Capítulo 1

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Decir que vivir en Italia es un sueño es algo que sería una broma de mal gusto. Admito que el país tiene su encanto, pero extraño Hawai y sobre todo a mi abuela.

Las calles están desiertas, claro que ahora son las tres de la mañana y ninguna persona cuerda andaría por estos rumbos peligrosos, al menos que sean como yo y apenas terminen el turno de trabajo.

Todo mi ser me duele. Mis brazos y piernas tiemblan, mis párpados se quieren cerrar por el sueño. Mi estómago gruñe en señal de protesta por no comer más que medio sándwich al medio día.

Seis años trabajando de sol a sol, manteniendo a una alcohólica sin remedio, que sólo está juicia para obligarme a ir a clases de actuación (Cosa que odio), sólo para ver su sueño frustrado realizarse a través de mi, pues su sueño se esfumó cuando le dijeron que era pésima.

He sido mil usos a mi corta edad.

Antes de abrir la puerta del cuchitril en el que vivo, escucho los gemidos que provienen desde adentro. Carajo, otra vez no. Trato de abrir lo más silencioso posible y escabullirme lo más rápido que mis piernas me permiten. Suspiró derrotada, ya en mi cuarto me despojo de mi ropa, afortunadamente tengo un baño en mi habitación. Después de trabajar en la mañana en la cafetería, en la tarde la clase de actuación y en la noche de trabajar en la taberna, por fin puedo relajarme en la ducha.

Trato de evitar escuchar los gemidos de la habitación de enfrente, parecen maullidos, iugh.

Mi cama parece llamarme, sin embargo los sonidos nauseabundos no me dejan dormir e inevitablemente empiezo a recordar las cosas que he perdido... y sigo perdiendo. Las chicas de mi edad estudian, van a fiestas, tienen novios e incluso son libres aún teniendo padres, yo en cambio no puedo aspirar a nada de eso. Al parecer, cuando mi padre murió, con él se llevó mi felicidad y todo lo bueno en mi vida, mi abuela sigue viva o eso es lo que sé de ella, pues Sandra no me ha dejado tener comunicación con nada ni nadie que forme parte "del pasado".

– Maggie ¿Estas despierta? –Hablando del diablo. Sandra se encuentra en mi puerta con sólo ropa interior y sonriendo, zorra, ¿Cómo es posible que este engendro sea mi madre?

– ¿Qué quieres Sandra?–Contesto cortante, su sonrisa se desvanece y me mira seriamente, sé que odia que la llame por su nombre y más con mala actitud. De niña me golpeaba casi hasta dejarme inconsciente para que aprendiera a respetarla, ja si claro. Suspira y cierra los ojos para calmarse, ya que su actitud es de perder la paciencia rápidamente. Abre los ojos y de nuevo empieza a sonreír, vaya que lo que quiere decir es importante, si no a estas alturas ya me hubiera abofeteado.

– Querida, como sabes para que llegues a ser una gran actriz necesitas prepararte y bueno la señora Brooks me ha dicho que no has tenido un buen rendimiento en las clases -Me mira molesta- así que he investigado un poco y encontré una buena solución.

– ¿A qué te refieres con una buena solución?

– Encontré una agencia, se llama "El Abismo" ayuda a las jóvenes que quieren ser actrices entrenándolas y cuando ya están bien preparadas las lanzan al estrellato. ¿No es genial? Incluso, para entrenarlas las llevan a otro país y ellos pagan todo ¡Todo! Sabes deberías estar feliz, te he conseguido un gran futuro ¿Ves? Te dije que la Universidad no lo era todo.

– Sabes tengo sueño, estoy cansada y mañana tengo que trabajar, así que te agradecería que dejes tus estupideces y me dejes dormir.

– No es necesario que te preocupes ya por el trabajo.

– ¿Cómo? –La miro confundida. Después de todo ella fue la que me exigió abandonar mis estudios y ponerme a trabajar.

– Como lo oyes, mañana por la tarde personas de la agencia vendrán por ti y te llevarán. Sólo venía a avisarte que prepararás tus cosas.

– ¡¿Estás loca?! ¿Cómo que vendrán por mi? ¡Ni siquiera lo hemos hablado!

– No hay nada de qué hablar, eres menor de edad y yo decido sobre ti, además ya firmé los papeles en donde doy mi autorización para que la agencia pueda ser responsable de ti mientras estés en el extranjero. No quiero escuchar réplicas ni berrinches, haces lo que te digo y punto.

