Parte 1: Capítulo 1: Ten fé

Magsimula sa umpisa
                                    

Sentada con las piernas cruzadas sobre mi cama, observé a Amanda mientras caminaba dentro de la habitación y se sentaba en la cama al frente de la mía. El click metálico del candado resonó por toda la habitación luego de que el guardia cerrara la puerta por la noche.

-Así que, cuanto tiempo llevas aquí?- me preguntó, mirando alrededor de la poco iluminada habitación.

-Un mes. Ni te molestes en buscar una salida. Ya lo intenté y este lugar es más seguro que la celda de una prisión. 

-Hmmmmm, entonces supongo que voy a tener que fingir mi recuperación- dijo y soltó un suspiro.

-También lo intenté. Esta gente es realmente inteligente.- dije dándolo por hecho.

-Soy una gran actriz- dijo guiñando un ojo, a lo que yo solamente rodé mis ojos.

Las luces se apagaron automáticamente, indicando que era hora de ir a dormir. Metiéndome bajo las cubiertas, me abracé el estómago que aún dolía. Mi garganta se sentía cómo si estuviera quemándose y parecía que mis venas picaban por dentro. 

Esa noche dormí adolorida, sabiendo internamente que una línea me hubiera salvado de este tormento...


***

TRES MESES ATRÁS

Annabelle y yo nos conocimos por mera casualidad. 

Era su primer día de entrenamiento y para ser honesta, si hubiera venido un día más tarde, nunca nos hubiéramos conocido. Ni siquiera se suponía que ella fuera a evaluarme ese día.

Al entrar a la oficina, aproximadamente un mes después de haber sido liberada de rehabilitación, esperaba ver a la doctora Jones apoyada con sus codos en su escritorio. Cuando vi a una pequeña, joven y rubia mujer, con sus audífonos en las orejas, casi vuelvo afuera para verificar si estaba en la habitación correcta.

-Hola cómo puedo ayudarte?- me preguntó, frunciendo las cejas en mi dirección mientras se quitaba los audífonos.

-Uh... Se suponía que iba a tener una sesión con la Doctora Jones.- le dije inciertamente.

-Oh, debí haberlo adivinado. Pasa!- exclamó con una sonrisa.- Estoy reemplazando a la doctora porque ella está de vacaciones. Eres Shelley, verdad?

Asentí lentamente con la cabeza, mientras caminaba hacia ella, y me sentaba vacilante sobre el sofá. La mujer continúo sonriéndome, lo que encontré excepcionalmente anormal en un lugar como éste. En este lugar, NUNCA nadie sonreía. Acostumbrarse a las expresiones en blanco y a la hostilidad era cómo una segunda naturaleza y la consideraba cómo una norma. 

-Así que... qué pasa?- preguntó, cómo si fuera su amiga y estuviéramos almorzando en un cursi restaurante.

-Uhm, bueno, uh es tu primera vez aquí?- pregunté, incrédula.

-Es tan obvio?- dijo hundiendo sus hombros.

-Muy- dije, absteniéndome de soltar un comentario sarcástico por su bien. 

-Bueno, tienes aproximadamente cómo dos horas para divagar sobre tu vida, mientras yo intento darte los mejores consejos posibles, así que adelante.

-Okay, bueno mis padres están básicamente avergonzados de ser familiares de una hija con una antigua adicción a las drogas, así que me botaron de la casa la anterior semana con sólo 10.000 dólares. Me quedan mil aproximadamente, y ahora oficialmente no tengo lugar dónde quedarme, así que si tienes algún buen consejo, por favor dime.

Ella estaba garabateando con furia sobre su bloc de notas mientras hablaba, y yo estaba curiosa por saber que es lo que escribía.

-Primeramente, tus padres apestan- me dijo y yo trataba d mirar sus notas.

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