-Era broma, puedes aplastar mi mano todo lo que quieras -le dijo Daniel al verla así.

Ari no hizo ademán de tomarle la mano.

-Que carácter -susurró Daniel y sin que ella pudiera impedirlo, tomó su pequeño cuerpo y lo abrazó protectoramente.

Ella no se movió, ni protestó, se sentía protegida y calmada al ser abrazada por alguien más, que aparte se sentía fuerte y caliente, con el frío que siempre hacía en los aviones eso definitivamente ayudaba.

El despegue pasó y sin embargo ninguno de los dos cambió de posición.

-¡Oh! ¿Pero que esto? Solo míralos Ethan, hacen una linda pareja -dijo Kim riendo al verlos juntos, se había parado de su lugar.

Ambos se separaron al instante, Ari sonrojada y Daniel con una sonrisa satisfecha.

-¿Y ahora para qué te paras Kim? -preguntó Daniel.

-Quiero algo de comer -dijo al tiempo que se encogía de hombros y caminaba hacia el fondo del pasillo donde se encontraban las azafatas.

-¿No tuviste suficiente ya? Tu siempre estás comiendo -dijo Daniel y su sonrisa sarcástica había vuelto.

-Y mírame, soy hermosa -le contesto con una sonrisa retadora.

-¡Sigue creyendo eso! -le gritó Daniel ya que ella se había alejado y casi estaba al final.

Ella le sacó la lengua y se perdió en la parte de atrás.

Ari se rió al ver la actuación de ambos, eran sin duda mejor amigos, como niños pequeños. Kim le había tomando un poco más de confianza y se estaba portado más amable y divertida, Ethan seguía igual, amable y calmado, una muy buena persona y Daniel ahora se atrevía a bromear más con ella, era sarcástico y divertido.

Pasaron unos minutos, regresó Kim y les tiró unas bolsas con papas y galletas.

-Sé que tu también quieres, querido -le dijo con un guiño de ojo.

Ella tenía las suyas y se sentó al lado de Ethan a comerlas.

Daniel se encogió de hombros y abrió una bolsa de papas que empezó a devorar. Cuando iba por la mitad recordó a su acompañante de viaje y le ofreció.

-¿Quieres?

Ari negó con la cabeza.

-Vamos, es un vuelo largo y morirás de hambre si no comes nada -le dijo fingiendo seriedad.

-No quiero, gracias.

-Vamos toma una.

-¿Sabes? Prefiero morir de hambre que explotar de grasa.

-Eso me ofende -dijo Daniel haciéndose el ofendido- no consigues este cuerpo solo comiendo papas, no soy una bola de grasa.

-Tu lo dijiste, no yo. Además no me gusta mucho la chatarra.

-¿Galletas?

-No. Nos darán una comida en un par de horas, creo que será suficiente para sobrevivir -dijo convencida.

-Acabarás como Ethan -le advirtió seriamente.

Antes de que Ari replicara una almohada voladora le dio de lleno en la cara a Daniel.

-¡Ya te oí! -se escuchó la voz de Ethan.

-Claro, olvidé que este es un avión y tenemos vecinos -dijo enfurruñado Daniel devolviendo la almohada.

-¡Idiota! ¡Me has dado a mi! Ya verás cuando duermas -se escuchó la amenaza y gritos de Kim.

Ari se empezó a reír como loca.

La locura no entiende de amor y razonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora