Lena?- me encogí de hombros.

- no tengo - ambas mujeres me miraron extrañadas.

- ¿Cómo que no tienes?- suspiré la tal Laura era una metida era un hecho.

- Soy huérfana, crecí en un orfanatorio- le aclaré para evitar más tontas preguntas.

-más de algún apellido debes tener - me encogí de hombros, está mujer mucha importancia le da a un apellido.

- bien, si tanto deseas un apellido puedes decirme Lena Santa Clara - puse los ojos en blanco.

-¿Santa Clara? - se cruzó de brazos.

- te dije que no tengo apellido, pero deseas tanto que te diga uno que me puse el nombre del orfanatorio - la tal Laura me dirigió una mala mirada pero no me importó, odiaba a la gente que trataba de hurgar en mi vida.

- Natalie, Laura son bienvenidas, mi padre las puede llevar a sus habitaciones, Lena y yo estamos trabajando en mi próximo libro que debo entregar a tiempo- Sébastien se acomodó mejor en la silla.

- Lena ¿y el bebé que esperas de quien es ó no lo sabes? - Sébastien apretó la mandíbula molesto ante la pregunta de Laura, era un hecho consumado que esa mujer no me agradaba.

- el bebé es mío - todos nos giramos hacia Salomón quien entraba a la biblioteca - no es ninguna cualquiera que anda saltando de cama en cama.

Creo que mi sorpresa era tan grande al darme cuenta que Salomón me acababa de defender, pero no pasaba por alto el rostro de Laura que estaba rojo de rabia.

- Natalie - se acercó hacia ella -me alegra que hallas despertado - besó su mejilla.

- Salomón mi cuñado consentido - ella lo estrechó entre sus brazos.

El se separó de ella e ignoró a Laura.

- lamento el acc...- lo interrumpió Laura.

- Natalie no recuerda nada del accidente y creo que meses antes del accidente.

Salomón miró a Natalie y luego a Laura y asintió.

- eres bienvenida - apretó su mano y me miró para sonreírme- cuida al bebé - de reojo vi a Sébastien que estaba molesto.

Don Víctor miraba a Salomón con tristeza, ahora que era madre entendía la preocupación que había en su corazón, Salomón estaba con ojeras profundas, él estaba viviendo en el infierno que me mencionó pero que desconocía cual era.

Natalie se acercó a Sébastien y puso su mano en la cara de él, la vi acercarse para darle un beso y no lo soportaría, iba a girar el rostro cuando escuché a Sébastien estornudar, Natalie se apartó rápidamente.

- lo siento Natalie, ando muy resfriado - sonreí, Sébastien era un mentiroso pero me alegraba que era muy ingenioso y no permitió que lo besara.

- querido pediré a Paula que te haga un té, estarás mejor en poco tiempo - el arrugó el rostro.

- no te preocupes ya estoy tomando medicamentos.

Miré a Salomón y él me miraba con tristeza, quería saber que le pasaba.

Se dio la vuelta y salió de la biblioteca, Laura lo siguió con la mirada y luego me miró con furia.

No le aparté la mirada, había aprendido en la vida que me tocó a defenderme y no temerle a nadie, Laura se daría cuenta que no le tenía miedo.

Natalie me sonrió y entrelazo su brazo en él de don Víctor.

- vamos querido suegro, dejemos trabajar a Sébastien. - las vi salir con don Víctor.

Cuando cerraron la puerta, me acerqué a Sébastien e incline mi rostro para plantarle un besito en los labios.

- me gustó como evitaste que te besara - él me sentó en sus piernas.

- esperó volver a ver Lena y sospecho que si ella me hubiera besado, me hubieras arrancado los ojos - me reí por su ocurrencia.

- tienes razón, esta boca - se la toque con la mía - es solo mía Sébastien.

El sonrió en mis labios.

- lo es Lena y tú también eres toda mía- lo abracé.

- ambos nos pertenecemos Sébastien.

Trabajamos toda la tarde y fuimos interrumpidos por qué Natalie entró con una bandeja con bocadillos y té.

- Lena, debes comer bien por el bebé, me alegra que tendremos un sobrino a quien mimaremos con Sébastien - de reojo miré a Sébastien que estaba tensó como la cuerda de un violín.

- no debiste molestarte Natalie - murmuré.

- No es molestia querida, estas ayudando a Sébastien con su libro, así que con gustó te traigo tu comida.- mordí el lápiz, ella se estaba portando tan bien y yo dormía con su prometido, me sentía culpable.

- Gracias Natalie - Sébastien sonrió.

- mi amor te dije que te cuidaría y no estaba mintiendo, estaré pendiente que comas a tu hora y así mismo con Lena, lleva a nuestro sobrino y espero que ambos seamos los padrinos del bebé.

Sentía que el sándwich desde que llamó a Sébastien por amor no pasaba por mi garganta.

- no ha nacido aún el bebé como para pensar ya en los padrinos - ella se acomodó el cabello y me miró.

- apuesto que no has comprado nada para él bebé, sé que no tienes tiempo para ir de compras pero yo con gusto iré mañana a comprarte todo lo que necesitas - le sonreí y no aguanté más tanta amabilidad de su parte, me disculpé y salí de la biblioteca, caminé apresurada hacia el jardín por aire fresco y me tope con Salomón.

- ¿qué pasa? - lo miré dudosa no sabía que esperar de Salomón.

- yo... me siento culpable por la dulzura de Natalie- listo, lo solté sin saber si estaba entregando información en manos enemigas.

El ladeo la cabeza y me miró a los ojos.

- he escuchado que ustedes las mujeres tienen un sexto sentido - se acercó y tomó un mechón de mi cabello entre sus dedos - yo de ti no me confiaría en tanta dulzura.

*** Natalie en multimedia ***

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Kgerals 💜


Con los ojos del alma ©Where stories live. Discover now