al aire.

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Ten hace un recorrido casi súper sónico en sus recuerdos para poder entender en que momento provocó aquello que hizo que desembocara en lo que estaba viviendo en esos segundos.

— ¡Ten! Cúbrete con la chaqueta ¡Cúbrete ahora!

De manera casi mecánica colocó aquel jersey denim que pertenecía al más alto antes de sentir una mano firme cerrándose sobre la suya y siendo tirado en un carrera a ciegas que se forzó a seguir, dejándose guiar por su instinto mientras recorrían largas calles y callejones antes de acabar frente a un bar de mal aspecto que el mayor no se detuvo a revisar antes de encontrarse dentro, escuchando a medias como Johnny pedía una cerveza antes de ser arrastrado nuevamente hasta un rincón algo estrecho que de pronto reconoció como un cuarto de baño (o un cubículo debería decir).

— ¿Estás bien?

Aquella simple palabra provocó que todo tomara forma antes de sacarse el jersey de encima y las lágrimas empezaran a recorrer sus mejillas mientras se apretaba contra el pecho del mayor.

— Nos vieron John, nos vieron. ¿Qué vamos a hacer? —la desesperación era palpable en sus palabras, sin querer soltar al mayor, encerrando su camiseta entre sus manos y hundiendo su rostro en su pecho, empapando completo la tela pero sin afectar al más alto que lo sostenía y acariciaba sus cabellos y nuca, su infalible forma de calmarlo.

— Respira Ten, venga, respira. Todo va a estar bien, te lo prometo. —las palabras de Johnny se escucharon algo temblorosas pero intentó acatar su pedido, tomando grandes cantidades de aire y expulsando el mismo lentamente para no ahogarse en medio de sus lágrimas y el calor del cuerpo ajeno.

El mayor se dejó resbalar contra la pared de aquel espacio, teniendo que doblar ligeramente las piernas ante la extensión de las mismas, arrastrando al pelinegro que se dejó caer sobre sus piernas, rodeando su cuerpo con ambos brazos y dejando que descansara sobre su pecho, aún recorriendo sus cabellos suavemente en espera de que el menor estuviera en sus cinco sentidos.

— ¿Mucho mejor? — interrogó nuevamente, notando un asentimiento de su parte contra su pecho por lo que se forzó a separarlo un poco, sosteniendo su rostro entre sus manos y observándolo fijamente antes de besar la punta de su nariz y sus labios en un sutil roce.

— Escúchame atentamente. —indicó, recibiendo otro asentimiento mientras sus pulgares limpiaban sus ahora rojizas mejillas a causa de las lágrimas y la fricción contra su camiseta.— Me reconoció a mí, logré esconderte lo suficiente para que no te reconociera a ti. No pasará nada, estarás bien ¿vale?

— Pero te reconoció ¡te reconoció! Mañana estarás en todos los portales de Naver, los periódicos... — nuevas lágrimas empezaron a recorrer el rostro del más bajo, apretando en un abrazo desesperado al rubio cómo si así pudiera protegerlo de todo lo que se avecinaba.— Te van a destruir, te destruirán completamente y tu carrera acaba de comenzar.

— Ten, escúchame. —Volvió a llamarlo, intentando ignorar sus palabras y enfocándose más en el hecho de calmar al menor, volviendo a sujetar su rostro con firmeza. — Llegando al edificio todo será un completo caos, los de arriba se volverán locos e interrogarán a todo el grupo. Ellos nos cubrirán, lo sabes pero tú, tú vas a negar todo ¿de acuerdo?

— ¿Negarlo?

— ¿Recuerdas que lo nuestro estaba empezando a ser un rumor?, alguien terminará diciéndolo y te lo preguntarán. Se pondrán peor si descubren que dos subordinados suyos están inmiscuidos en ello así que negarás todo, tan solo somos amigos y la persona es alguien desconocida para ti.

al aire ; johntenWhere stories live. Discover now