Primera Impresión

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Decir que el primer encuentro de Chase y Jack fue como una película romántica donde los protagonistas se tropiezan, se miran a los ojos, sienten mariposas en el estómago y se enamoran perdidamente sería exagerar demasiado. Aunque tal vez así sea lo más parecido a como se sintió el adolescente del mal.

Recapitulemos: Jack se encontraba peleando con los monjes a orillas de una playa por un Shen gong wu. Estaba a punto de vencerlos pero -como era de esperarse- tropezó con una roca. Intentó cubrirse para no sufrir lesiones; sin embargo, el golpe nunca llegó. Alzó la vista para ver quien lo había salvado y no pudo evitar soltar un gritito agudo de la sorpresa.

¡Y vaya sorpresa! No fue necesario preguntarle el nombre, él ya sabía quien era.
—Ch-chase Y-young— dijo aún en su asombro y con los ojos totalmente iluminados.

Chase, por su parte, inspeccionaba al muchacho con un poco de curiosidad. Sí había escuchado algo sobre él antes: un torpe adolescente que se autodenominaba genio del mal. Tenía que admitir que sus habilidades en la robótica le parecían fascinantes, quien sabe en el futuro pueda servirle para algo y tal vez con un poco de orientación pueda llegar a ser un buen villano, pensó.

Rápidamente, Jack empezó a llenarlo de preguntas a las que el Heylin no hacía más que responder con supuesta indiferencia, que en realidad solo aumentaban su ego  y satisfacción. Él sabía que era un ser superior y muchos intentaban halagarlo para ganarse su confianza y asesinarlo después; pero al mirar al adolescente solo veía una gran devoción sin esperar nada a cambio.

Los guerreros Xiaolin, quienes aún se encontraban observando todo con extrañeza, tomaron el artefacto sigilosamente y se fueron. Wuya se puso furiosa y empezó a insultarlo ya que el idiota no le tomó importancia y seguía en su encerrado en su mundo donde solo existía Chase.

Pasados unos momentos, Young tuvo que irse a seguir con sus planes malévolos mientras que Spicer se quedó con una Wuya malhumorada y aguantando cada uno de sus regaños -como era costumbre-, pero valió la pena, pensó sonriendo.

Quien diría que ese sería el comienzo de su cursi historia.

Chack TalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora