Helados y sucios pensamientos.

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Esta es la primera; muchos me pidieron una continuación jaja; tal vez la escriba tal vez no. Que lo disfruten.

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Alec no entendía cómo después de matar demonios y tener icor y sangre sobre la ropa, estaba ahora sentado en el Central Park comiendo paletas con Magnus, y los chicos.

La idea fue de Jace, quien después de que todos hubieron dejado sus armas y cambiado de ropa luego de un baño; invitó a Clary a comer helado, a lo que Izzy dijo que ella quería unirse y llamó a Simon (a pesar de que él no puede comer) y arrastró a Alec luego de invitar a Magnus como agradecimiento por ayudar en la batalla.

Así que ahora se hallaban todos sentados en el pasto. Simon le contaba algo sobre sus historietas mundanas a Iz mientras ella comía un helado de frutilla distraídamente. En un momento a ella le quedó algo de helado en la comisura de la boca, y Simon por puro instinto se lo quitó con su pulgar con delicadeza. Izzy sonrió por el gesto y Simon hizo cara de sonrojo mientras lamía el helado de su dedo. Ahí fue cuando Alec decidió apartar la vista de ellos sonrojándose cuando la mirada de Izzy en Simon se hizo más profunda y viceversa.

Alec miró a Magnus de reojo, quien comía una paleta de frutas con relleno de leche condensada (la más extravagante que encontró) con determinación. Cuando captó la vista de Alec sonrío dando un ligero mordisco a su paleta. Alec apartó la vista mientras metódicamente se terminaba su plana y simple paleta de agua.

Decidió poner sus ojos en Jace y Clary quienes reían por alguna estupidez que su parabatai había dicho. El sol se estaba poniendo creando una linda luz sobre ellos; a pesar de eso, el calor del verano aún se sentía de manera terrible (por eso la idea de los helados). Clary comía un cono de chocolate y vainilla mientras que Jace había encontrado un helado de mango y se habían reído con Simon antes de comprarlo. Dejaron de reír y Jace le dio un diligente mordisco a su helado; en eso se parecía a Alec, solían hacer cosas con la determinación de los Cazadores de sombras, metódica y sencillamente. En eso su vista giró hacia Clary, por lo tanto la de Alec lo hizo también; ella lamía la vainilla con ternura pero con la firmeza de su carácter, también haciendo que le quedara un poco en el labio. Alec pensó que tal vez Jace iba a hacer lo mismo que Simon; pero no fue así. Jace observó a Clary con una mirada que hasta a Alec le dio escalofrío, miraba su lengua fijamente y sus ojos se ponían más dorados. Clary se dio cuenta y dejó de lamer el helado sonrojándose; Jace se aclaró la garganta pero luego le sonrió. Alec alcanzó a escuchar el susurrado "te quedó un poco" antes de que Jace la besara quitando el helado. Entonces Alec apartó la mirada de nuevo, bastante incómodo.

-No deberías estar mirándolos tan fijamente si te incomoda -la voz de Magnus lo sobresaltó. Miró al brujo quien le sonreía burlonamente.

-No... Yo, yo no pretendía... -Alec suspiró-. Entonces háblame o distráeme de verlos.

Alec no se dio cuenta de que lo que dijo fue un error hasta que vio la mirada pícara de Magnus.

-Puedo darte otra cosa que mirar -dijo antes de volver la vista a su helado. La mirada de confusión de Alec se transformó en una de vergüenza cuando Magnus pasó su lengua plana lentamente de la parte de abajo de la paleta a la punta.

Alec lanzó una mirada rápida a los demás, pero vio que cada uno andaba en su mundo, Clary y Jace aún se besaban; mientras que Izzy y Simon se estaban susurrando cosas al oido sin prestar atención a nada más.

Su mirada volvió a Magnus quien lamía la punta de la paleta (la cual no ayudaba para nada por tener una forma alargada y casi redonda). Su lengua alternaba entre dar pequeños toques a darle toda la vuelta a la punta. Alec tragó grueso, sintiendo como un escalofrío le recorría el cuerpo.

Magnus le lanzó una rápida mirada y cuando se dio cuenta de cómo lo miraba Alec, sonrió con picardía antes de poner todo el helado en su boca. Los labios de Magnus se fueron llenando ligeramente de crema mientras su boca bajaba lentamente a lo largo de la paleta. Alec sintió que la sangre se comenzaba a concentrar en sus partes inferiores, su corazón comenzaba a latir más rápido y su respiración se estaba cortando. Él no era pervertido, pero al ver lo que la boca del brujo estaba haciendo; como ahora subía lentamente por la redonda paleta y luego como este se lamía el rastro de helado de sus labios, Alec deseó que en lugar de helado estuviera su...

Bajó la mirada avergonzado, aunque no le duró mucho; ya que al escuchar un ligero sonido de succión su mirada volvió rápidamente a Magnus. Alec no sabía a qué hora se había movido tan cerca del brujo, pero ahora podía ver cada movimiento mejor. Magnus succionaba la punta del helado con fuerza, haciendo sonidos que llegaban directamente a la parte más privada de Alec; sus ojos estaban cerrados y aunque tenía las cejas ligeramente fruncidas en determinación; su expresión era de puro placer.

"Es como si de verdad me estuviera..." Alec tragó grueso ante su propio pensamiento. En ese momento Magnus alejó su boca de la paleta con un obsceno sonido.

-Alec -susurró antes de volver a poner sus labios sobre el helado; bajando y subiendo su cabeza a un ritmo lento. La respiración del Cazador se atoró en su garganta, le dio una rápida mirada al cuerpo Magnus y vio que este ya no estaba jugando, en realidad estaba sintiendo, y tenía el mismo "problema" que Alec en sus pantalones. Obviamente Magnus podía sentir la mirada intensa de su novio, y esto hacía que le recorriera un escalofrío excitante por el cuerpo, y que succionara la paleta con más fuerza.

Justo en ese instante, cuando Magnus lamía deliciosamente la punta, atrayendo por completo la atención de Alec, la paleta se derritió y dejó escapar el relleno de leche condensada. Magnus gimió, GIMIÓ; y Alec tuvo que contenerse para no hacer lo mismo. El brujo comenzó la lamer el líquido, pero esto no evitó que le quedara algo el la punta de la boca; una gota blanca rodando lentamente por su mandíbula. Alec no pudo más, la maldita gota era blanca y pegajosa, Magnus estaba sonrojado, abrió los ojos y miró a Alec con tanta lujuria en ellos que el cazador tuvo que aguantar otro gemido.

Tomó las manos de Magnus para que dejara la paleta que no se derretía sobre el brujo gracias a que este le había puesto algo de magia; y lo besó con fuerza. Magnus soltó un quejido de placer mientras Alec lamía la gota de leche condensada e introducía su lengua en la boca del otro. Se besaron con pasión, sus lenguas pelearon por dominancia, pequeños jadeos y sonidos de succión escapando de sus bocas. Cuando se separaron por la falta de aire, Alec recargó su frente en la de Magnus.

-Vamos a casa y hazme lo que le estabas haciendo a ese helado, Magnus -susurró; sonrojándose por sus propias palabras. El brujo sonrió ligeramente.

-Mi pervertido Alexander, yo solo comía helado y tú quién sabe qué cosas te imaginas -dijo con voz ronca.

-Al helado no le susurras "Alec", Magnus -respondió el otro soltando un bufido. Magnus rió y luego se levantaron para despedirse de todos e ir a casa.

One Shots MalecWhere stories live. Discover now