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Después de conocer a Lizbeth decidí salir un rato a caminar por el parque.
Me senté en una de las bancas y observé a las parejas felices, besándose... la verdad me asqueaba ver a parejas por todos lados, mi madre solía decir que no se come pan frente a los pobres.

Yo soy levemente odiosa desde que mi ex novio terminó conmigo por otra chica... pero no suelo generalizar con los chicos.

Saqué mi celular y le llamé a mi mejor amiga de la preparatoria, Milary.
Después de unos segundos de espera, su voz se escuchó.

—¿Jodie?

—Milary, hola, estoy aburrida y bueno... pensé llamarte —suspiré.

—Casualmente pensaba en ti. ¿Estás en casa?
—No, estoy en el parque que está cerca de los departamentos.

—Espera, iré para allá —dijo y colgó.

Ni siquiera tuve que decirle nada, qué buena es.

La esperé y cerré mis ojos.

Y me quedé pensando en Ruben; ¿qué se sentía conocerlo? ¿cuál será su aroma? ¿a otaku?

Me posé con los pies en el respaldo de la banca, y mi cabeza casi en el piso. Veía todo al revés, y eso es lo que causa el aburrimiento.
Observé a un niño mirándome raro, tenía sus razones, ya que yo estaba riendo como retrasada al ver todo de cabeza.

—Veamos, un perro. Espera... viene a mi, ojalá no muerda mi cara.

Me levanté, ya que el perro empezó a lamer mi cara.

—¿Eres de alguien? —dije.

Por supuesto que me iba a contestar.

Al apenas ver al perro, los dueños le hablaron, llevaban un palo.

—Maldito perro, te has escapado de nuevo —lo golpeó.

—¿Qué hace? —lo detuve.

—Lo corrijo —alzó la voz.

—Usted sabe que es ilegal, y se paga con cárcel, ¿verdad?

—¿Y quién me va a demandar? ¿una niña? —se acercó a mí.

—Pues...

Sin pensarlo tomé al perro de la cadena y salí corriendo con él. Era un perro grande y me dificultó llevármelo corriendo.

—¡Corre! —gritaba mientras corría.

El dueño me siguió, mis piernas temblaban... pero no podía dejar que maltrataran a un animal indefenso.

Someday; rdg [EDITÁNDOSE]Where stories live. Discover now