- Ya irán los demás - dejé mis ojos en blanco a causa de la vagancia de mi hermano.

Comencé a meter los trozos de papa en la freidora, puñado tras puñado. Cuando estuvieron todas fritas las pesé, porque quería saber cuántos kilos de comida podríamos comer entre todos. Cinco kilos solo las papas, faltan los demás ingredientes.

Las coloqué en dos bandejas formando una montaña. El siguiente paso es añadirle las tres salsas. Luego, añadirle el queso rallado y el jamón. Después, el pollo troceado y las salchichas. Y por último le añadí un toque de sal para que no quedase soso.

Llevé ambas bandejas al jardín. A una mesita que está cerca de la piscina, y con ayuda de mis dos amigas llevamos los cubiertos, servilletas y unos refrescos. Hoy comeríamos al aire libre.

— Iré a avisar a los chicos de que la comida ya está preparada – aviso Emily entrando de nuevo a la casa.

– Tu y yo tenemos que pasar un día solas. Un día dedicado a nuestra amistad, ya sabes, hace tiempo que no pasamos tiempo juntas - ladeó su sonrisa. Harper tenía razón, desde que llegamos aquí ha sido todo un caos y no hemos tenido tiempo para pasarlo juntas como solíamos hacer antes.

– Si. Esta noche misma saldremos por ahí nosotras dos. Obviamente no iremos a ninguna discoteca ni a ninguna fiesta, me refiero a ir a cenar algo a algún restaurante para estar sin una manada de chicos – reí colocando vasos a lo largo de la mesa.

– ¿Crees que Emily estará bien rodeada por ellos una tarde y noche entera? - preguntó alzando su ceja izquierda.

— Esta con su hermano — me encogí de hombros — Estará bien. Además, ella va a entender que queremos pasar tiempo solas como mejores amigas que somos.

En eso llegaron los demás y comenzaron a sentarse al rededor de la mesa, dejándonos a las tres chicas juntas, y ellos cinco por el otro lado. Una de las bandejas era para nosotras y Connor, y la otra era para Dallas, Dylan, Jack y Harry.

- Esto está riquísimo - exclamó Dallas pinchando más comida en su tenedor. Le mire con una de mis cejas alzadas. Todo lo que se de cocina — quitando un veinte por ciento — me lo enseñó Brenda.

Brenda es la cocinera del instituto. No es de esas que te alimentan con un puré verde y asqueroso. No, ella hace platos deliciosos.

– Esta delicioso gracias a vosotros. Todas las tardes que me obligaron a quedarme ayudando a Brenda para tener por seguro que no iba a salir con nadie sirvieron de algo — hablé sarcástica con una sonrisa de ese estilo.

Ellos suspiraron mirando al suelo. Tengo que parar de decirles cosas así, sé que les duele. Que estoy diciendo, a mí me duele mucho más todo lo que me hicieron.

– Ya. No digan nada, es mejor el silencio. Gracias por el halago, Dallas – finalicé. No tenía ganas de enfrentar otra pelea de nuevo. Es mejor dejar las cosas tal y como están y ver qué pasa.

– Aunque prefieras el silencio, tengo que decirte que esto está exquisito — volvió a repetir mi mejor amigo Connor.

Les agradecí a todos los que dijeron que me había quedado muy rico el resultado y, después de eso, continuamos comiendo cada uno hundido en sus pensamientos.

Me fijé en cada uno de ellos. Dylan y Jackson parece que solo están comiendo, sin pensar en nada, aunque de vez en cuando intercambian algunas palabras. Dallas está pensando en algo que le hacer tener el rostro muy serio. Los hermanos Em y Connor se miran y se hacen muecas con la cara. Harry mira a Harper y Harper mira a Harry.

¿Podré con tanta sobreprotección?Where stories live. Discover now