Capitulo 1

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Era una tarde de domingo, los rayos del sol golpeaban contra mí pálida piel, haciendo contraste con mí cabello rubio, me encontraba sentada sobre una manta al lado de la piscina, en ella se encontraban mí mejor amiga Amalia y mí novio Adam, ellos siempre fueron como hermanos, recuerdo que mí relación con Adam empezó gracias a Amalia.

12 de octubre de 2016

Me encontraba en la casa de Amalia, esperándola ya que ella había salido por comida.
Estaba parada frente a la ventana pérdida en el cielo azul, imaginado cómo sería mí vida al lado de un hombre que me amara, que me hiciera feliz cada segundo. Estaba tan cansada de estar sola, de siempre ser rechazada, los chicos solo se me acercaban para que les presentara a Amalia ya que ella era extremadamente hermosa, rubia, ojos azules como el mismo cielo que miro ahora, un cuerpo hermoso y atlético, yo no estaba mal, pero ella tenía una belleza única e inigualable.
El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos, pense encontrarme a mí amiga, pero para mí sorpresa venia acompañada de un hermoso chico, tenía los ojos color miel, eran los más maravillosos que había visto, llevaba el cabello del mismo color y un cuerpo de infartó.

― El es Adam, un amigo de la infancia― dijo Amalia

― Mucho gusto...― me extendió la mano esperando a que le dijera mí nombre.

Adriana― le respondí mientras tomaba su mano.

― Es un placer Adriana― respondió diciendo mí nombre lentamente ―un hermoso nombre para una hermosa mujer.

Desde ese día Amalia insistía en que el estaba loco por mí, aunque yo no podía creerlo ya que era imposible que el se fijara en mí siendo tan hermoso. Me costó demasiado hacerme a la idea, hasta que un día después de tanta insistencia por parte de mí amiga decidí aceptar una cita con el.
Esa primera cita fue maravillosa.
Tuvimos una cena frente al río, iluminados por la luz de la luna, y hablamos de tantas cosas, por un momento sentí que era a su lado donde quería estar toda la vida.

Desde entonces no nos separamos, los tres siempre permanecimos juntos.

Mí amiga noto mí viaje hacia el mundo de los recuerdos por lo cual decidió mojarme trayendome a la realidad.

― Ven a divertirte aguafiestas―.

― Déjame, ya me he metido demasiado, luego no quiero parecer una pasa de uva como tu ―. Le respondí en broma

Lo cual creo no fue buena idea ya que la vi hablando con Adam cosas que no podía escuchar, pero sabía que era sobre mí ya que me observaban detenidamente mientras reían.
Luego empezaron a caminar dentro de la piscina hacia mí dirección con caras de que tramaban algo, y así era.

― Con que no te gustan las pasas de uva ― dijo Amalia cuando iba saliendo.

Sabía que planeaban tirarme a la piscina.

Empecé a correr por mí vida lo más rápido que me permitieron mis piernas, lo cual no era mucho en comparación de esos dos seres atléticos que deceaban ahogarme.

En menos de dos segundos me encontraba atrabapada entre los brazos de Adam, el cual luego me cargo como una bolsa de papas mientras caminaba hacia la piscina, entre en pánico al recordar que yo no sabía nadar, pero ellos no me dejarían morir ¿O si?

― No por favor Adam noooo, prometo nunca más regañarte por jugar free fire ― el empezó a reír, pero de que se ríe, ESTOY A PUNTO DE MORIR!!

Amor de estación Where stories live. Discover now