Me fuí corriendo y llorando debajo de las gradas del campo de Quidditch. Esperaba que nadie me encontrase, pero el hacer lo que los demás piensan no está en el plan de los merodeadores.
-¿Que pasa Lils?-dijo Remus.
-Nada.
Después de unos segundos con un silencio incómodo, Sirius fue directo al grano.
-Te hemos visto llamandole James Sirius Potter a James.
Mis lágrimas volvieron y me golpeé mentalmente quinientas mil veces por las estupideces que hago. Primero viajar en el tiempo.
Y segundo, creer en que James cambiaría.
Peter y Remus se fueron a acabar la tarea de DCAO y James se quedó a consolarme. Sirius se fue con una Gryffindor a su habitación.
Mientras me abrazaba, James me iba diciendo cosas tranquilizadoras hasta que me besó.
Nose porque se lo seguí, pero el beso se fue tornando más caliente y me agarró como recién casados y subimos a su habitación.
Cabe decir que ninguno dormimos en toda la madrugada.
