UNO

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Si somos minuciosos, descubriremos que todos tenemos una barrera mental bien arraigada en nosotros que afecta nuestra percepción incesantemente. Partamos de la siguiente base: lo que primero existe adentro, segundo existe afuera -y lo de afuera todavía nos sigue pareciendo ajeno- por eso, pongamos las ideas en claro, esta barrera mental es conocida como el ego. La desconexión del todo en el plano terrestre y también en el plano espiritual. Es la identificación con nuestra mente que intenta protegernos contra un pseudoenemigo externo, que, en realidad, es intrínseco. Contrastando, además, se manifiesta en nuestra contra, en la sociedad donde existen millones de capas de humo que proliferan a nuestro alrededor para que estemos ciegos sobre una verdad que arde en llamas: somos uno solo.

Bajemos a hacer un trabajo de campo. Podes tener todo el dinero del mundo, podes manejar el mejor auto, podes ser negro o ser blanco. Podes creer en Jesús tanto como podes creer en Alá. Pero todas estas separaciones entre las personas, egoístas hasta el extremo, se alejan de la incuestionable idea de que la diversidad alimenta el alma. El humano todavía no llegó al punto de evolución donde finalmente pueda entender que las divisiones son necesarias o destructivas. En este momento, nuestra autenticidad como especie tiene un largo trecho por delante para poder aprender a compartir y sobre todo, a convivir en armonía. Se puede sentir a gran escala: es el origen de las guerras, de las revoluciones, de toda la violencia que impulsamos nosotros mismos por no saber aceptarnos tal cual somos, por ser ignorantes de que, de alguna manera, estamos todos conectados. Y se repite un mismo patrón, determinados organismos fomentan la intolerancia, demonizan la diversidad y se encargan de mantenernos dormidos sobre la conciencia unificadora que podríamos alcanzar como seres multidimensionales. Especifico la palabra multidimensional porque el mundo físico no es el único que encontramos en esta experiencia de vida. Está bien, si, la realidad tangible es la más próxima a nuestros ojos, pero existen planos más ascendidos, planos donde la tercera dimensión queda diluída dentro de una matrix, valga la redundancia. De a poco: Las nubes quebradas se asemejan a una tierra que se parte por el sol, los árboles parecen tener venas, piernas y brazos, los mares reflejan el cielo, la naturaleza en si misma está ensamblada con cada ser humano de este planeta. ¿Por qué crees que las personas que viven inmersas en medio de la naturaleza son seres más cálidos y menos egoístas? ¿Será porque sienten la conexión recíproca entre habitantes de la tierra y la madre naturaleza? Y el mismo ejemplo se puede aplicar con los animales, todo lo que nos separa es simplemente la cárcel de nuestra mente que no permite que el amor fluya, y quizás eso es lo que nos haga falta para entender y aceptar: océanos de amor incondicional, amor a la existencia, amor que nos sane.

Si somos minuciosos, todo se manifiesta en energía de distintas expresiones, todo es conciencia, nada está separado de vos. Ni siquiera los objetos que usas día a día. Crees que sos una gota de agua en un metro cuadrado de cemento, cuando en realidad sos una gota de agua en un mar eterno donde absolutamente todo se relaciona con vos (y tu vibración). Así se presentan las sincronicidades, la paz interior y además todas las sensaciones y emociones que sentís. Reconocé y experimentá esa sensación de unidad, de conexión, recibís mensajes todos los días para que puedas despertar dentro de este sueño. La gente que te hace mal no tiene intenciones de herirte, simplemente son ignorantes, el karma no es un efecto deliberado, es aprendizaje puro. Abrazá, esparcí el amor, aquel que nos eleva. Todos estamos acá para aprender y experimentar de nuestras realidades subjetivas, que al momento de complotarse, riegan la semilla de la unidad.

Amor o miedoWhere stories live. Discover now