Hasta ahora veo los papeles que trae en su mano y en su mirada veo que habla absolutamente en serio. Los deja sobre mis piernas y se retira dejándome en shock, miro los papeles como si me fueran a morder. No puedo creer que haya hecho eso, está vez si que se pasó de la línea.

En la mañana me encuentro de un humor de perros, no pude dormir con la noticia En cambio, Sandra está de muy buen humor e incluso ella hizo el desayuno, se la pasó dándome consejos sobre la actuación y me dió un sermón sobre cómo debería ser mi actitud ante esta buena oportunidad. Me acompaño a lo que serían mis antiguos trabajos para pedir mi liquidación y así poder asegurarse de que no huya. El día paso tan rápido, apenas si me dio tiempo para hacer mi maleta, cuando menos lo pensé el personal de la agencia ya tocaba la puerta.

– Señora creanos que su hija va a estar en buenas manos, no se debe preocupar por nada, estaremos en contacto para darle informes sobre su hija.

El tipo que habla con Sandra parece ser un súper modelo. Andrés es el hombre por las que muchas mujeres mojan las bragas, sin embargo, este tipo no me causa buena espina, al igual que la mujer que lo acompaña, cuyo nombre aún no sé, lo que si sé es que se ve como una ramera.

Después de unos minutos me encuentro siendo guíada hacia una camioneta, cuando ya estoy en la parte trasera veo por la ventana a Sandra que se despide desde la acera con una sonrisa cínica. Sigo sin creer lo que está pasando.

Andrés y la ramera -No me juzguen, se parece a una- se encuentran enfrente y en silencio, hasta que suena el celular de Andrés y me sobre salta, no sé porque, pero estoy nerviosa.

– Si... ya vamos para allá... No te preocupes todo salió bien –Noto que me observa por el retrovisor, pero finjo no darme cuenta- si es un buen producto.

¿Un buen producto? Trato de no darle importancia, pero me inquieta las palabras del tipo.

Una hora después Andrés se estaciona en una casa gigante que está en medio de la nada. Noto que está algo vieja, pero en buenas condiciones.

Un hombre gigante me saca bruscamente del coche y me inmoviliza, estoy tan desconcertada que no sé lo que está pasando, veo a un hombre viejo salir de la casa y acercarse con una sonrisa macabra. Su mirada me recorre de arriba a abajo, sin dejar de mirarme dice:

– Muy buena pesca Andrés, tu nunca me fallas -Se acerca más a mi y me toma por la barbilla- pero que linda eres, te haré una pregunta y quiero que me digas la verdad y si no me la dices el 'Toro' te puede castigar.

Escucho como el grandulón al que se refirió como el 'Toro' se ríe y yo solo asiento con la cabeza aún sin asimilar nada.

– ¿Eres virgen pequeña? O ya le diste a alguien la prueba de amor –Me mira con diversión– recuerda que debes contestar la verdad.

– S..s..Si

– ¿Si qué?

– Si soy virgen –Murmuro, pero al parecer el viejo me escucho pues puso una gran sonrisa.

– Perfecto, entonces por ahora vas al sótano, disfruta tu instancia preciosa nos veremos más a delante, ah, deberás portarte muy bien ya que aquí hay represalias y no te gustara saber cuales son. –Y con esas palabras se va y se adentra a la casa.

Toro me empieza a arrastrar hacia atrás de la casa y es cuando reaccionó, empiezo a gritar y forcejear, pero la bestia de Toro me carga sobre sus hombros sin esfuerzo. Pataleo y pego pero al parecer a este tipo no le hace ningún daño, de un momento a otro me tira al suelo y trato de levantarme para correr pero la ramera me toma por el brazo y me mantiene en el piso -vaya que si tiene fuerza- y escucho varios cerrojos abrirse, volteo hacia el ruido y veo que Toro abre lo que parece ser una puerta en un sótano, cuando la abre la ramera me levanta con ayuda de Toro y me lanzan adentro del sótano, me levanto rápidamente y empiezo a golpear la puerta, empiezo a tener más pánico cuando escucho cerrarse los cerrojos y es ahí cuando todo se desvanece...

Keep dreaming ✌

-Yulibeht-

The Actress [Saga Las Princesas Del Rey Diablo #1] Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon