Capítulo 4: Nueva vida

Start from the beginning
                                    

— ¡Hasta que te animas a salir con un chico! —Interrumpe mi tía acaparando nuestra atención — ¿y cuando lo presentas? — inquiere con emoción y una gran sonrisa en su absurdo rostro un poco parecido a mi madre

Yo imito la expresión de mi madre al verla puesto que ella me mira con picardía ¿acaso no entendió lo que dije? En este par de años conviviendo a su lado me di cuenta de lo metiche que puede llegar a ser, casi como David pero no tan irritante, sin embargo es desagradable lo que hace siempre.

—No voy a salir con mi novio tía— le detallo con seriedad — además no tengo, voy a salir con mis amigos— recalco lo último para que su pequeño cerebro entienda de una buena vez y se calle

—Ella no tiene novio—  refuta mi madre mirándola mal— ¿que no ves que es una niña?  No le digas esas cosas — le reprende con severidad.

Soltando un suspiro cansado por tal situación decido interrumpirlas puesto que no le veo sentido a su absurda plática, hablan como si de verdad me importaran o interesaran aquellos temas.

—Eh— carraspeo mi garganta llamando su atención removiéndome en mi lugar para que detecten incomodidad — ¿si me vas a dejar ir? — miro a mi madre sonriéndole falsamente esperando su respuesta.

—Claro hija— suelto un pequeño suspiro inconforme con su respuesta — pero antes— me sonríe con calidez guiñándome un ojo— debes preguntarle a tu padre

Bufo por eso ¿en serio se pondrán con eso? Mejor digan que no y se ahorran cosas absurdas.  Demostrando mi impaciencia vuelvo a mirar su rostro.

—Bien— me cruzo de brazos ante su sonrisa ¿ahora yo le causa gracia? Absurdo — ¿Y en dónde está papá?— indago cansada por la situación presente.

—Salió— responde con tranquilidad

¿Tanta pérdida de tiempo por un estúpido permiso me tengo que aguantar?
Bufando salgo de la sala yéndome a mi habitación porque  supongo que tendré que esperar.  Necesito crecer rápido para no necesitar permisos de nadie, si bien al principio no quería ir a aquel patético lugar ahora sí porque necesito demostrar que puedo hacer cosas por sí sola. Aún soy menor de edad y no puedo hacer nada porque prácticamente ellos me mantienen y me da rabia tal hecho, no debería ser así y pronto cambiará.   Quiero mi dependencia y salir de ésta miseria.   Al percibir el sonido de la puerta principal cerrarse luego de unos minutos pensando y observando el techo amarillento y descuidado de mí habitación  me levanto a sabiendas que es mi padre el que llego. Caminando en dirección a su habitación detecto los gritos ya comunes en ella, desde que estamos aquí ellos solo discuten así sea por absurdas cosas como dinero, comida, mensualidades y hasta ropa. Sin embargo aquél sentimiento inentendible para mi entre ellos sigue intacto. Decido esperar unos minutos y cuando lo veo conveniente entro al cuarto

—Papá— le llamo al verlo de espaldas a mí dándole un abrazo a mi madre.

— ¿Rose?— voltea a verme — ¿qué paso bebé? —inquiere brindándome una pequeña sonrisa la cuál le devuelvo.

Se nota cansado y demacrado ¿que lo tiene así? Quizás el trabajo aunque ni sé qué hace y no puedo opinar porque no me importa.

—Te quería preguntar algo— muerdo levemente mi labio inferior demostrando un poco de nerviosismo aunque no lo sienta— ¿Me dejas salir mañana después de clases con mis amigos? — observo de reojo a mi madre limpiando su ojos en señal de haber estado llorando, no me extraña, ella es muy sensible lo cual nunca lograré entender. 

— ¿A dónde? —inquiere intrigado sentándose mejor en la cama para observarme con los brazos cruzados en el pecho.

—Al cine —le informo lo más calmada posible porque no quiero que mal piense la salida con algún chico como lo hizo la chismosa de mi tía.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Where stories live. Discover now