Wiikonge - Él las invita a una celebración

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— Dios mío, parece un gigante — se asustó Jeanne, echándose hacia atrás —. ¿Qué ha dicho?

— Aaniin, Ishkode — lo saludó Thomas Turner, el único que comprendía su lengua.

Él les dio permiso y todos nos dijeron "hola" en ojibwa. Asombrado, advertí cómo Étienne analizaba cada recoveco de Namid. Éste le inclinó el rostro. Ishkode retomó la palabra y habló con adustez, atemorizándolos más. El mercader le escuchaba con atención.

— ¿Qué ha dicho? — se tensó Thibault.

— Están invitando a la señorita Catherine al poblado — tradujo.

— ¿Qu-qué? — saltó mi hermana.

Thomas Turner le indicó a Ishkode que aguardara unos instantes y éste asintió, mortíferamente en calma. Namid ya no podía evitar sonreírme.

— Este es el joven Ishkode, es el hermano mayor de este otro joven al que ya conocerán, Namid. Es el primogénito de la familia — explicó —. Han venido hasta aquí para invitar a la señorita Catherine a su poblado como agradecimiento por la devolución de los mechones de su hermana pequeña, Wenonah.

Todos me miraron, atónitos.

— Hágale saber nuestro agradecimiento, deprisa — no quiso ofenderle Antoine.

Él se lo expresó en su idioma y todos asintieron. Ishkode me miró directamente, con aquellos ojos negros, todo pupila, que abrasaban, y se llevó un mano al pecho en señal de respeto. De pronto, otro de los jóvenes indígenas me dijo algo y Thomas Turner se echó a reír.

— Este es Miskwaadesi, el segundo hermano mayor. Le ha dicho que no se lo piense y acepte su oferta — me indicó.

Conocedora de que estaba directamente relacionado con Namid, lo miré con mayor atención. No podía distinguir muy bien sus facciones, ya que las tenía profusamente pintadas de oscuro, pero se parecían entre ellos. Tenía los dientes delanteros partidos y le faltaba media oreja izquierda.

— Miigwech, nisayenh — le agradecí, sonrojada.

— Espere un momento — palideció Thibault —, ¿usted habla la lengua de los salvajes?

— Cállese, por el amor de dios. No interrumpa — sentenció Thomas Turner.

Ishkode volvió a hablar, imponiendo obediencia y esperamos la traducción:

— Van a celebrar un rito en honor a la cabellera de su hermana y tiene que estar presente.

— Pero... — escuché decir a mi hermana.

Por eso Namid sonreía: no estaban siendo hostiles, sino agradecidos.

— Dígale que aceptamos y que es un privilegio para nuestra familia que hayan venido hasta aquí con tan buenas intenciones, pero Catherine no acudirá a solas a la tribu — añadió Antoine.

Todos esperamos la reacción de Ishkode. Se rió por un lado de la boca y volvió a mirarme como si no fuera capaz de acertar en mis intenciones.

— Mhm — asintió con lentitud, accediendo. Me señaló y dijo algo más.

— Elige a tu acompañante — me hizo saber Turner.

— Jeanne — escupí las palabras.

Ella me miró con la boca abierta. Estaba muerta de miedo.

— ¿Por qué solo puede ir una persona? — se preocupó el arquitecto.

— Dice que es una celebración sagrada.

(PRONTO A LA VENTA) Waaseyaa (I): Besada por el fuegoWhere stories live. Discover now